La Sagrada Familia: símbolo de Barcelona
Pablo Viñamata

Citas desde Barcelona

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Si alguien va a Barcelona no puede evitar la visita a un lugar tan importante en la historia de la ciudad.

Fotografía de la fachada de la Pasión (Fuente: Sagradafamilia.org).
Fotografía de la fachada de la Pasión (Fuente: Sagradafamilia.org).

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La ciudad de Barcelona es una de las urbes más visitadas del mundo, son muchos los lugares que tiene que reciben cada año millones de turistas, sobre todo antes de la pandemia que estamos viviendo en los últimos dos años. El modernismo es quizá su seña de identidad más importante, ya que son numerosos los edificios que tiene la capital catalana característicos de este movimiento. Arquitectos como: Antoni Gaudí, Lluís Domènech i Montaner, Josep Puig i Cadafalch o Josep María Jujol, entre otros, han dejado su impronta en la ciudad.  Aunque muchos de esos edificios se construyeron durante la segunda mitad de siglo XIX y principios del XX, hay uno que su construcción continúa hasta el día de hoy: el Templo Expiatorio de la Sagrada Familia un proyecto de Antoni Gaudí; el cual se ha construido con donativos y limosnas desde sus inicios, por eso la tardanza en finalizarse.

 Tras la muerte Gaudí en 1926, la obra pasó por diversos arquitectos y escultores que se han encargado de su construcción y la decoración de sus fachadas, lo que muchas veces ha despertado controversia por la variación de estilos que ha tenido el templo y por su alejamiento de las ideas originales del arquitecto de Reus. En la actualidad, la Avenida Gaudí, que comunica en línea diagonal la Basílica y el modernista Hospital de Sant Pau, situado unas cuadras más al norte; es la única similar a las que proyectaba Gaudí, aunque esta fue diseñada por el francés León Jaussely. Su diseño, hace que la Basílica se vea perfectamente el Hospital y desde este se ve esta misma.

Gaudí
Gaudí muestra las obras de la basílica al Nuncio Francesco Ragonesi en 1915 (Fuente: Wikipedia).

Pero todas estas controversias, no han impedido, que la Sagrada Familia sea el monumento más visitado de España. Y es que antes de la crisis del COVID-19, era normal ver largas colas durante todo el año para visitar el templo, consagrado como Basílica por el Papa Benedicto XVI en 2010. Aunque en los dos últimos veranos, se ha seguido viendo largas filas de personas con ganas de conocer este templo.

El proyecto se inició en 1882 por encargo de la Asociación Espiritual de Devotos de San José, fundada unos años atrás para recaudar fondos para construir un templo dedicado a la Sagrada Familia. Primero se encargó al arquitecto Francisco de Paula del Villar y Lozano, que proyectó una construcción neogótica; pero un año después abandonó el proyecto por diferencias con los promotores y pasó a manos de Antoni Gaudí, que había sido su ayudante años atrás. En ese momento, solo se había realizado parte de la Cripta; Gaudí siguió compaginando su trabajo en el futuro templo con otras de sus obras, pero en 1914 pasó a dedicarse en exclusividad a la Sagrada Familia e incluso llegó a dormir en el taller del templo; hasta su muerte en 1926. La obra ha continuado su construcción con el paso de los años, pero siempre de forma lenta debido a la política que defendió el arquitecto de que se construyese a través de donativos; el mismo, pensando en esa idea, dejó una gran cantidad de planos y maquetas sobre cómo se debía continuar su construcción.

Basílica de la Sagrada Familia
Interior de la basílica (Fuente: Sagradafamilia.org).

Gaudí quería con esta construcción realizar una catedral que fuese un símbolo no solamente en Barcelona, sino de toda Europa. El arquitecto quería representar una “Nueva Jerusalén” en la tierra, es decir la ciudad nueva y santa que se describe en el Apocalipsis; en una catedral, que sería: “un espacio de confluencia entre Dios y la humanidad”[1]. Un lugar abierto a todo el mundo, sin distinción de clases. Gaudí siempre había sido una persona creyente, pero desde que se dedicó a la Sagrada Familia, el arquitecto de Reus se convirtió en: “una persona profundamente espiritual, esencialmente católico”[2] y comprensivo con las demandas sociales de los más desfavorecidos.

La manera en que proyectó el edificio fue una clara referencia a la Biblia, tanto al Viejo como el Nuevo Testamento. El templo tiene una planta de cruz latina, inspirado en el gótico, pero también utilizó influencias bizantinas o del propio modernismo. La basílica, tiene proyectadas 18 torres: 12 dedicadas a los Apóstoles, cuatro a los evangelistas, una a Jesucristo y otra a María. Esta última inaugurada en diciembre pasado y coronada con una estrella iluminada. Pero falta terminar las cuatro torres de los evangelistas, las cuatro que faltan de los apóstoles y la de Jesús, la más alta, que llegara hasta los 172 metros. Por deseo de Gaudí no podrá ser más alta, ya que no puede superar la altura de la pequeña montaña barcelonesa de Montjuic (177 metros), ya que para el arquitecto la obra del hombre no puede superar a la de Dios.

Basílica de la Sagrada Familia
Imagen de la cripta del templo (Fuente: Dosde).

Las tres fachadas del templo hacen referencia a la vida de Jesucristo: la fachada de la Natividad, –la única que realizó Gaudí–, la de la Pasión y la de la Gloria, que todavía sigue en construcción.  Por otro lado, el interior hace referencia a la naturaleza –la creación de Dios para Gaudí–; con toda una serie de vidrieras y columnas, que hace, que el interior parezca un bosque. Sus columnas hacen el papel de árboles y las bóvedas es el follaje. Con la luz que entra por las vidrieras, el arquitecto quería crear un lugar de oración. Así mismo, en el interior podemos ver las referencias a la Sagrada Familia: una escultura de la Virgen María, otra de San José y la figura de Cristo crucificado, sobre el altar.

Es cierto que la Sagrada Familia es un monumento famoso en todo el mundo, que recibe millones de turistas cada año; pero también es un proyecto que sigue despertando polémicas, primero, en los vecinos de la zona y los comerciantes, pendientes de si finalmente se realizará el proyecto original de Gaudí, que preveía una gran escalinata que llevase a la entrada del edificio situada en calle Mallorca, lo que supondría derribar diversos edificios aledaños y rediseñar la trayectoria de algunas calles. El arquitecto ya pensaba en hacer algunas avenidas que confluyesen en la basílica, similar a la que lleva su nombre.

Basílica de la Sagrada Familia
Fotografía con la estrella iluminada en la Torre de María (Fuente: Viajes National Geographic).

También han sido numerosos los arquitectos, artistas o intelectuales que han criticado las obras de la Sagrada Familia y el estilo que se ha utilizado. En 1965, un grupo de ellos, criticaron que se siguiese la construcción del templo, ya que se había alejado de las ideas de Gaudí. Apoyaron la carta, gente como Oriol Bohigas, Ricardo Bofil, Joan Miró, Antoni Tapies, Salvador Espriu, Camilo José Cela o Le Corbusier entre otros. Un dato curioso, es que el escultor Josep María Subirachs, apoyó la carta, pero poco después realizó numerosas esculturas en el templo, que también fueron muy criticadas. La polémica artística con el templo sigue hasta el día de hoy.

Aun así, si alguien va a Barcelona no puede evitar la visita a un lugar tan importante en la historia de la ciudad.


Referencias:
[1] Puig i Tàrrech, Armand: La Sagrada Família segons Gaudí. Portic Visions (ed), 2010.  Pág. 148.
[2] Puig i Tàrrech, Armand: La Sagrada Família segons Gaudí. Portic Visions (ed), 2010. Pág 29.

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