Si reflexionamos sobre el estilo de existencia que tenemos hoy en día, ¿qué es la vida? ¿Por qué tiene una importancia fundamental en la criminología?
La vida es, naturalmente, uno de los conceptos abstracto más difíciles de explicar, siendo honestos no podríamos encontrar una definición correcta ni certera de lo que es. Posiblemente porque sus aristas pueden ser exploradas desde varios puntos de vista, algunos más científicos y otros más poéticos. Pero inexorablemente, la vida es eso que la criminología persigue o más bien que busca asegurar y proteger. No interesa (sin hacer menos) si la vida es un fenómeno humano o ecológico, porque en realidad no nos estamos centrando en delimitaciones epistemológicas sobre el origen de la vida. Nos enfocamos en el sentido de ésta.
Pero la vida no es código escrito, ni un manual, ni un libro que este escrito, la vida es un hecho natural que no se detiene. Es continua e indescriptible. Por eso es que sus definiciones suelen ser tan limitadas y las concepciones tan subjetivas. Desde el momento en el que nacemos la vida comienza para uno, sí, para un único individuo, porque la vida es algo que ya existía antes; nosotros sólo comenzamos a transcurrir o existir en ella. Mientras crecemos, la vida comienza para unos y termina para otros, cuando termina es algo que llamamos muerte. Pero ése será tema de otra columna. Mientras tanto, la vida carece de sentido, porque la vida no es un ente racional que decida qué va a hacer con nosotros, somos nosotros quienes decidimos. Evidentemente en nuestros primeros años de vida hay alguien que decide todo por nosotros, porque somos incapaces de decidir “correctamente”.
Mientras vamos creciendo, nos van llenando de ideas, nos creamos sueños y deseos, comienzan las frustraciones y las derrotas, con ello vienen las decepciones y las tristezas. A la par otros sufren lo mismo que nosotros. Mientras que la vida en su estado más natural se preocupa sólo por existir. Si hay algo que nos hace pensar y reflexionar sobre la vida es la racionalidad o eso que llamamos conciencia y la cual nos permite abstraer el sentido más puro de los conceptos más difíciles que nos rodean. Los animales o los árboles no piensan ni debaten sobre la vida, sólo la transitan, son parte de ella. La vida existe sin importar lo que pase con nosotros, sin embargo, nosotros somos la vida también, o parte de ella.
Entonces, ¿qué podemos decir que es la vida? Todo. Desde que existimos y tomamos conciencia de lo mismo, todo lo que nos rodea es vida. Ahora, ¿cuál es el sentido de la vida? Ninguno. El sentido de la vida depende sólo de nosotros los seres humanos, incluso el destino de la vida de los animales y todos los demás seres vivos, hoy en día depende de nosotros. Pero a la criminología no le interesa ese sentido como tal, sino la cualidad de darle sentido a todo.
Los seres humanos le damos sentido a todo lo que está a nuestro alcance porque necesitamos que tenga una explicación y un sendero. La incertidumbre es el peor de los males de la raza humana. No nos gusta no saber, entonces otorgamos una razón de ser a todo. Ese sentido es el que propiamente le interesa a la criminología, porque somos los únicos que pueden dar un significado a todo y si todo tiene un significado adquiere un valor.
Cuando nuestra existencia adquiere un valor a través de los deseos, los sueños o las metas que tenemos se vuelve algo importante. Cuando a la ecología le damos un valor por el bien que representa se vuelve algo importante. El valor es algo intangible, no económico, que representa un interés para nosotros, algo que es menester defender.
El valor de la vida, entonces, no es la vida en sí misma, sino el valor que le otorgamos a ella con base a lo que somos en ese momento y lo que queremos para el futuro. El futuro es un elemento imprescindible para la criminología porque se trata de poder construir un mañana. El mañana nunca es seguro, aunque lo demos por hecho y ahí es donde reside la importancia de la criminología: en el mañana o en el futuro. En la posibilidad de creer en ese después del presente.
En este tenor la criminología ve en la vida un abanico de posibilidades que tiene que preservar y defender; posiblemente y, con cierto temor a errar, el sueño de toda persona en esta tierra es ser feliz, ser feliz de diversas maneras (mientras la legitimidad sea parte de ella). La vida no es sinónimo de felicidad, porque simplemente es, pero nosotros queremos realizarnos como seres humanos felices y para ser felices, indudablemente, se necesita la vida.
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