El día de ayer uno de los editorialistas adeptos al sistema de gobierno del presidente López Obrador escribe una nota que titula Bienvenida la polarización, en la que hace notar que las divergencias conducirán a una conducta única, él está seguro de que será la que abandera la 4T. Yo al contrario que el Sr. Ibarra (aunque no soy ni un editorialista ni tampoco un politólogo como él) pienso que la polarización, la polémica, las diferencias, los enfrentamientos, la división, la violencia, la confrontación, en la situación política que transcurre en el país, no conducirán de ninguna manera a consensos pacíficos y productivos, independientemente que una posición tenga 70% y el 30% la contraria, o viceversa.
Los términos que menciono son polisémicos y prefiero aclarar el sentido en que los utilizaré: Polarizar: Orientar en dos direcciones contrapuestas. Polémico: controversial. Diferencia: Controversia, disensión u oposición de dos o más personas entre sí. Enfrentar Hacer frente al enemigo. Dividir: Desunir los ánimos y voluntades introduciendo discordia. Confrontar: Dicho de una persona o de una cosa: estar o ponerse frente a otra.
Un poco todo esto es lo que realiza nuestro presidente cotidianamente en su conferencia matutina (la mañanera) que desde el principio de su mandato manejó de manera muy eficiente (tenía ya la experiencia de una situación parecida que realizaba también todos los días cuando fue jefe de gobierno) pero que ha ido perfeccionando hasta llegar a ser todo un espectáculo, además que toca los puntos que desea, marca la agenda a corto, mediano y largo plazo, premia y regaña a diferentes personajes, define acciones políticas nacionales e internacionales; es todo un histrión, capaz de manejarse en un escenario muy escaso (sólo un atril, que en ocasiones parece púlpito) pero que él consigue ampliar, para tener tiene hasta el mismo público, un grupo de periodistas que cuando se requiere funciona como patiño, ocasionalmente tiene acompañantes pero su participación siempre es breve y escasa y el permanece cerca de ellos de pie, como vigilándolos.
Desde el principio ha sembrado una polarización al llamar a sus enemigos con epítetos como conservadores, fifís, deshonestos etc., en términos generales al poco tiempo, frecuentemente al día siguiente menciona que no son sus enemigos sino sus adversarios. Con frecuencia desencadena campañas en contra de individuos u organizaciones, una de las primeras fue acerca del que iba a ser el nuevo aeropuerto de la Ciudad de México, acusando a los creadores de la idea, a los constructores y a los operadores como deshonestos, nunca se probó ninguna de las acusaciones, menos se hizo una demanda legal en contra de alguno de ellos, pero la obra se canceló y se decidió hacer un nuevo aeropuerto en otro sitio, el que ya se terminó e inauguro y empezó a funcionar.
También al inicio de su gobierno López Obrador acusó a instituciones y empresas de deshonestidad e ineficacia en la adquisición de medicamentos e insumos médicos; tampoco nunca se hizo una demanda formal a ninguno de ellos, pero modificó todo el sistema, creando el INSABI y pasando las adquisiciones a la SHCP, todo esto constituyó un fracaso, con falta de abasto en los medicamentos y déficit en la atención médica, tanto es así que hace solo unos días volvió a cambiar todo el sistema, encargando ahora a IMSS Bienestar de las compras y la atención. En estos dos casos y en varios otros, lo que si quedó fue una polarización entre la población entre unos (los más) que creyeron, aunque no se probó nunca, que había unos malos, deshonestos, conservadores que además eran siempre neoliberales y otros (los menos) que no lo aceptaron.
Así hemos ido escuchando descalificaciones e incluso insultos en muchas situaciones, dos notables fueron, la primera, cuando en las elecciones intermedias, MORENA perdió las alcaldías en varias delegaciones de la Ciudad de México, el presidente se refirió a sus pobladores como neoliberales, conservadores, clasemedieros y aspiracionista, en un tono agresivo y peyorativo, aunque suponiendo sin conceder, ninguno de los calificativos mencionados constituye necesariamente un defecto y menos un delito, pero él se enojó mucho por la pérdida, así haya sido parcial, de uno de los hasta entonces bastiones electorales. Otro caso notable fue cuando insultó y acusó de deshonesto, de ratero, de cómplice de intereses malsanos y de ganar inexplicablemente mucho dinero, a un comunicador, muy crítico con su trabajo, sus dichos y sus actitudes; lo que nuevamente estableció una diversidad en las opiniones, aunque la mayoría de la población tomó como verdaderas las acusaciones del presidente, constituyéndose durante varios días en el mayor tema de debate, nunca pudo probarse ninguna de las acusaciones y al cabo de días dejo de ser noticia importante; el periodista sigue trabajando criticando, en general, las acciones presidenciales. Pero al Lic. López Obrador los dos hechos le acarrearon un incremento de aceptación y popularidad, especialmente entre el grupo duro que lo apoya.
La iniciativa de ley para cambiar la Constitución en lo relativo a la producción y distribución de la energía eléctrica, desató un gran interés, creación de debate y expresión de opiniones en un sentido y el otro. El grupo parlamentario de MORENA y sus partidos satélites no consiguió la mayoría necesaria para cambiar el texto constitucional, lo que desencadenó un gran enojo no sólo entre los legisladores sino también entre miembros del gabinete presidencial y especialmente en el titular del poder ejecutivo. En la conferencia matutina se descalificó a los diputados que habían votado en contra de la iniciativa, todo más o menos, hasta que se les acuso de traición a la patria, en la cámara y en el partido se desató una campaña que pretendía denostar a los que se habían opuesto llegándose a hablar hasta de un paredón (no se si metafórico o real); por supuesto nada pudo hacerse, pero entre los seguidores firmes nuevamente se reforzó el sentimiento de grupo. Unos días antes un grupo de artistas y otros famosos hicieron un anuncio televisivo para descalificar, ecológicamente, la construcción cuando menos de un tramo del Tren Maya, fueron acusados de vendidos, farsantes, ignorantes etc.
Finalmente, y ante la presión mediática, el presidente tuvo que conceder una audiencia para recibirlos junto con un grupo de expertos provenientes de Quintana Roo, se estableció una cita para el día 25, unas horas antes se canceló, aduciendo diversas cosas entre ellas la necesidad de salvaguardar el prestigio de la investidura presidencial. Hay que decir que la obra ahora mismo está paralizada por un amparo; el caso es que habiéndose cancelado la cita, un grupo de los ecologistas y artistas, se presentó afuera de palacio a hacer notar su presencia con medios más o menos sonoros, desde luego no hubo respuesta de las oficinas presidenciales, lo que si sucedió es que un grupo de transeúntes agredieron verbalmente al grupo defensor de derechos ecológicos, llegando a increparlos con insultos y un conato de agresión física.
Los dos últimos hechos que relató si son muy preocupantes, cuando menos a mi si me alarman, porque se está llegando a límites, que pudiendo parecer a algunos absurdos, muy graves que polarizan a los mexicanos. Lo sucedido a las afueras de palacio a mi si me asusta porque pareciera ser uno de los primeros enfrentamientos entre ciudadanos, unos que expresan sus inconformidades o preocupaciones, y otros que los atacan por ello. Yo sinceramente espero que los que agredieron (así fuera solo verbalmente) a los inconformes con el Tren Maya fueran paleros (en el sentido más preciso del mexicanismo) y no inconformes reales con la manifestación.
Creo que independientemente de sus planes y estrategias gubernamentales, el presidente tiene la obligación ética y política de buscar la concordia entre los mexicanos y no debe favorecer de ninguna manera la polarización.
Lecturas recomendadas:
Epigmenio Ibarra. “Bienvenida sea la polarización”. Milenio. 27-Abril-2022
De acuerdo doctor Ramiro. Advierto polarización en muchos ámbitos. Se empieza a dificultar convivir en paz con quienes piensan diferente, sin saber que ello es sano y fundamental para el avance prácticamente de todo. El insulto es señal inequívoca de pérdida no reconocida. Ahora se cree que discutir es pelear y solo es plantear argumentos distintos.
Opino que es acertado lo que menciona, creo que no se debe favorecer a la polarización entre la población mexicana, además de que el presidente tiene que tomar las riendas en este tipo de situaciones, consideró que el presidente ha hecho cosas maravillosas en estos últimos años en su mandato pero desafortunadamente todos solo se fijan en las cuestiones monetarias o en situaciones que les beneficien a ellos directamente, sin embargo ha hecho contrucciones que beneficien al país en general, si es cierto que por circunstancias de otros países y pleitos en ellos, se ha beneficiado en bajas de precios de petróleo y demás el también ha invertido en los tipos de población las importantes, las personas de la tercera edad y los jóvenes, sin embargo después de cambios radicales en nuestro gobierno la gente sigue disgustada y no se da cuenta en grandes logros que ha hecho el presidente, por lo cual en vez de dividirse, se debe lograr llegar al diálogo y poder resolver las diferencias que competen para así evitar la polarización y llegar a un enfrentamiento.