El pasado fin de semana se retiró de los toros Julián López “El Juli”. A mediados de temporada había anunciado su retiro, al cumplir 25 años de alternativa y 41 años de edad, el colofón se dio en dos corridas una el sábado 30 de octubre en Madrid y al día siguiente 1º de octubre en Sevilla en la Maestranza. El Juli siempre quiso ser torero, de muy niño ingresó a la Escuela en Las Ventas, su primer becerro en público lo mató en 1993, por problemas acarreados de su corta edad se tuvo que trasladar a México, donde sí podía torear siendo un niño, en 1997 a los 14 años apareció en su primera novillada formal en Texcoco, tuvo un gran éxito como novillero en México, adonde iba llenaba la plaza y triunfaba, antes de regresar a España, en La Plaza México tuvo su primer gran triunfo al indultar al novillo Feligrés de la Venta del Refugio, su balance como novillero en México no puede ser más espectacular, 59 novilladas, además de 4 más en la Plaza México, 89 orejas cinco rabos y tres indultos.
Entonces se trasladó a España e inició su trayectoria como novillero, consiguiendo grandes triunfos, que incluyeron muchas plazas de toro incluso la Maestranza en donde cortó dos orejas y Las Ventas en Madrid de donde salió en hombros, el 16 de septiembre se despidió como novillero en Albacete cortando cuatro orejas. El 18 de septiembre tomo la alternativa en Nimes Francia de manos de José Mari Manzanares (padre) y José Ortega Cano y obtuvo un triunfo al cortar dos orejas a uno de sus toros y salir en hombros. Inició una travesía americana con triunfos en Bogotá y en Lima. El 6 de diciembre confirmó la alternativa en México de manos de Miguel Espinosa “Armillita chico” y como testigo a Mario del Olmo, le pudo cortar una oreja a uno de sus toros, dos semanas después reapareció cortando dos orejas y el 5 de febrero siguiente obtuvo un triunfo apoteósico cortando 4 orejas, desde entonces quedó instalado en México como un torero consentido de la plaza, ya lo había estado como novillero, pero muy pronto se instaló con esas características como torero. Quizá haya algún otro, pero en mi memoria está que como toreros españoles consentidos en mi época sólo están El Capea, Enrique Ponce y el Juli, Morante ha estado a punto de conseguirlo sin lograrlo. Como rejoneador Pablo Hermoso de Mendoza ha sido un torero muy querido en México. Regresó a España y empezó a torear con grandes triunfos y habiendo participado en 134 corridas sólo por detrás de Enrique Ponce, años después sería líder del escalafón durante tres años. El primer año le escatimaron su participación en Las Ventas, pero al final el 17 de mayo de 2000 le dio la alternativa Enrique Ponce con Francisco Rivera como testigo. Sus éxitos en España se han repartido por todas las plazas, solamente comentar que en la Maestranza de Sevilla ha salido por la Puerta del Príncipe en 11 ocasiones. En la Plaza de Madrid los éxitos se le han escapado cuando menos en la cuantía que merecía, por la mala suerte en los sorteos, errores al culminar la faena. y al hecho de no haber sido bien tratado por una parte de la afición y la prensa de su ciudad natal. Con los años se volvió un torero más asentado, más maduro y fue apareciendo una mayor serenidad en su toreo, con lo que consiguió una mayor expresión y belleza, al cabo del tiempo se convirtió en un gran conocedor de los toros, de los terrenos de la plaza, de los secretos de la lidia y siguió siempre con una enorme variedad en su toreo de capote y muleta, dejando de barendillar y toreando un mucho menor número de festejos por temporada.
Decía ya, que cada una de sus 25 temporadas españolas estuvo llena de éxitos y fue un torero muy reconocido, además participó en múltiples corridas y festivales benéficos, también lo hizo cada vez que se ofreció en México, siempre de trato cordial y sencillo, con los ganaderos, compañeros, subalternos, prensa y por supuesto con la afición. Recibió un sinnúmero de premios unas por su participación artística, otras por sus actividades benéficas, pero quizá el premio más destacado fue el que se le otorgó en 2016, al habérsele impuesto la Medalla de Oro de las Bellas Artes.
Llegó el fin de semana que había elegido para su despedida y primero en Madrid, principescamente vestido de obispo y oro partió plaza, recibiendo un saludo cariñoso del público, en su primer toro no tuvo posibilidades, pero al segundo que tampoco era un portento de bravura y fuerza, le consiguió a base de su entrega y conocimiento, una faena esplendida que fue rematada plenamente con la espada, le otorgaron la primera oreja y gran parte de la plaza pedía la segunda aunque una fracción (los del 7) no querían que se le diera, al fin el juez no tuvo más remedio que otorgarla y salió en hombros. Al día siguiente en Sevilla gran corrida de expectación, otra vez espléndidamente vestido, esta vez de corinto y oro, al terminar el paseíllo gran ovación de una plaza en la que fue un consentido. Al primer toro, que brindó por la radio y la televisión a la afición mexicana, no pudo cuajarlo y todo quedó en una ovación, pero en el cuarto, el segundo de su lote, consiguió una faena esplendida con amplia variedad con el capote y una solida obra con la muleta, todo rematado magníficamente con la espada; las dos orejas cayeron de inmediato, vuelta al ruedo una gran fuerza, destaco que durante el paseo alrededor del ruedo paseo entre las manos una bandera mexicana. Esta fase de su carrera la termina como la había empezado con grandes triunfos y la aclamación de los aficionados y profesionales.
Yo tuve la suerte de ver entre otras, dos grandes faenas del Juli en la Plaza México, el 5 de febrero de 2005 en la corrida de aniversario se dio una corrida con toros de Montecristo a El Juli le tocó Trojano con el que tuvo una actuación esplendida, en todos los tercios, ante la euforia del público el toro fue indultado. El 1º de febrero de 2011 se anunció a El Juli ante un encierro de Xajay, en el quinto toro estuvo espectacular pero el triunfo se vino abajo por fallas con la espada; se decidió a regalar uno de los sobreros del mismo hierro y apareció Guapetón, que de veras era guapo y le forjo una faena llena de gracia, de conocimiento y pinturería, por lo que fue premiado con las dos orejas y el rabo. Desde entonces mi nieto Mateo es un fan de El Juli. Como no soy tan buen aficionado si soy seguidor de los toros de regalo.
Es probable, yo diría que muy posible que si se hubiera podido El Juli hubiera tenido una corrida de despedida en México, pero a los aficionados, a los admiradores del Juli se nos privó de este derecho por una demanda que entablaron un grupo de animalistas, que tienen bloqueados los festejos en La Plaza México, no en la Ciudad de México, porque en la Plaza de Arroyo se llevan cabo festejos y en La Plaza se suceden muchos festivales musicales y pronto una exhibición de tenis. Creo que es una falta de respeto ante una minoría que no pide que los que no quieran vaya a las corridas, sino que se nos permita asistir a nosotros. Pablo Hermoso de Mendoza inicia en esta semana una gira de despedida por México, ojalá para febrero el problema este solucionado y lo podamos ver en la Plaza México. Enrique Ponce, aunque ahora retirado, el próximo año hará una temporada de despedida, estoy seguro que de ser posible vendría a México, donde también ha sido siempre un torero consentido.
Que Dios reparta suerte.
Esplendida cronica. Ni Pepe Alameda la pudo haber realizado. Saludos
Me encantó la nota. Soy aficionado a los toros, no sabía que Ponce iba a hacer gira de despedida. Ojalá. Y vamos.