Año Nuevo
Miguel Ángel Sánchez de Armas
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La celebración del Año Nuevo ni siquiera es occidental y tampoco ha sido siempre el primer minuto del primero de enero. Fueron los antiguos babilonios los que…

Imagen: Clarín.
Imagen: Clarín.

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CATEGORÍA: Cultura | Juego de Ojos | Opinión


Comienza el 2022 con la misma esperanza con que los mexicanos recibimos cada año nuevo y cada flamante sexenio: las cosas cambiarán, serán mejores, no tendremos deudas, bajaremos de peso y los ineptos desaparecerán del escenario.

El año que queda atrás trajo cambios que no acabamos de contabilizar y que tardaremos en asimilar. También dejó ausencias y vacíos. Queridos amigos apresurados al más allá por una plaga que no acabamos de entender. Yo dije adiós a Carlos Mendoza, a Vidal Elías y a José Antonio Meyer.

¿Alguien me podría decir por qué apenas comienza y ya estamos contando los días para el final del año? En el momento en que escribo faltan 357 días, u ocho mil 547 horas, o 514 mil 498 minutos, o 30 millones 869 mil 884 segundos para que doblen las campanas por el 2021 y entonemos las fanfarrias por el 2022. ¿A quién diablos le importa eso?

La celebración del Año Nuevo ni siquiera es occidental y tampoco ha sido siempre el primer minuto del primero de enero. Fueron los antiguos babilonios los que iniciaron el rito hace unos cuatro mil años para conmemorar el nacimiento de la vida con la primera luna nueva del Equinoccio Vernal.

calendario gregoriano
Imagen: Historia National Geographic.

Esta tradición fue heredada por los romanos, pero los emperadores le metían tanta mano al almanaque que pronto se desfasó del paso del sol. Julio César, en el 46 a.C., publicó su Calendario Juliano y volvió el comienzo al primero de enero, aunque para compensar por los caprichos de sus antecesores tuvo que dejar al año anterior durar 445 días.

Durante los primeros siglos de nuestra era la Iglesia declaró la fiesta como rito pagano y la prohibió hasta entrada la Edad Media. Cuando llegó Cortés a México, el calendario azteca acababa de ser reformado para ser de 365 días e intercalar un año bisiesto. El año empezaba el día 1 de Atlacalmaco, que coincidía con nuestro 1 de marzo.

El Año Nuevo Lunar es la más importante festividad para los chinos. La tradición dice que durante el último día del año, Nian, una feroz bestia, desciende a la tierra a devorar a los hombres. Sólo la alejan el color rojo, el ruido de cohetes y la luz de los fuegos artificiales, así que en las ciudades chinas esa noche todo mundo pega adornos rojos en las puertas, prende antorchas y echa palomas y buscapiés. Además dan a cada año el nombre de un animal. 2022 es el Año del tigre.

Las personas de este signo, sean de ojos redondos o rasgados, de piel amarilla, negra, blanca o café, son valientes, activas, amables y benevolentes, aman un buen desafío y una aventura en la vida.

el año del tigre, año chino, 2022
Imagen: DEPOR.

Donald Trump nació en 1946 y por lo tanto es perro. En el 2019, desde las orillas del Yangtsé, los astrólogos de la milenaria Catay le auguraron malos tiempos: poco trabajo, poca riqueza, poca salud y poco amor. Sería aquel un año lleno de líos, informaron los pitonisos, y aconsejaron no hablar mucho y no ofender a  los demás con sus palabras: pensar tres veces antes de hacer algo.

Según esta milenaria Cábala, el locuaz entonces inquilino de la Casa Blanca tendría el año de más mala suerte en un ciclo de 12 años. Todos hicimos changuitos para que así fuera y esto se tradujera en buenas noticias para el resto del mundo.

Los nigromantes orientales se equivocaron por un año, pero finalmente los astros nos libraron de esa peste… y vencieron todos los intentos del botarate por atrincherarse en el Despacho Oval.

En el Japón el shogatsu es la celebración más importante del año y dura del 1 al 3 de enero. Los hijos del Sol Naciente creen que cada año es un nuevo comienzo, así que se apuran a cumplir con todos los deberes antes de que termine y celebran el bonekai o “fiesta del olvido”, para despedir los problemas y preocupaciones del año anterior. Por la noche tienen la tradición de echar a volar las campanas de los santuarios.

Los pueblos tienen diversas celebraciones para recibir el nuevo ciclo, aunque algo generalizado es la costumbre de dar regalos, vestir ropa especial, adornar las casas, celebrar fiestas y ofrecer propósitos.

año nuevo y otras religiones
Imagen: Gettyimages.

Acá entre nosotros nunca falta quien prometa dejar de fumar, bajar de peso, leer un libro, hacer ejercicio, ejercer en lo posible la fidelidad o pensarlo mejor antes de emitir su voto.

Así pues, el inicio de un nuevo año, en todo el mundo, tiene un significado especial, aunque las fechas y las cuentas no coincidan.

Para el pueblo judío su año nuevo, Rosh Hashaná, es el 3 de octubre y están en el 5 mil 782 de su era. Los chinos van en el año 4 mil 719, los musulmanes en el mil 443… los seguidores del amado líder Kim Il Sung celebrarán con cánticos en la gran plaza de Pionyang su año 110, pues ese pueblo vio la luz en el año del nacimiento del llorado patriarca.

Por lo que a este escribidor respecta, vive por fortuna al amparo del buey, signo que corresponde a personas tercas que se aferran a sus propios caminos, y que, además de los atributos antes descritos, son honestas y prudentes por naturaleza, patriotas, idealistas y muy trabajadoras. ¡Vaya!

(Cada año desde el nacimiento de JdO repito este texto, con algunas adecuaciones. Llegué a la conclusión de que nada más puedo decir en el inicio de otro ciclo.)

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Héctor Castillo Berthier
Héctor Castillo Berthier

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( Palabras)

Reserva del 2022

Nuevamente para una fecha clave —fin de año—preparamos esta última reserva del 2022.

Existen muchos temas que tratar para explicar por qué siempre termina el país —de alguna forma—desembarcando en los muelles de la “irregularidad”. En el mar del “informalismo”… O en la estrategia clásica del: “Sálvese quien pueda”.

Sin duda, hay dos elementos que juegan un papel central en esta visión.

Por un lado, está el gobierno en todos sus niveles. Con sus complejas estructuras. Ya sea el poder Ejecutivo, el Legislativo o el Judicial. Eso no importa… Todos son responsables de las partes que les corresponden.

Por otro lado, están los medios de comunicación —en general—que se conocen como “el cuarto poder”.

Los medios tienen su propia historia. En ella, han servido muy distintos intereses. Se han acoplado o han rechazado a los gobiernos. Además, se enriquecieron con los permisos y las concesiones públicas.

Los medios de comunicación dependen de su “Connivencia” con el Estado —o sea, del acuerdo entre varios para cometer un delito o una acción ilícita—y esta ha sido la regla de su sobrevivencia y crecimiento.

Aclaro, no todos los medios son así. No todos los periodistas se pueden meter en un mismo costal. Hay muchas diferencias entre los medios… Pero también, debemos reconocer que hay mucha basura en ese juego.

En la época actual —gracias a la 4T y el avance de las redes sociales—esto se puede analizar desde distintas ópticas.

Los gobiernos anteriores nunca fueron explícitos en el apoyo de los millonarios recursos que le daban a los medios y a los periodistas.

Por eso hoy cuando AMLO —en muchas de sus mañaneras—se lanza contra un comunicador, o contra un medio, parece una letanía que ya hemos escuchado muchas veces… ¿O no?

Con la llegada de la 4T al gobierno, se inició un largo proceso de educación colectiva que —esperamos—sea de utilidad para los ciudadanos en el futuro… No todo “estaba bien antes”, ni “está peor ahora”, como se dice.

En nuestro país todo siempre parece haber quedado a medias.

Parece que nunca entendimos de qué se trataba. Parece que no conocemos los efectos negativos de nuestras acciones… Los ciudadanos quedamos solos siempre dentro de “las estrategias” del gobierno.

Hemos vivido distintas alternancias del gobierno: van y vienen. Pese a ello, los partidos políticos (incluido a Morena) no anuncian un cambio radical.

Las cosas van y vienen como si nunca nos hubiéramos movido.

Tenemos un sistema de partidos políticos que dejaron de responder a las realidades de los ciudadanos.

Somos un país donde las negociaciones y los acuerdos han permitido todo tipo de alternancias —nunca útiles—que se volvieron efímeras e inservibles.

Vivimos en un país complejo, lleno de ideas y de recursos, que no encuentra nunca una salida para todos.

¿Qué necesita México? ¿Una nueva reforma institucional? ¿Una nueva reforma de Estado? ¿Una nueva alternancia?… ¿Para regresar a qué?

¿Debemos renunciar a los partidos políticos? ¿Debemos renunciar al debate público? ¿Debemos renunciar a la complejidad y la diversidad social y cultural que nos acompaña?

Es cierto: los partidos políticos dejaron de responder a nuestras realidades. 

Fueron incapaces de frenar —o paliar—la desigualdad económica y social.

Miles de jóvenes desaparecidos o asesinados. Miles de feminicidios… Vivimos entre la inmoralidad y el cinismo.

El reclamo legítimo debe ser en contra de lo que no funciona y avalar lo que funciona.

Sea en el INE, Morena, la 4T, el Va por México, el TLC o la iglesia… Hay muchas cosas que cambiar.

No perdamos la esperanza de construir un mejor país.

Ser periodista

En los años 70 del siglo pasado cuando ingresé a la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, mi intención era convertirme en periodista… Esa era mi ambición.

En ese tiempo, dos periodistas norteamericanos del Washington Post (Bob Woodward y Carl Bernstein), realizaron una profunda investigación llamada Watergate, que concluyó con la destitución del presidente de Estados Unidos, Richard Nixon.

Yo pensé: “Si dos periodistas fueron capaces de quitar de su cargo al presidente ¡Yo quiero ser periodista!”.

Hubiera hecho todo para quitar a todos los presidentes que he tenido que soportar… ¡Al menos a 10 de ellos!

Pero el periodismo de investigación no es sencillo. Requiere de muchísimo trabajo y una absoluta dedicación.

Al entrar a la facultad, en los dos primeros semestres teníamos un “Tronco Común” para todas las carreras. Ahí, conocí a dos grandes maestros de metodología: el profesor Ricardo Pozas y su esposa, Isabel Horcasitas de Pozas.

En una de las clases, la maestra me preguntó: “¿Y tú Hectorito, qué vas a estudiar?”. Le respondí de inmediato: “Quiero ser periodista” y le hablé de mi idea del Watergate.

Ella, con calma, me sugirió: “Mejor estudia sociología. Es mucho mejor. En ella vas a aprender una metodología de investigación que te llevará a entender el origen de los problemas… Además, un sociólogo siempre podrá ser también periodista. Pero un periodista nunca podrá ser sociólogo”.

Con esas palabras me convenció y estudié sociología.

Con los maestros Pozas realizamos 7 talleres de metodología de investigación social sobre una misma temática.

Se trató del municipio de Temascaltepec, en el Estado de México.

Había una sola pregunta de investigación: ¿Por qué una comunidad tan rica —en tierra, agua, recursos naturales, historia, vida comunitaria, etc.—es tan pobre?

En cada semestre fuimos investigando su historia; su economía; sus recursos naturales; sus formas de trabajo; su organización política; su organización social;… y su iglesia.

¿Por qué eran pobres?: Porque vivían una profunda explotación generada y protegida por sus creencias religiosas… Incluido el “Cristo Negro” de su iglesia que —se decía—era muy milagroso.

Así empezó mi experiencia sociológica.

Feliz Año Nuevo

Espero que valore positivamente lo que nos dejó este año y que valore sabiamente lo que nos traerá el siguiente.

Mis mejores deseos para usted y su familia.

¡Les deseo lo mejor!

La Cueva del Delfín

Hoy que muchos fifís se han transformado en demócratas… Hoy que los partidos políticos se anuncian como fábricas para conseguir empleos… No olvidemos que para los jóvenes debemos ser semilleros de nuevas visiones y nuevas estrategias.

¡Vientos huracanados!, si no me apaña el año viejo nos veremos por acá la próxima.


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Email: berthier@unam.mx 

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Espiritualidad Sin Fronteras


( Palabras)

Como cada temporada para la cultura occidental marcada por la tradición romana y el cristianismo está por terminar un año y en el horizonte se vislumbra un nuevo período. Este evento, de suyo significativo, nos da la oportunidad de revisar lo acontecido en los últimos doce meses y, al mismo tiempo, abre la posibilidad para dirigir la intención hacia proyectos novedosos, apuntar a nuevos objetivos y a establecer nuevamente propósitos que se desean cumplir en el próximo período.

Con relación al tiempo que está por terminar aparece la oportunidad para revisar lo acontecido. En esta recapitulación aparecen todo tipo de sentimientos: satisfacción por los logros obtenidos, alegría por los eventos afortunados, nostalgia por las pérdidas sufridas, frustración por los fracasos experimentados, decepción por los objetivos no alcanzados, etcétera. En cada persona aparecen de diferentes formas e intensidades y ciertamente hay años en los cuales la balanza se inclina más hacia un lado que a otro, así aparece una evidente resistencia a cerrar el período venturoso o una urgencia porque se termine y con él la mala racha.

Ahora bien, independientemente del recuento, conviene tener siempre una actitud de agradecimiento, pues esta permite ver las oportunidades y regalos que deja la adversidad, libera de sentimientos destructivos que solo amargan la vida y permite apuntar la existencia hacia un futuro mejor.

Una vez bien cerrado el período saliente se está listo para enfrentar la nueva oportunidad de vida que se abre en el horizonte. Para proyectarlo con un mayor índice de éxito conviene aplicar tres sencillas y eficientes estrategias relacionadas con los objetivos, la ejecución y la evaluación.

Objetivos

El frecuente fracaso de los propósitos de año nuevo está relacionado con las metas que se pretende lograr, las cuales suelen estar relacionadas con el deber más que con el querero con algún impedimento inconsciente montado en las creencias que impiden cumplirlas. En el primer caso, las relacionadas con el deber convienen llevarlas a cabo como hacer ejercicio, dejar de fumar, bajar de peso, etcétera, pero que no están plenamente en lo más profundo del deseo personal en donde domina su contrario, por ello, al entrar en conflicto, gana el deseo. En el segundo caso, las creencias inconscientes actúan como barrera para impedir su logro como terminar los créditos que faltan para terminar los estudios, hacer la tesis, aprender un nuevo idioma, etcétera. En estos casos, es importante identificar el origen del impedimento para atacarlo primero y liberar la obstrucción y/o establecer objetivos viables para garantizar el éxito.

Ejecución

Para que la ejecución sea exitosa requiere experimentar un mínimo de satisfacción perfectamente identificable para que impulse el siguiente paso y este es el elemento más importante, el logro requiere ser medido por segmentos y no en su totalidad. Esto ayuda a sostener el esfuerzo en cada uno de los pasos.

Evaluación

Por último, la evaluación más que final o temprana requiere sostenerse en los logros intermedios. Así, si fue exitoso impulsa al siguiente y en el caso de no haberlo logrado, abre la posibilidad hacia doblar esfuerzos o buscar estrategias para corregir y cumplir el nuevo peldaño.

Ciertamente, más que ser perfectos e ideales, los seres humanos necesitamos aprender a ser felices y a preocuparnos por el bienestar y la felicidad real de los demás. Por lo mismo, independientemente de los propósitos de cada uno, les invito a proponernos felicidad comunitaria para este 2023.

Venturoso Año Nuevo.

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Beatriz Hernández Estrada

( Palabras)

El nuevo año significa oportunidades para construir un mejor porvenir. Aún con la pandemia y en medio de una recuperación económica en proceso, la encuesta nacional de expectativas para 2022, realizada por Consulta Mitofsky, indica que el 75.7% de los mexicanos considera que nos va a ir mejor, constituyéndose en el indicador más alto desde 2007.

Concretar nuestros objetivos –que en muchos casos son deseos y aspiraciones legítimas–, requiere mantener esfuerzo y poner alma y corazón. Decirlo así parece un lugar común, pero las posibilidades de desarrollo ante la adversidad se fincan en una combinación de elementos que incluye el apoyo de familiares y amigos, el de nuestros equipos de colaboradores, y nuestra relación cotidiana con vecinas y vecinos.

Para 2022 las metas que tenemos que alcanzar como nación son variadas y significan la mejoría económica, posicionado como el principal tema de interés de los ciudadanos, de acuerdo con la misma encuesta.

En palabras sencillas se trata de lograr una recuperación económica para pequeños y grandes comercios, que nuestras y nuestros emprendedores logren relanzarse, y obtener empleo o mejorar en el que se tiene.

expectativas 2022
Imagen: Freepik.

Finalizadas las celebraciones por un nuevo año, en un momento de relativa tranquilidad en el ámbito político nacional, se debe dar paso a un mayor diálogo, entre los sectores. El más fluido se da curiosamente entre el gobierno federal y empresarios, cuyo acuerdo en el inicio del año, es lanzar un paquete de inversión conjunto que se anunciará antes de que concluya enero.

Es de esperarse que la misma presión por el aumento de casos de la variante ómicron y más adelante los procesos electorales en diferentes entidades, rápidamente cambiarán el panorama y se volverán a crispar los ánimos.

En ese caso, a los ciudadanos nos queda alcanzar una estabilidad personal y colectiva, que construya, pero en ningún caso generar mayores problemas. Sin embargo en esta etapa las mujeres han sido violentadas en su propio hogar.

Las niñas también han sido víctimas de violencia doméstica y estas agresiones tienen que parar. Está en las manos de hombres y mujeres, en común acuerdo, detener este círculo de violencia.

alto a la violencia
Imagen: Freepik.

Nuestro optimismo sobre el nuevo año, las expectativas de que nos irá mejor, deben estar soportadas en hechos concretos que construyamos para mejorar nuestra calidad de vida. De otra forma no ocurrirá.

Las nuevas generaciones son el presente y sus experiencias definirán su futuro. Tenemos que colaborar con ellas en su sano crecimiento como parte de nuestros objetivos para el 2022. La transformación individual tiene que pasar por mejorar sensiblemente nuestras relaciones y nuestro comportamiento.

Mejorar la actitud y disposición para con el otro y respetarnos a nosotros mismos, es el primer paso para valorar a los demás. Nos queda ese trabajo interior que nos va a fortalecer y el cual tenemos que empezar ya.

Respetarnos y respetar es el mejor principio para mejorar nuestra convivencia, ser tolerantes y entender que las diferencias nos fortalecen. Trabajemos en este año en mejorar nuestra propia historia.

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