[i]La estupidez domina el mundo
Estos días que he estado confinado en casa por haber contraído el CORONAVIRUS, he tenido el tiempo de hacer algunas de las actividades que más me complacen como leer, escribir, ver alguna serie (de dudosa calidad en esta ocasión) y echar una ojeada a los periódicos, amén de intentar resolver crucigramas y sudokus.
Se trata de una vida muy placentera a la que me podría adaptar si no fuera por la molestia de tener que estar encerrado en dos habitaciones de la casa -el dormitorio y el estudio-, y por las necesidades económicas de cualquier mortal que me obligan a ir a trabajar todos los días a una fría oficina ubicada en la parte alta de una bodega, a unos veinte kilómetros de Madrid. Entre las lecturas, estoy gozando con la biografía Vida y leyenda del sultán Saladino de Jonathan Phillips, así como con la novela corta de Marguerite Yourcenar Le coup de grace inspirada en un caso real acaecido durante la guerra civil rusa. El primer libro es un hercúleo trabajo acerca de la vida de Saladino y la permanencia de su imagen tanto en Occidente como Oriente, a través de los siglos. Resulta impresionante la cantidad de fuentes consultadas.
Respecto a la serie elegida para pasar mi calvario, El descubrimiento de las brujas con Matthew Goode y Teresa Palmer, ésta me hizo gracia hasta el momento en que los protagonistas (un vampiro y una bruja) viajan al pasado. Más concretamente a la Inglaterra isabelina finales del siglo XVI. Digamos que mi capacidad de tolerancia ante un guion tan fumado superó su límite. No obstante, como soy humano y por ende contradictorio, amén de estar enganchado a la serie, seguiré viéndola hasta el final.

De los sudokus y los crucigramas, tan sólo diré que mi afición a estos juegos aumenta o decrece en función de mi capacidad para resolverlos. Lo que no quita que todos los días lo intente. Sin embargo, lo que más me ha llamado la atención en estos días de convalecencia son algunas noticias sueltas que aparecen en la prensa y que dan una imagen muy pobre de la especie humana. Dos de las noticias, de hecho, tienen un tema común: el antisemitismo. Por una parte, una turista holandesa no tuvo mejor idea que pedirle a su esposo que le hiciera una foto a la entrada de Auschwitz, haciendo el saludo nazi. Inmediatamente los policías detuvieron a los cónyuges que alegaron en su defensa que era una broma estúpida. Tras cinco horas en comisaría, la pareja fue liberada tras el pago de una multa.
No veo dónde le vieron la gracia al asunto de hacer ese gesto en un lugar donde más de un millón de personas fueron asesinadas. Por otra parte y en la misma línea, una maestra mexicana fue despedida por el centro de enseñanzas donde daba clases por decirle a sus alumnos un atroz chiste antisemita. Se pensaría que aún estábamos en los años ochenta en que la incorrección política era norma. En cualquier caso, lo que me asombra en ambos casos, es la falta de cálculo en ambos casos. Ni la profesora pensó que podría ser grabada y, posteriormente perder su empleo, ni los turistas imaginaron que podrían ser detenidos.
Por último y cambiando de tercio, una española se ha auto proclamado, acta notarial en mano, dueña del sol y quiere demandar a las empresas que usen la energía solar. Sin embargo, le ha salido competencia ya que otro listo la ha demandado a ella por el daño que le está haciendo su propiedad en el cuerpo, habida cuenta de que tiene cáncer de piel.

Hasta ahora hablamos de casos individuales de personas que no parecen tener muchas luces. Sin embargo, la crisis por la que estamos pasando nos demuestra que la insensatez y poca inteligencia son universales. Empecemos por aquellos pastores que proclamaban que no tenían miedo a la enfermedad porque Dios los protegía y que cayeron enfermos y murieron. Sigamos con los políticos que hablaban de convivir con la enfermedad y tuvieron que tomar medidas restrictivas cuando ya era tarde y había decenas de miles de muertos en los hospitales. No olvidemos tampoco a aquellos que se manifestaban en contra de las mascarillas a las que incluso llegaron a estigmatizarlas políticamente hablando.
Recuerdo que durante el recuento de las elecciones en USA, la CNN emitía un anuncio en el que decía, palabras más palabras menos: “esto es una mascarilla, no una credencial de un partido político. Esto evita contagios. Póngaselo”. ¿De verdad era necesario hacer una propaganda explicando estas obviedades? ¿Tan cortos son los espectadores norteamericanos para no entender esto? Por otra parte, a punto de cumplirse 530 años de la llegada de Cristóbal Colón a América y casi 50 años después de que la NASA captara la primera foto completa de la tierra llamada “the blue marble”, sigue habiendo gente que manifiesta su creencia en que el planeta es plano. Y no sólo eso, sino que se atreven a exponer sus ideas en las redes sociales y organizan congresos.
Un estudio reciente reveló que a partir de los nacidos en 1975, la tendencia alcista del coeficiente intelectual en el mundo había empezado a decrecer. Además, otro estudio apunta al hecho de que cada vez empleamos más elementos emotivos en lugar de argumentos emanados de la razón en nuestras discusiones. Es decir, no importa tanto la verdad objetiva sino lo que sentimos. Así, no debe de extrañarnos que los dirigentes electos democráticamente sean cada vez más patéticos, independientemente de sus ideologías. Mi abuela solía decirme el refrán “La ignorancia es atrevida”. Está claro que hoy en día no le teme a nada.
Referencias:
Asegura ser dueña del Sol y ahora quiere cobrar un impuesto a la humanidad, Proceso. Publicado el 21 de enero 2022.
Cesan a profesora por contar un chiste antisemita durante una clase virtual, Proceso. Publicado el 20 de enero 2022.
Detenida en Auschwitz una mujer neerlandesa por hacer el saludo nazi frente a la puerta del campo de exterminio, Público. Publicado el 24 de enero 2022.
Por qué el coeficiente intelectual (IQ) está decayendo desde 1975, BBC. Publicado el 16 de junio 2021.
La humanidad está abandonando la razón, según un estudio, Levante. Publicado el 14 de enero 2022.