La diplomacia del avestruz
Fulvio Vaglio Bertola
94 opiniones • veces leído

Seguramente Le Pen y Bertrand se jugarán el cuello en la primera vuelta, pero habrá que ver si el sobreviviente tendrá bastante energía para echarse a la carótida de Macron…

Jean-Baptiste Greuze, El Hijo Ingrato (lelivrescolaire.fr).
Jean-Baptiste Greuze, El Hijo Ingrato (lelivrescolaire.fr).

Lectura: ( Palabras)

En la historia del teatro, el drama burgués es el antecedente inmediato del melodrama; sólo que, a diferencia de este último, el drama burgués no termina con el castigo del villano, sino con un arrepentimiento y perdón general: a tarallucci e vino (pasta e vino) dirían a Roma.

Parecería que algo similar se está dando en el escenario internacional, desde Canberra y Washington a París y Londres. Hechos y fechas: el 15 de septiembre pasado, el primer ministro Scott Morrison anunció que Australia cancelaba la orden de 12 submarinos “convencionales” (eléctricos) y construiría en cambio un parque de submarinos nucleares con el apoyo de Estados Unidos y Gran Bretaña. El mismo día 15 Joe Biden anunció un acuerdo trilateral (pronto apodado “Aukus”, acrónimo de los tres países involucrados) para contener la influencia china en el Pacífico.

Emmanuel Macron
Emmanuel Macron (Foto: Michel Euler; Reuters).

Se desató la avalancha: el viernes 17, el gobierno francés llamó a consulta a sus embajadores en Canberra y Washington (un acto que, en otros momentos, hubiera sido el último paso antes de una declaración de guerra).  La llamada a consulta no incluyó a la embajadora francesa en Londres, pero no por prudencia sino para agregar una bofetada con guante café a las declaraciones indignadas que venían del Eliseo: el ministro de Relaciones Exteriores, Jean-Yves Le Drian, ninguneó el rol internacional de Reino Unido llamándolo “la quinta rueda de la carroza” occidental.


A esta altura Boris Johnson no pudo no darse por aludido y contestó con un bastante ambiguo “Ya, ¿no?” (Give me a break), que en el mismo tiempo suena como “Traten de entender” (Get a grip). Tampoco la Comisión Europea pudo jugar a quien está fuera de la contienda y se alineó “en principio” con la indignación francesa.

BORIS JOHNSON
Boris Johnson (Foto: Ben Stansall/Pool; Aljaezeera).

Basta con mirar el cuadro de Jean-Baptiste Greuze reproducido al comienzo de esta columna para encontrar todos los matices de teatralidad y vaniloquio de este “incidente diplomático”: el rostro desencajado y cansado de Macron, la expresión afligida y exasperada de Boris Johnson, el movimiento dramático de las figuras (hacia la derecha: ni modo) que se detiene en la figura del hijo ingrato. El observador se pregunta quién será éste: puede haber varias respuestas, pero la que dio el trinomio “Aukus” es que el hijo pecador que necesita un escarmiento es Francia, y más en general la Unión Europea.

EUA y la Unión Europea
Foto: EUNews.

Hasta el 22 de septiembre pasado parecía que el drama terminaría como prometía: tanto el cuadro de 1777 como la crisis diplomática de 2021 tenían suficiente tensión y suscitaban bastantes expectativas como para justificar un final, si no cruento, al menos explosivo. Pero no ha sido así, planteadas con fuerza las respectivas posiciones, lo borregos regresaron al redil: Biden y Macron se telefonearon, aclararon que nunca tuvieron la intención de lastimarse de veras y los embajadores regresaron a Washington y Canberra. Los que nos acordamos de la crisis de los misiles cubanos de 1962, recapacitamos en que las tragedias históricas siempre se repiten como farsas.

Macron en desfile
Foto: BBC News, Gettyimages.

Aunque las motivaciones de los dos interlocutores principales sean ambiguas, se pueden entender, Biden sigue terminando lo que había iniciado Trump, aunque dice el contrario: después del retiro precipitado de Afganistán, del “trágico error” que causó 14 víctimas inocente (y ninguna baja segura del enemigo), después de abrirle de par en par a China las puertas a la región indo-caucásica, jugó la carta (supuestamente menos peligrosa) del business nuclear. Si también aquí no le ha ido realmente mal es porque se trataba precisamente de farsa y no de tragedia.

La perspectiva de Macron también es de un pasado agobiante, un presente débil y un futuro incierto. El pasado es la tradición gaullista de la “grandeur” de Francia, que sólo es capaz de responder al “desafío americano” como lo llamaba Servan Schreiber. 2022 será año electoral, lo que quiere decir que Macron ya está en campaña.  Parece que está surgiendo un nuevo contrincante entre République En Marche y el Rassemblement Nacional de Marine Le Pen: Xavier Bertrand, el nombre más popular de la todavía amorfa Derecha Diversa. Seguramente Le Pen y Bertrand se jugarán el cuello en la primera vuelta, pero habrá que ver si el sobreviviente tendrá bastante energía para echarse a la carótida de Macron, quien necesita explotar el nacionalismo francés para asegurarse la reelección, y ésta ha sido su jugada en la crisis diplomática actual.

Este domingo hay elecciones también en Alemania, y aquí la carrera que parecía cerrarse sobre el socialdemócrata Oskar Scholz, parece abrirse de nuevo, en la última semana, para el cristiano demócrata Armin Laschet; Annalena Baerbock de Los Verdes dice: “Yo soy el cambio, los otros son más de lo mismo”. No para ser ave de mal agüero, pero lo dijo Fox en el 2000 y míranos hoy nada más.

Más columnas del autor:
Todas las columnas Columnas de

Deja un comentario

Lo que opinan nuestros lectores a la fecha