Continente asiático, epicentro de la atención global
Manfredo Martínez

Sociedades del Siglo XXI

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“No deberíamos dividir el mundo en partes. No debemos permitir que el mundo caiga en otra guerra fría”.

Lectura: ( Palabras)

Desde mediados de este noviembre se desarrollan en países asiáticos dos eventos de alta efervescencia y que acaparan la atención mediática y humana globales. La primera cumbre del G 20-en donde se debate “a fondo” la invasión rusa a Ucrania, bajo la persistente amenaza pandémica de la COVID-19-se ha realizado los días 15 y 16 en Bali, isla de Indonesia; con la ausencia de fondo de los dignatarios Andrés Manuel López Obrador (AMLO), Jair Bolsonaro y Vladimir Putin, de México, Brasil y Rusia respectivamente quienes fueron representados por sus ministros de relaciones exteriores -. Por otra parte, el mundial 2022 inicia este domingo veinte en Catar con seleccionados que “vienen” de los diversos continentes, con el debut mexicano el veintidós ante su similar de Polonia-esta última escoltada por dos aviones cazabombarderos en su desplazamiento hacia Catar a raíz de las tensiones ruso-ucranianas que se acrecentaron con el misil de la era soviética que cayó en la localidad de Prsewodow de Polonia con dos víctimas mortales-.   

No cabe duda qué, actividades geopolíticas y futbolísticas como estas que se desarrollan en estos dos países de mayoría musulmana, son esas oportunidades que se “abren” para reafirmar la fraternidad humana sostenida con fuerza en el primer artículo de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 al afirmar “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros”.

Y es aquí donde me parece importante destacar dos aspectos con implicaciones que pueden “reorientar” el devenir en el corto plazo las relaciones internacionales en armonía y decantándose por “agotar” el consenso en la gestión de los asuntos geopolíticos y deportivos como estos que se desarrollan en esta parte del mundo. Por una parte, en el cónclave del G20, preliminarmente con el borrador de declaración final, al parecer China e Indonesia, aliados “cercanos” de Putin empiezan a “desmarcarse” de su retórica de neutralidad y dan pasos firmes hacia el frente al asentir escuetamente que “si la guerra no termina será difícil para el mundo avanzar”. En la inauguración de la cumbre, el presidente indonesio Joko Widodo advirtió que “no deberíamos dividir el mundo en partes. No debemos permitir que el mundo caiga en otra guerra fría”.

Por otra parte, con relación al mundial de Catar 2022 vemos como ciertamente los cataríes han establecido “reglas” de estricto cumplimiento-conforme los vigentes códigos culturales que ciertamente “colonizan” internamente en el país los cuerpos de sus ciudadanos al dictar normas rigoristas y legalistas -, amparándose en su ley islámica de la Sharía.

En ese sentido, pienso que aquí en estos dos escenarios lo que debe prevalecer es una ética del “encuentro”, en donde prevalezca el respeto ciertamente a las costumbres de cada uno pues evidentemente el mundo es multicultural. Ya lo vimos con el reciente informe generado desde el seno de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en el cual se comunica que a partir de éste 15 de noviembre la población mundial es de 8 mil millones de habitantes.

En definitiva, los dos eventos aquí descritos deben servir para motivar una remozada comprensión de realidades que necesariamente han sufrido alteraciones producto de la evolución de las tecnologías, comunicaciones y transportes, por lo cual, la clave debería estar en la necesidad de garantizar la convivencia pacífica respetando las propias costumbres individualizadas y culturales en un mundo que cambia con “un abrir y cerrar de ojos”.

Posdata: Indudablemente que la crisis ruso-ucrania acapararon la mayor cantidad de tiempo en la cumbre de Indonesia, pero además la seguridad alimentaria y la transformación digital. Por otra parte, la falta de garantías de respeto a los derechos de colectivos como los LGTBI en Catar y la falta de garantías a los obreros que han construido los diversos estadios del país árabe, motivó que artistas de renombre internacional como: Dua Lipa; Shakira; y, Rod Stewart,-entre otros-se hayan negado a presentarse a animar el evento de inauguración de la cita mundialista.

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