Campeche es uno de los estados mexicanos que están en la península de Yucatán; es el menos poblado y también el que menos turismo recibe, a diferencia de Quintana Roo y Yucatán, que son destinos predilectos de los turistas tanto nacionales como internacionales. Pero es un lugar que cada vez recibe más afluencia de visitantes, ya que, sin duda, merece ser visitado por: su cultura, gastronomía, arquitectura y la tranquilidad de sus diferentes localidades; Además, a diferencia de sus estados vecinos se puede realizar sin una gran masificación turística. Recientemente pude visitar Campeche con mi pareja y la verdad es que nos gustó mucho.
Este sureño estado es una de las cunas arqueológicas que alberga más ruinas mayas encontradas a lo largo de la historia de México; incluyendo Calakmul que está en la Reserva de la Biosfera de mismo nombre y muy cerca de la frontera con Guatemala, a la cual es muy difícil llegar ya que está muy protegida por su diversidad ambiental; o la impresionante Zona Arqueológica de Edzná, la cual se puede visitar con más calma y menos gente que otros lugares como Chichén Itzá o Tulum.
Otro aspecto que destaca este estado es la gran biodiversidad que hay; en su mar se puede ver el Delfin nariz de botella (Tursiops truncatus), el Stenella o delfín manchado (Stenella attenuata) o el Manatí y una gran variedad de tortugas. En sus selvas hay felinos como el Ocelote (Leopardo paradalis) o el Jaguar (Panthera Onca) y entre su vegetación está el famoso: Palo de Campeche o Palo de tinte (Haematoxylum campechianum); del cual se obtienen numerosos tintes para colorear prendas de ropas.
Las dos ciudades más pobladas son la capital: San Francisco de Campeche y Ciudad del Carmen, situada en el suroeste del estado. En este viaje no pudimos visitar esta última, pero si estuvimos unos días en la primera.
Sin duda la capital estatal es una ciudad muy agradable de visitar que destaca por sus numerosos baluartes que se construyeron durante la época colonial para protegerse de los ataques de los piratas. El origen su nombre proviene del nombre maya del poblado que había antes de la conquista: KanPeech; que significa: “lugar de culebras y garrapatas”; los españoles la bautizaron con una adaptación de ese nombre: Campeche. Sin duda es un significado que hace referencia a animales poco agradables. A partir de 1540 fue consagrada a San Francisco, llevando el nombre completo de: San Francisco de Campeche. Su centro histórico esta amurallado y se conservan muy bien las 2 puertas principales: la de Mar y la de Tierra y los, en los que se pueden ver exposiciones sobre la ciudad y la cultura maya. Un dato curioso es que se construyeron este sistema defensivo por posibles ataques de piratas, pero lo cierto es que no fueron tantos y los que se realizaron fueron precisamente por estas murallas y baluartes; los corsarios pensaban que al estar tan protegida, la ciudad debía tener grandes riquezas guardadas.
Es un lugar tranquilo y seguro para caminar, incluso por la noche; cuando se puede ver su bonita catedral iluminada y las fachadas de las casas, muchas de ellas de la época colonial. También se puede pasear por su malecón, el cual tiene 6,5 kilómetros de longitud, aunque de noche la visión hacia el mar es de una gran oscuridad, ya que el puerto más importante es el de Lerma, situado a escasos km de la capital. De noche, en este Paseo Marítimo se puede asistir al impresionante espectáculo nocturno de las Fuentes Marinas, realizado con agua y al ritmo de la música.
Otro día de visita lo pudimos dedicar a conocer otros lugares del estado, así realizamos un interesante tour que nos llevó a Edzná y como he dicho al principio, de una manera tranquila sin muchedumbres. El guía nos dio una gran explicación del lugar muy bien conservado. Un dato curioso es que no vimos ni un solo vendedor de souvenirs, a diferencia de otros centros turísticos de la República, como Teotihuacán o Chichen Itzá. Posteriormente fuimos a las playas de arena blanca de Champotón, aunque están un tanto alejadas hacia el sur del núcleo urbano. En Bahía Tortugas, pudimos estar en un sitio paradisíaco en donde se pueden comer platos de pescado o marisco, además de disfrutar de un buen baño. Aun así, hay muchos otros lugares para visitar en el estado, como el anteriormente citado Calakmul, la Zona arqueológica de Balamkú, las diferentes haciendas u otros tours para ver la naturaleza del estado, como la Reserva de la Biosfera de Los Petenes.
Como no Campeche, es uno de los lugares con una gastronomía más rica; aunque comparte platillos y muchos ingredientes con su vecino estado de Yucatán; como la Cochinita Pibil, elaborada en Campeche con un achiote más añejo; el queso Edam relleno de carne picada o el Poc Chuc, una costilla de cerdo adobada en naranja agria, cocinada al carbón o en parrilla y acompañada de cebollas, jitomates y cilantro. En la costa del estado podemos encontrar un gran número de platos con pescado, como: el Pan de Cazón, los Camarones al Coco, el Pámpano en escabeche o las Manitas de Cangrejo, el primero quizá el más conocido. El Salbute, también muy popular, es un platillo que se puede encontrar y disfrutar en restaurantes de comida mexicana en la ciudad de Barcelona.
Campeche es un lugar muy recomendable de visitar y en la actualidad se puede hacer con tranquilidad y menos gente que otros lugares de México, con más afluencia turística. Además, tiene una gran serie de artesanías, como las famosas guayaberas -muy típicas en la península yucateca; una prenda de vestir masculina, usualmente confeccionada con manga larga y ocasionalmente bordadas, hechas básicamente de algodón, lino o seda. O los sombreros de Jipi Japa, oriundos del pueblo campechano de Bekal.
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