CMDH, Vigilante del Tribunal Electoral, excesivamente cercano al gobierno
Antonio M. Prida

De Frente y Derecho

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¿México cuenta en la actual coyuntura con instituciones adecuadas para enfrentar la elección más grande de su historia? El presidente René Bolio contesta con un rotundo “NO”.

Imagen: Schoemaker.
Imagen: Schoemaker.

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En palabras de René Bolio, el actual presidente de la Comisión Mexicana de Derechos Humanos, fundada en marzo de 1988, es la precursora en la promoción y defensa de los derechos humanos en México, ya que inició sus actividades antes que la Comisión Nacional de Derechos Humanos y las demás surgidas en los Estados, así como antes que las otras organizaciones de la sociedad civil que se han enfocado en estos temas. El maestro Bolio es abogado de profesión y maestro en políticas públicas con amplia trayectoria en la vida política del país, pero actualmente sin filiación política alguna y aún sin simpatía por ningún partido político. En materia política internacional ha apoyado a demócratas en Cuba, Venezuela, Nicaragua, China y Tailandia, entre otros países.

René Bolio afirma que la Comisión Mexicana de Derechos Humanos tiene una visión humanista centrada en el ser humano y que es ajena a cualquier partido político y credo religioso, y que desde luego es completamente independiente del gobierno. Su labor se ha enfocado en la defensa de los derechos humanos en su integridad, no sólo en los más llamativos, sino en los más importantes, como lo son el derecho a la vida, la propiedad, la democracia, la religión y la libertad. Su importancia en la actual coyuntura es particularmente relevante ante el vacío institucional de los defensores de derechos humanos, especialmente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, y ante la sistemática violación de derechos humanos fundamentales por parte del actual gobierno.

Bolio lamenta la excesiva ideologización de muchas de las organizaciones de defensores de derechos humanos de la sociedad civil, que no levantan la voz con el suficiente volumen frente a las continuas violaciones a derechos humanos por parte del gobierno. Es de particular preocupación del presidente Bolio la coyuntura de las elecciones que se llevarán a cabo en junio próximo en todo el territorio nacional, en las que la CMDH actuará nuevamente como observador electoral del Instituto Nacional Electoral, del Tribunal Electoral y de la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales. Dicho proceso de observación será la continuación del proceso ininterrumpido que se ha realizado durante las diez últimas elecciones federales.

Para realizar su proceso de observación este año, la CMDH concursó ante el Instituto Nacional Electoral para obtener fondos económicos que le permitan realizar su proyecto que pretende utilizar a más de un centenar de observadores electorales especializados, mediante su presencia física en las instalaciones de las mencionadas instituciones, a efecto de revisar sus respectivas resoluciones, acuerdos y sentencias. También se prevé la presencia virtual de observadores de la CMDH en sesiones de dichas instituciones transmitidas en forma electrónica.

El proyecto de observación electoral de la CMDH de este año también incluirá la observación cercana del experimento que se llevará a cabo en el estado de Jalisco para la utilización de urnas electrónicas, a efecto de recibir el voto de los ciudadanos de manera electrónica.

rene bolio
René Bolio, actual presidente de la Comisión Mexicana de Derechos Humanos.

Ante la pregunta sobre si México cuenta en la actual coyuntura con instituciones adecuadas para enfrentar la elección más grande de su historia, el presidente René Bolio contesta con un rotundo NO. Denuncia que desafortunadamente se cuenta con un tribunal excesivamente cercano a los intereses del gobierno, con un instituto electoral continuamente amenazado por el poder y con una fiscalía que hasta el momento ha sido incapaz de detectar ningún delito relevante. Califica a la institucionalidad electoral de mediocre y de carente de voluntad para enfrentar los enormes retos que presenta la actual realidad. Le preocupan en particular las constantes amenazas de auditorías de la mayoría de los diputados de MORENA en contra de los consejeros del Instituto Nacional Electoral.

Aunque desde luego la CMDH ha venido presentando y continuará presentando, al INE y a la opinión pública, reportes parciales de sus actividades de observación electoral, será en agosto cuando presente su reporte final de observación electoral y no descarta la posibilidad de realizar denuncias internacionales ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, o aún ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en caso de detectar, durante el proceso electoral, crímenes que lo ameriten. Desde ahora, el grupo de observadores electorales de la CMDH están estableciendo contacto personal con funcionarios de las mencionadas tres instituciones y se alistan para entrar en contacto con los observadores electorales que enviarán tanto la ONU como la OEA a nuestro país en los próximos meses.

Aunque la labor de observación del Tribunal Electoral fundamentalmente se llevará a cabo con posterioridad a la jornada electoral, el día de la jornada la CMDH planea plantar físicamente a observadores suyos en lugares focalizados de particular riesgo. Las irregularidades que en especial preocupan a la CMDH son la coacción y la promoción indebida del voto y actos prohibidos por la Ley, como el acarreo, relleno de urnas y anulación indebida de votos. También planea focalizar su atención en casillas remotas en las que se carece de adecuada vigilancia partidista y de la sociedad civil. Para esta última actividad de observación electoral, la CMDH se ha asociado con otras organizaciones de la sociedad civil, tales como Océano Ciudadano y la Asociación Nacional Cívica Femenina (ANCIFEM), junto con las cuales planean contar con más de 500 observadores distribuidos a lo largo y ancho del territorio nacional.

Una vez pasada la coyuntura electoral, la CMDH volverá a la atención de los graves temas de la agenda nacional en materia de derechos humanos, particularmente agravados por la centralización del poder y la mala administración por parte del actual gobierno, que derivan en un régimen autoritario que cada vez violenta con mayor frecuencia los derechos humanos, provoca la pérdida de autonomía de los poderes y organismos públicos y la pauperización generalizada que afecta los derechos de salud, seguridad y educación, entre otros.

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