Hace unas semanas se celebró la edición número 95 de los Premios de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Estados Unidos o Premios Oscars, resultando la gran triunfadora: Todo a la vez en todas partes (Everythig Everywhere all at once), dirigida por Daniel Kwan y Daniel Scheinert, conocidos como “Los Daniels”. Hace pocos días, se cumplieron 60 años de la edición número 35 de estos premios, en la que ganó la mítica película: Lawrence of Arabia (1962). Una obra creada por el gran director británico David Lean, que cinco años antes había ganado el Premio Óscar al Mejor director por la no menos famosa: The Bridge on the River Kwai (1957), producida por el mismo productor que Lawrence of Arabia: Sam Spiegel; además esta obra ganó otros 6 Óscar, incluidos: Mejor película y Mejor actor para Alec Guinness.
La película de la cual quiero hablar en este artículo trata sobre la vida del oficial del ejército británico: Thomas Edward Lawrence (1888-1935), un hombre con formación de arqueólogo y cartógrafo, que lideró a las numerosas tribus árabes a rebelarse contra la dominación del Imperio Otomano (1916-1918) en el Golfo Pérsico y Oriente Medio. Esto ocurrió durante la Primera Guerra Mundial, cuando estando en el cuartel general del ejército británico en El Cairo –Egipto era un protectorado británico– se le encomendó reunirse con el príncipe Fáysal, líder del ejército árabe que luchaba con los turcos, y asesorarle en su lucha. Lawrence defendía la lucha de los árabes por su libertad e independencia, pero Gran Bretaña y Francia acabaron repartiéndose buena parte del territorio conquistado tras el conflicto; algo que se confirmó en la Conferencia de París de 1919; donde Lawrence participó en ella, como miembro de la delegación árabe. [1]
Desencantado del ejército, de las atrocidades que vivió en la guerra y con su gobierno por la traición a sus amigos árabes, decidió volver a Inglaterra. Estuvo un tiempo en la Oficina de Asuntos Coloniales (Colonial Office) y finalmente acabó abandonando el ejército; pero poco después se alistó como soldado raso en la RAF (Royal Air Force). En este tiempo, publicó su obra más conocida. Los Siete Pilares de la Sabiduría (Seven Pilars of Wisdom, 1926) o La Rebelión, que tuvo una versión más reducida bajo el nombre de La Revuelta en el desierto (Revolt in the Desert).
Falleció en 1935, al salir de su casa en la campiña inglesa: Clouds Hills, a causa de un accidente con su motocicleta, una Brough Superior SS100.
La figura de Lawrence se convirtió en mítica después de su muerte a los 46 años; su famosa obra y los escritos del periodista estadounidense Lowell Thomas contribuyeron a ello también. Se le recordó durante muchos años, como el hombre que liberó a los árabes de los turcos y fue utilizado por las autoridades de su país, como una versión más amable del imperialismo británico. Cuando este, en los años 50, empezó a ver como casi todas sus colonias se independizaban, la figura del mítico oficial volvió a adquirir relevancia. Primero, en 1955 se publicó una biografía muy crítica por el historiador Richard Aldington donde mostraba al coronel Lawrence como un hombre preocupado solo de sí mismo y de su fama; y poco después la mencionada película de David Lean, que ofreció una imagen positiva del personaje, pero alejada de tanta mitificación.
Después del éxito de The Bridge on the River Kwai, productor y director se pusieron manos a la obra en un nuevo proyecto y este fue mostrar la vida en el desierto de Lawrence de Arabia. Compraron los derechos del libro a los familiares del autor y Michael Wilson se encargó de adaptarlo como guion, pero por diferencias con el director, fue el inglés Robert Bolt quien escribió el libreto definitivo, centrándose más en la compleja personalidad de T.E. Lawrence; que en el aspecto político e histórico.
Sin duda el elenco de la película es magnífico; en papeles secundarios podemos ver a algunos de los mejores actores de la época, como Alec Guiness como el Príncipe Fáysal, Jack Hawkins interpretando al General Allenby, Jose Ferrer, Anthony Quayle, Claude Rains, Arthur Kennedy y el gran Anthony Quinn; actor que interpretó siempre a personajes de todas las nacionalidades, a parte de la suya: griegos, irlandeses, franceses, rusos y en este caso, árabe, ya que da vida al líder de una tribu beduina: Auda Abu Tayi, uno de los aliados de Lawrence.
Pero sin duda los actores que más destacan son sus 2 protagonistas. Peter O’Toole interpretando al personaje del título y Omar Shariff, como Sheriff Ali. El primero era un actor de teatro, que solo había hecho tres películas antes y el segundo, era una estrella en Egipto, pero todavía no había trabajado fuera de su país. O’Toole ganó el papel a artistas más consagrados, como: Albert Finney o Marlon Brando. Esta película llevó al estrellato a los dos.
El rodaje de la película fue largo, durando casi 1 año y medio, ya que se rodó en tres países: Marruecos, Jordania y España. En la ciudad de Sevilla se rodaron las escenas que trascurrían en El Cairo, Jerusalén y Damasco. La famosa escena del ataque a Aqaba fue rodada en Almería, en la Playa del Algarrobico, donde se construyó un decorado simulando esta ciudad portuaria del Mar Rojo y se tuvieron que traer centenares de dromedarios. En Marruecos pasaron por las montañas del Atlas y finalmente en Jordania, rodaron en pleno desierto a centenares de kilómetros de cualquier población, eran lugares que se cartografiaron por primera vez gracias a la llegada del equipo de rodaje. Las provisiones y el material llegaban por avión o en caravanas de vehículos; pero a pesar de las dificultades naturales, contaron con el apoyo del gobierno jordano.
La banda sonora fue obra del compositor francés Maurice Jarre, que se convirtió en una de las más icónicas de la historia del cine. Se estrenó 10 de diciembre de 1962 en Londres y fue un éxito en buena parte del mundo; aunque curiosamente, Jordania y otros países árabes la prohibieron descontentos con la imagen que daba de los árabes. En Egipto tuvo un gran éxito, debido a Omar Shariff y al presidente Nasser, al cual le gustó la imagen que mostraba la película del nacionalismo árabe; siendo el presidente Egipto unos de los máximos exponentes en los años 50 y 60 del resurgimiento del mundo árabe.
La película ganó siete premios Óscar: mejor película, director, diseño artístico, fotografía, montaje, banda sonora, edición y mejor sonido y fueron nominados: Peter O´Toole, Omar Shariff y al mejor guion; además de 4 premios BAFTA y otros muchos premios. Con el paso de los años, se fueron presentando diversas versiones, la versión original fue de 222 minutos, aunque posteriormente para televisión y reestrenos en cines, se recortó el metraje a poco más de 3 horas. Finalmente, en 1989 se presentó una versión restaurada de 216 minutos con imagen y sonido restaurado. En los últimos años y gracias a los sistemas digitales se volvió a restaurar digitalmente la obra y su duración se acercó esta vez a los 227 minutos y se puede encontrar en diversos formatos y plataformas.
Desde mi opinión, es una de las mejores películas de la historia y nunca me canso de verla. Es una obra que ha influenciado a numerosos cineastas, como: Steven Spielberg, Stanley Kubrick, Sergio Leone, Ridley Scott, Spike Lee, Kathryn Bigelow o Christopher Nolan. Su imagen, su música y sus personajes son icónicos y siempre aparece en la lista de los mejores filmes que se han realizado.
Hay muchas grandes escenas, pero sin duda hay 2 que son muy famosas. La primera al principio del metraje, la famosa elipsis, cuando el protagonista enciende una cerilla y al soplarla salta a una imagen del desierto. La otra es la aparición de Sheriff Ali, una escena de más de 2 minutos sin diálogos, en la que estando Peter O’Toole y su guía en un pozo ven acercándose algo en el horizonte, hasta que pueden ven que es una persona a caballo.
La película de David Lean hizo que la figura de Lawrence cautivara a mucha gente, mostrándole como una persona justa, pero también con una personalidad fuera de lo común y enigmática. Las escenas en la que Lawrence es azotado por orden de un oficial turco o la masacre del ejército turco derrotado que está huyendo, dan buena parte de ello. A veces es difícil separar al mito de la persona, lo que es realidad o ficción. Pero parafraseando una de las frases de la icónica: The man who shoot Liberty Valance (1962) de John Ford: “cuando la leyenda se convierte en hecho, se escribe la leyenda”.
[1] Fáysal, finalmente solo fue proclamado: Rey de Iraq, tras la Conferencia de El Cairo de 1921.
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