Enamórate del Problema y no de la Solución
Octaviano Couttolenc

Cambio y fuera

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México lleva 3 décadas enamorado del problema de la inseguridad y asumo que nuestros gobernantes han intentado descubrir cuál puede ser la mejor solución al mismo, pero quizá hasta ahora con poco éxito

Lectura: ( Palabras)

“Locura es hacer lo mismo y esperar resultados distintos” – Albert Einstein

Hace unos meses leí un libro titulado “Enamórate del problema y no de la solución” de Uri Levine, que es un libro dirigido a emprendedores. Uri Levine es uno de los fundadores de Waze, la aplicación de movilidad que estoy seguro muchos de nosotros utilizamos frecuentemente.

Un emprendedor, es una persona que detecta una carencia o un problema en su entorno y busca crear un producto o servicio que resuelva dicha carencia, de una manera novedosa, escalable y adecuada y con un poco de suerte habrá resuelto un problema, habrá desarrollado un negocio, se habrá procurado un sustento, y no algo menor, quizá habrá causado un impacto favorable social o ambiental en el planeta.

Uri lanza en su libro un título provocador, que a primera vista pareciera algo contraintuitivo, porque sugiere que el emprendedor debe enamorarse del problema y no de la solución. Sin duda a lo largo del libro podrás descubrir el porqué de su planteamiento.  

Aunque Uri realiza cientos de recomendaciones para los emprendedores, para efectos de este artículo yo me centraré solamente en 4 enseñanzas básicas.

  1. Búscate un problema que sea suficientemente grande. Esta es una lección sencilla, es decir busca iniciar tu emprendimiento tratando de resolver un problema que afecte a una gran cantidad de personas y que tenga un impacto económico relevante, y de la mano habrás cambiado la vida de muchas personas en forma positiva.
  2. Búscate un problema que tenga alta recurrencia o frecuencia. Es decir, que la necesidad de las personas se presente con mucha frecuencia, es decir son mejores aquellas oportunidades de negocio que involucran necesidades básicas y de uso diario/semanal que aquellas superfluas que sólo se requieren muy de vez en cuando.
  3. Enamórate del problema y no de la solución. Al hacerlo, estarás motivado para buscar la solución adecuada y estarás dispuesto a iterar tantas veces sea necesario hasta encontrarla. El problema deber ser la motivación y no la solución en sí. A veces la solución adecuada no aparece sino después de muchos fracasos o intentos fallidos.
  4. Escucha atentamente a tus usuarios.Cuando se está diseñando una solución a un problema debes asegurarte de que la misma sea adecuada al mercado, a esto se le llama “Product market fit- PMF”. Los emprendedores establecen hipótesis y las prueban y muy rápidamente deben decidir si van bien o cambian de hipótesis; muchas veces el fracaso viene de empeñarse en una solución que no es aceptada por tus usuarios.

Estas lecciones para emprendedores pueden ser útiles no sólo de cara al desarrollo de negocios que busquen satisfacer grandes necesidades, sino igualmente puede aplicar asimismo a las difíciles decisiones estratégicas que deben tomar CEOs o funcionarios gubernamentales sobre cómo y dónde aplicar el esfuerzo y recursos de una organización o país.

Me encantaría ver que en los gobiernos de nuestros países se utilizara algo de la lógica de negocios que se sugiere en libros como este para los emprendedores en la búsqueda de soluciones a los grandes problemas que nos aquejan. Debo confesar que me da especialmente rabia cuando veo que funcionarios públicos malgastan los recursos de nuestros impuestos en buscar dar solución a problemas que en ocasiones no son los más imperiosos y donde las soluciones ofrecidas no toman en cuenta criterios de sentido común. 

Creo que mis amigos lectores coincidirían que en México el principal problema que nos ha aquejado por décadas es el de la inseguridad y sin embargo a pesar de ser algo evidente, no pareciera que el gobierno actual haya puesto todo su esfuerzo en buscar darle solución. Sin duda este problema no sólo afecta a una gran cantidad de gente, sino que además tiene un grado de recurrencia altísimo, lo cuál según los criterios de Uri lo haría elegible para ser uno de los grandes problemas por resolver.    

México lleva 3 décadas enamorado del problema de la inseguridad y asumo que nuestros gobernantes han intentado descubrir cuál puede ser la mejor solución al mismo, probando diversas hipótesis, pero quizá hasta ahora con poco éxito y sobre todo sin continuidad. Se han intentado soluciones buscando fortalecer a las policías locales y federales apoyándolas con militares; posteriormente se desarticulo el fortalecimiento de las policías para sustituirlas por la guardia nacional.

Me queda claro que el modelo que hoy se sigue de abrazos y no balazos y de desarticulación de los esfuerzos locales y estatales es la peor solución hasta ahora sugerida, de ahí que debe ser terminada por sus malos resultados. El gobierno debe ser capaz de establecer nuevas hipótesis sobre cómo solucionarlo aprovechando experiencias internacionales, quizá hacerlo en pequeña escala, sólo en algunos territorios o estados y/o en condiciones controladas, para ver sus resultados, y de ser positivos poderlos llevar a escala nacional.

El muy cuestionado presidente Bukele del Salvador optó por un método muy drástico para terminar con la inseguridad, aunque con muy altos costos en derechos humanos, pero pone en evidencia la búsqueda de soluciones diferentes a un mismo problema.

En ocasiones las mejores soluciones a los grandes problemas provienen de gente con una perspectiva distinta y sin miedo al ensayo, a estos se les llaman “disruptores”, ya que al no tener intereses creados, son proclives a diseñar soluciones diferentes, algo que difícilmente haría alguien considerado como “incumbente”. Ahí están los casos recientes de Elon Musk con Tesla, o Airbnb en el mundo del hospedaje, como ejemplos que transformaron sus mercados.

El gobierno de México debe apostar por resolver este cáncer y hacerlo la prioridad # 1 del nuevo gobierno, y debe buscar en la sociedad a su mejor aliado para conjuntamente transitar en esta lucha. Debe ser el programa estrella del gobierno, y enfocarse con prioridad asignando la mayor cantidad de recursos posible, con la mejor coordinación entre la federación y los estados, entre el ejército y las policías civiles y creando un modelo duradero de prevención y procuración de justicia sin precedentes.

Una lucha frontal contra el crimen organizado, contra los recursos financieros que genera, y una lucha directa contra la corrupción que se ha gestado entre los criminales y nuestros gobernantes, empresarios y militares.  Ojalá el gobierno actué con rapidez, ya que de eso depende la estabilidad macroeconómica y social de México.

Con falta de seguridad, no habrá inversión, seguirá la fuga de capitales y cerebros y México no podrá aprovechar la tendencia del “Nearshoring”, que se postula como nuestra última apuesta antes de perder nuestro bono demográfico y quedar condenados a que la sociedad mexicana envejezca en pobreza.

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