¿Somos libres en la ignorancia y esclavos en el conocimiento?
Cuando no sabemos dónde está algo, puede estar en cualquier lugar. Pero cuando lo encontramos, resulta que la cosa que buscábamos solo podía haber estado en ese preciso lugar. Así que, eso elimina de manera absoluta la posibilidad y probabilidad de encontrarlo en otro.
¿Entonces, para que buscamos? ¿queremos realmente encontrarlo?
¿Si no nos gusta lo que encontramos, estábamos mejor en un mundo donde podría haber sido cualquier otra? ¿Pasaría lo mismo sin importar lo que encontremos?
Cuando sabemos algo, nos limitamos a eso y descartamos las demás opciones que existían.
El viaje al descubrimiento es una aventura más completa y satisfactoria que el descubrimiento en sí. Una vez que completamos la búsqueda, la emoción desaparece y su espacio es cubierto por un nuevo conocimiento. Ese conocimiento no es necesariamente bueno ni malo, simplemente es lo que es, algo que aprendimos.
¿Todo puede ser hasta que se demuestra que no, o nada puede ser hasta que se demuestra que si?
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