Copa General Arnulfo R. Gómez Reconocimiento a la Excelencia en el Ejército Nacional Mexicano (Pt.1)
Arnulfo R. Gómez

Valor Agregado

94 opiniones • veces leído

Durante la visita que Don Francisco I. Madero realizó a Sonora, Arnulfo R. Gómez lo conoció, lo que reafirmó su convicción como partidario de la democracia y del antirreeleccionismo.

Lectura: ( Palabras)

En el año 2017, junto con el Capitán Retirado Antonio Aguilar Razo publiqué un artículo sobre el 94º aniversario de la creación del Trofeo Copa General Arnulfo R. Gómez mismo que fue instituido por órdenes del Presidente de la República a fin de reconocer a la Excelencia en el Ejército Nacional Mexicano y premiar a los Cuerpos vencedores de los Concursos de Infantería y Artillería en la realización de ejercicios y procedimientos que se siguen en la Guerra Moderna.

Numerosas felicitaciones recibimos de lectores, amigos y familiares, particularmente porque hablábamos de la verdadera historia de México, dejando a un lado a la Historia Oficial, misma a la que yo he definido con mayor precisión señalando que La Historia Oficial de México, en muchas ocasiones es muy mentirosa, ridícula y tan absurda que exalta al inepto, al corrupto y al asesino, lo que ustedes podrán constatar con la lectura de este artículo en el que repito algunas partes del texto anterior, pero que, gracias a algunas de las personas a las que hago referencia en este artículo, también hemos podido enriquecer asentando verdades que, dogmas esgrimidos por supuestos

“historiadores” de México, habían plasmado con enorme ligereza y mayor irresponsabilidad. 

Este trofeo revestía enorme importancia porque se caracterizaba por 5 elementos inéditos:

  • Era un Reconocimiento a la Excelencia en el Ejército Nacional Mexicano; 
  • Era el primer trofeo a través del cual se hacía un reconocimiento en vida, a los méritos de un miembro del Ejército Nacional Mexicano creando un galardón con su nombre 
  • Porque se otorgaba a un miembro del Ejército Nacional sin que aun ostentara el grado máximo dentro del escalafón militar del Instituto Armado 
  • Porque las propuestas que había realizado para capacitación sistemática de los efectivos del Instituto Armado, incluían la reestructuración y modernización del Ejército Nacional Mexicano a través de acciones preventivas bien planeadas que facultarían al Ejército Mexicano a realizar acciones que se traducirían en mejoras en su operación, en superiores rendimientos y en ahorros en los costos de operación 
  • Porque era el reconocimiento a un General que entre 1911 y 1922 había participado en 21 campañas militares y 71 hechos de armas, lo que constituye un récord que ningún otro general ha alcanzado, aun sin contar las campañas y hechos de armas posteriores, entre las que podemos añadir a la Campaña en contra del delahuertismo, durante la cual, el General Gómez realizó exitosamente la defensa de la ciudad de México, por lo que en total fueron 22 campañas y, por lo menos, 72 hechos de armas

Especial referencia quiero hacer a la aportación de mis primas María Cristina y

Montserrat Fontes Gómez, la primera de ellas, Maestra en Letras Inglesas, que obtuvo su título en la UNAM, con promedio absoluto de 10, por lo que se hizo merecedora a la

Medalla Gabino Barreda; y Montserrat, quien obtuvo el título de Periodista en Los Angeles, California, además de que se Doctoró en letras inglesas con un estudio comparativo sobre la literatura rusa y la americana.

Ambas son nietas de mi abuelo, el General de División Arnulfo R. Gómez y, nietas también, del Coronel Paulino Fontes Ruiz, revolucionario y luchador destacado que ocupó importantes posiciones, entre otras, fue Secretario Particular del Presidente Venustiano Carranza, Director de los Ferrocarriles Mexicanos y, durante el periodo de la II Guerra Mundial, Administrador de la Aduana de Nuevo Laredo, la más importante de aquel periodo por la enorme sensibilidad que había con el comercio de algunos productos prioritarios y estratégicos.

También quiero agradecer la generosa aportación de los Maestros en Historia Militar

Capitán Antonio Aguilar Razo; al Mayor Oscar Villegas Díaz; al Maestro Pedro Celis Villalba; a la Maestra en Historia Doralicia Carmona, Directora de la Memoria Política de México y al Ingeniero Ricardo Romay Wisbrun yerno del General Eduardo Hernández Cházaro quien, frecuentemente, acompañaba a su suegro a jugar golf con

Joaquín Amaro, así como a otros descendientes de importantes revolucionarios que la Historia Oficial ha querido desaparecer y que, con sus recuerdos y atinados comentarios me orientaron sobre vivencias de sus antepasados y hacia una historia más realista que, con mucho gusto, me permito transmitirles.

Sobre el particular, reitero que la carrera militar del General Arnulfo R. Gómez fue una de las más sorprendentes del período revolucionario y de la postrevolución, misma que inició a la edad de 20 años al darse de alta como Soldado Raso en el Ejército Nacional Mexicano y, por méritos propios, recorrió todo el escalafón militar hasta obtener el Generalato con el Grado de Brigadier, el 27 de noviembre de 1915 y, el de General de División, el 24 de febrero de 1924, a la edad de 34 años.

Desde muy joven tuvo que trabajar ya que su padre, José Ramón Gómez, después de haber ganado un caballo pura sangre en un juego de cartas, fue asesinado por el perdedor quien no recibió castigo alguno de parte de las “autoridades mexicanas” por el crimen cometido, pues era miembro de una familia “muy influyente” de Sonora. 

Como consecuencia de esta irregular situación, la familia Gómez enfrentó una situación difícil en la administración de su rancho, por lo que, al igual que sus hermanos, Arnulfo R. Gómez tuvo que empezar a trabajar muy joven como Mecánico en la Mina de Cananea, en donde también aprendió las técnicas de la fundición. 

A pesar de enormes dificultades, el rancho de la familia Gómez permaneció en poder de Doña

Encarnación Elías de Gómez y sus descendientes hasta los años 70’s del Siglo XX, periodo en que fue invadido y lo perdió por una más de las injusticias del régimen político y jurídico mexicano, caracterizado por las “instituciones” corruptas que la Revolución Mexicana quiso eliminar, pero, que Alvaro Obregón, Plutarco Elías Calles, Gonzalo N. Santos, Aarón Sáenz, Joaquín Amaro, Emilio Portes Gil, Abelardo L. Rodríguez etc., defendieron y preservaron para su beneficio y el del de sus corifeos, y para desgracia del pueblo mexicano.

Peor aún, Plutarco Elías Calles las fortaleció, las desarrolló y las consolidó a través de una clase política mediocre e indigna, misma que él procreó y que tuvo como base de su origen y existencia, la institucionalización de la corrupción y el dedazo que Calles decretó, a través de la cual no sólo prostituyó a las instituciones públicas, sino que ese mal lo extendió a los sindicatos de tal manera que corrompió a todo el sistema político, económico, jurídico, educativo y social de México. 

A través de este proceso, mediatizó a gran parte del pueblo mexicano y lo convirtió en una masa pobre, ignorante, maleable, mediocre, conformista y temerosa.

El temprano contacto con la cruda realidad permitió que, Arnulfo R. Gómez, adquiriera plena conciencia de la situación económica, política y social que padecía el país habiendo participado activamente en la trascendental Huelga de Cananea, en 1906, además de que también realizó intensas actividades políticas como miembro del Partido Liberal Mexicano.

Durante la visita que Don Francisco I. Madero realizó a Sonora, junto con otros líderes del Antirreeleccionismo, Arnulfo R. Gómez lo conoció, lo que reafirmó su convicción como partidario de la democracia y del antirreeleccionismo. 

Convencido de los principios democráticos, Arnulfo R. Gómez fue decidido partidario del Sufragio Efectivo No Reelección, mismo que defendió a ultranza, aún en contra de Venustiano Carranza, Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles que, en algún momento, “se declararon demócratas” pero que, en la primera ocasión que tuvieron, flagrantemente violaron y traicionaron “sus principios” mostrando su enorme oportunismo y una ausencia de convicción real en la democracia y en los postulados de la Revolución Mexicana. 

El joven Arnulfo R. Gómez, marcado con una cruz, con Francisco I. Madero, los hermanos Orozco y otros personajes revolucionarios

Ante la traición a los principios y valores de la Revolución Mexicana por parte de esos supuestos “demócratas”, el General Gómez se convirtió en un defensor de la democracia y el antirreeleccionismo hasta el día de su proditorio asesinato, el 5 noviembre de 1927, en que declaró: Muero por no claudicar de mis principios revolucionarios. 

Después de trabajar en la mina y de participar activamente en la histórica Huelga de Cananea, se fue a trabajar y estudiar inglés a Tucson, Arizona, con el fin último de cuidar a su hermano mayor, Alejo, mismo que a la postre había vengado la muerte de su padre, ejecutando a su impune asesino quien había sido encubierto por las “autoridades mexicanas”

Por estas circunstancias, “la justicia mexicana” condenó a Alejo R. Gómez quien, después de pasar una temporada en las bartolinas de la cárcel de Cananea por vengar el asesinato de su padre, José Ramón Gómez, fue obligado por las autoridades sonorenses a participar en el combate contra los yaquis. 

En esta lucha forzada, Alejo fue herido y, como muchos otros combatientes, fue abandonado en el campo de batalla por las “autoridades”, lugar de donde fue rescatado por su madre, Doña Felipa Robles, quien lo condujo hasta su rancho al amparo de una Bandera Amarilla que, en aquella época, se utilizaba como símbolo de alerta para evitar que la gente se acercara a los enfermos de cólera. 

Doña Felipa, debido a la gravedad de las heridas de Alejo, personalmente le amputó la pierna en su rancho y, enfrentando todo tipo de dificultades, lo trasladó a través del desierto hasta Tucson, Arizona, para que recibiera la atención médica adecuada y se recuperara, en donde vivió hasta su muerte. 

A su regreso a México, Arnulfo R. Gómez se dio de Alta en el Ejército Nacional Mexicano, el 20 de abril de 1911. Entre 1911 y 1922, la carrera militar del General Gómez se nutrió con su decidida participación en 21 campañas militares en diversas regiones de la República Mexicana que sumaron -para su honor y gloria- 71 hechos de armas, cifra récord que ningún otro general del Ejército Mexicano puede ostentar. Incluyendo la Campaña contra el delahuertismo y la defensa de ciudad de México, el récord ascendió a 22 campañas y 72 hechos de armas.

Su exitosa carrera militar lo llevó a ser Jefe de las más importantes y conflictivas zonas militares del país, acumulando una enorme experiencia y numerosos conocimientos que le permitieron tener continuos y merecidos ascensos, así como una decidida e importante participación en la reestructuración, capacitación y modernización del Ejército Nacional Mexicano. 

Por la enorme disciplina que estableció y la capacitación que dio a su tropa, en diversas ocasiones fue comisionado y designado como titular emergente para fortalecer y realizar campañas en regiones en las que, los efectivos acantonados in situ, no habían podido resolver los problemas y conflictos que enfrentaban. 

Estas acciones se tradujeron en experiencias que lo facultaron para desarrollarse como estratega de alto nivel, lo que también le dio conocimientos y bases muy sólidas para que realizara importantes aportaciones a la reestructuración, desarrollo y modernización del Instituto Armado al conocer perfectamente su operación y funciones en todos los niveles. 

Las propuestas del General Gómez ponían como núcleo central del desarrollo del Ejército Nacional al elemento humano, por lo que señalaba como fundamental, las condiciones e instalaciones con que los efectivos deberían contar para realizar sus actividades en forma óptima haciendo énfasis en:

  1. Mejoramiento de las condiciones físicas del soldado
  2. Construcción de buenos cuarteles, talleres, campos, escuelas etc.
  3. Establecimiento de confortables hospitales
  4. Establecimiento de campos militares y su preparación, incluyendo caminos, drenaje y agua para campamentos permanentes, transitorios o de prisioneros entre otros
  5. Establecimiento de un sistema de transporte militar
  6. El establecimiento de oficinas de empleo para soldados cumplidos y una sección de policía militar pública y secreta, así como
  7. Definición de un esquema de escalafón riguroso

El General Gómez estaba convencido de que, para ser miembro del Ejército Nacional, había que observar una conducta ética y moral, no mezclarse en la política, así como, muy importante, incentivar el ingenio para lograr el desarrollo de inventos y mejoras en el Instituto Armado, procurando un mayor acercamiento directo entre la masa de jefes y oficiales subalternos con la superioridad. 

Como parte fundamental para el desarrollo del Ejército Nacional y de sus efectivos, el General Gómez propuso un sistema de incentivos y recompensas para aquellos miembros del Instituto Armado que hicieran alguna aportación que incidiera en su mejora. 

Una muestra de este sistema de incentivos se consigna en la fabricación de Trincheras Portátiles de acero blindado, inventadas por un miembro del Ejército Mexicano al que se le reconoció su autoría y se le recompensó con un estímulo económico; así como en el desarrollo que tuvo el que, posteriormente, sería Contralmirante de la Armada de México, Estanislao García Espinosa quien, en 1918, a los 15 años de edad, se inició como solista en la Banda de Música del Estado Mayor del General Gómez, mismo que a los 19 años se convirtió en su Director y, posteriormente, fue el Primer Director de la Banda Sinfónica de la Marina Armada de México.

Su experiencia también le permitió el diseño y desarrollo de armamento que, en un principio incluyó, entre otros, el diseño de carros blindados de combate con lanzallamas que, a la vez, debían de servir como centro de comunicación inalámbrica, convirtiéndose en una primicia y un ejemplo emblemático de lo que serían las armas combinadas del futuro, elementos que sólo tuvieron su auge hasta la II Guerra Mundial. Del Carro de Combate General Arnulfo R. Gómez se construyeron 50 unidades que fueron utilizadas como elementos disuasivos, en la ciudad de México, durante la Revolución delahuertista y en las votaciones del 6 de julio de 1924, evitando un enorme derramamiento de sangre. 

Carro de combate equipado con lanzallamas, primer arma combinada que también servía de base para realizar comunicaciones inalámbricas, diseñado por el General de División Arnulfo R. Gómez.

Adicionalmente, realizó aportaciones que incluyeron la construcción de diversos tipos de fortificaciones, la fabricación de granadas especiales para ser arrojadas por medio de fusiles, la construcción de estaciones de comunicación inalámbricas, la fabricación de gases especiales que no contravinieran la Convención de Ginebra y máscaras ligeras contra gases, entre otras

A continuación, se incluye una fotografía de las fortificaciones estratégicas diseñadas por el General Gómez que, por primera ocasión, fueron utilizadas en la Campaña de las Huastecas que él dirigió exitosamente.

Más columnas del autor:
Todas las columnas Columnas de

Deja un comentario

Lo que opinan nuestros lectores a la fecha