#TragediaEnElMetro
La noche del 3 de mayo de 2021 será recordada por la tragedia. Un puente que daba soporte a la línea 12 del metro colapsó y descarriló al tren que pasaba por arriba, justo en ese mismo momento. Nos despertamos con la triste notica de que, al menos, hay 23 muertos y 65 heridos.
¡Imagínense el momento! Hay una cámara de seguridad que justo lo capta. El desplome es encima de un grupo de vehículos que transitaban por la avenida. Llama la atención lo concurrido del tránsito; seguramente la mayoría de las víctimas –las que estaban dentro del metro y a las que les cayó encima la estructura y los vagones– volvían a sus hogares después de un arduo día de trabajo. Hoy, esas personas, o sus familias, se encuentran en la zozobra. Hoy, al igual que todos, tienen más preguntas que respuestas. ¿Cómo puede desplomarse un puente? ¿Por qué puede pasar eso? ¿Quién es responsable de tantas muertes?
La línea 12 del metro siempre ha sido polémica. Lo fue en su planeación y ejecución.
- “Los trenes no eran compatibles con las vías”, decían unos;
- “Se robaron el presupuesto y bajaron el control de calidad”, decían otros;
- “Lo hizo el jefe de gobierno para beneficiar a su grupo y buscar la presidencia”.
En fin, había siempre señalamientos. El funcionamiento de esa línea siempre estuvo bajo la sombra de que algo no se había hecho bien.
Veremos la reacción de las autoridades. Por lo pronto, la Jefa de Gobierno rápidamente se trasladó desde anoche al lugar de los hechos y ha estado al frente visiblemente. El ahora Secretario de Relaciones Exteriores, que en su momento como Jefe de Gobierno fue el responsable de la construcción de la línea 12, ya dio sus condolencias y se puso a las órdenes de las autoridades para “contribuir en todo lo que sea necesario”. El ahora senador y anterior Jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, también publicó en Twitter sus condolencias y se dijo pendiente de los peritajes. El Presidente, después de 9 horas del suceso, no ha dicho nada.
La directora del Sistema de Transporte Colectivo Metro de la Ciudad de México, Florencia Serranía, debe estar muy preocupada. El metro ha sido motivo de noticias malas desde que tomó el cargo y, desafortunadamente, todas las noticias tienen que ver con falta de mantenimiento. Se han cerrado líneas varias veces y, simplemente, las cosas no funcionan bien. Bueno, pues ayer fue la gota que derramó el vaso. ¡Y de qué forma! Las víctimas son personas inocentes, ajenas a la burocracia y negligencia de un grupo de personas quienes, asumiéndose como autoridades en la materia, no tuvieron la capacidad de administrar adecuadamente la planeación y ejecución de una obra que, bien realizada, resuelve problemas importantes de movilidad para la CDMX, pero que desafortunadamente, se ha convertido en un arma mortal. Por dignidad, ese grupo de personas debe renunciar y ponerse a disposición de los investigadores para deslindar responsabilidades.
Estoy viendo, en las horas por venir, el botín político que se hará de esta tragedia. Unos acusarán a otros. Sin duda, los que gobiernan actualmente deslizarán la idea de que fue en tiempos de Mancera –enemigo declarado de la administración local– que se descuidó el mantenimiento de la línea y que éstas son las consecuencias. Es decir, una vez más se harán las víctimas, sin asumir responsabilidades. Los partidos políticos de oposición acribillarán al Gobierno Federal y al de la CDMX sin ningún miramiento, sea verdad o mentira lo que digan. Si de por sí, estas tragedias siempre se politizan, imagínense ahora que estamos de lleno en tiempos de campaña.
Los muertos y heridos derivados de un accidente siempre duelen, cuando son muchos, aun más, pero cuando además sabemos que detrás de ese accidente hay negligencia, mala administración y probablemente corrupción, sin duda duele mucho más y además enoja. ¿Qué tiene que pasar para que verdaderamente se dé un giro de timón y veamos un buen gobierno?
El colapso del metro indigna porque se pudo haber evitado. Hay programas a los que, por ningún motivo, debe dejar de darse mantenimiento. Para ellos, siempre debe existir el presupuesto suficiente, y más cuando se trata de un sistema de transporte que todos los días mueve a millones de personas. No se vale que hoy haya familias destrozadas y una ciudad en duelo, porque alguien, detrás de un escritorio, tuvo la genial ocurrencia de aplicar la “austeridad republicana”. Ahí están las consecuencias de sus “ahorros mal entendidos”.
Mi más sentido pésame a todas las familias de las víctimas. Hoy es un día muy triste para esta ciudad.
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