Tengo un amigo, internista, que se ha convertido en lector de esta columna. Vive en Ciudad Obregón y además de ser un magnifico médico siempre se ha caracterizado por su inquietud en muchos aspectos sociales dentro y fuera de la profesión. Es un ávido lector y en la medicina encuentra con frecuencia publicaciones que estudian, investigan e informan muchas cosas importantes. Es un interesado en los aspectos sociales de nuestra profesión, incluyendo ahí la educación, la formación, la relación médico-paciente y otros aspectos que ante la avalancha de información sobre aspectos, siempre fundamentales, de las enfermedades, su diagnóstico, su tratamiento, su pronóstico, quedan a veces relegadas.
Me mando unos artículos que destacan la preocupación que existe en los Etados Unidos por la formación de internistas (https://twitter.com/JAMAInternalMed/status/1696915686419747273;
https://www.instagram.com/p/Cwr_og9O9BZ/. Paralkar N, LaVine N, Ryan S, et al.
Career Plans of Internal Medicine Residents From 2019 to 2021 JAMA Intern Med. 2023;183(10):1166–1167.doi:10.1001/jamainternmed.2023.2873
https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/37639258/
https://www.businesswire.com/news/home/20230921122380/en/Feinstein-Institutes-Study-Warns-of-Looming-Nationwide-Shortage-of-General-Internal-Medicine-Doctors). En ellos se destacan la preocupación por que en un corto tiempo el número de internistas que se están formando, resulten insuficientes para atender su sistema de salud. El sistema americano no guarda parangones con el nuestro, pero lo voy a utilizar sólo para resaltar la preocupación con la formación de recursos humanos.
El sistema americano es en realidad, todo, un sistema privado, que tiene un tercer pagador que está constituido por las compañías de seguros, hay alguna otra forma, pero resulta notablemente minoritaria. De tal manera que la formación de personal para la atención de la salud, tiene que atender a las demandas del mercado. Los internistas en este sistema pueden formar parte de dos áreas de trabajo uno, especialmente en los hospitales de segundo y tercer nivel, que se ha dado por llamar hospitalistas, siendo los responsables del cuidado de la mayoría de pacientes adultos, independientemente que el enfermo se a atendido por un subespecialista o un cirujano; y otra es que constituyen una fuerza fundamental de la atención del primer nivel.
La escases que se plantea como posible, seguramente será resuelta adecuadamente, porque tienen los recursos y lo han detectado oportunamente. Una tercera parte de los internistas que se forman, provienen de escuelas de medicina no situadas en los Estados Unidos, una posible solución incluiría aumentar las plazas para médicos extranjeros que se formarán en el país. Ellos tienen el modelo de primer nivel, en el que la atención de los pacientes adultos es otorgada por internistas, seguramente es en esta área donde el déficit futuro, podría resultar más notable. Varias soluciones podrían plantearse, una mejorar las condiciones de trabajo, que podrían incluir un mejor salario. La condición de hospitalistas no parece estar en crisis aunque las condiciones legales de su ejercicio son difíciles.
Bueno sirva lo anterior para hacer notar que no conocemos las dificultades, las necesidades de recursos humanos para la salud, que existen en nuestro sistema, primero porque está constituido por diversos subsistemas, uno que está formado por las instituciones que atienden población derechohabiente con seguridad social derivada de sus condiciones laborales, el IMSS, el ISSSTE y otras que cubren a población derechohabiente de PEMEX, SEDENA y Marina y luego está el subsistema que atiende a la población que no es derechohabiente por sus condiciones laborales y que cubre a una enorme población, en números redondos al 50% del total; además en los últimos años su organización y conformación ha venido cambiando y después de muchos años de irse constituyendo como una organización descentralizada que con recursos federales y locales fue creando una infraestructura con recursos materiales y humanos que dependían de los gobiernos de los estados, en los últimos años se creo el Seguro Popular, que no era era una institución asistencial si no financiadora para la atención de los enfermos con problemas de salud, especialmente los que por su complejidad tienen un alto costo de atención y una gran dificultad técnica para ser aplicados en el enfermo.
Nuestro gobierno decidió desaparecer este sistema, que contaba con fondos presupuestales propios, y ceo un sistema de atención el INSABI, que resultó un total fracaso, porque no consiguió crear un sistema de atención eficiente, efectivo y afectuoso, el rezago en la atención resultó notable. Los déficit en el abasto enormes y a medio camino (bueno tres cuartos) ha sido cambiado por un nuevo sistema que ocupará una fracción del IMSS, el IMSS Bienestar para atender a la mitad de la población que no tiene seguridad social derivada de su situación laboral; para ello ocupará los recursos materiales y humanos que los estados ya tenían y pasarán a esta sección del IMSS, el desorden, la falta de planeación han impedido que estos recursos hayan sido incrementados al pasar de los estados al IMSS Bienestar, además que los incrementos presupuestales han sido mínimos y que la campaña anticorrupción haya resultado si no ineficaz cuando menos insuficiente, de tal manera que los recursos para la atención han tenido muy escaso crecimiento.
El IMSS, el ISSSTE tienen una planeación en la formación de recursos humanos que de alguna manera iban satisfaciendo sus necesidades y participaban también para cubrir los requerimientos de la otra parte del Sistema de Salud, estas dos instituciones tienen clara la atención del primer nivel de atención, que desde el punto de vista médico brindan con médicos especialistas en Medicina Familiar que su propio sistema va formando, el segundo nivel de atención descubierto por hospitales especialmente creados para ello y que son atendidos por especialistas básicos que también han ido formando, desde luego que existen deficiencias y dificultades, pero que de alguna manera son estudiadas en busca de solución.
El IMSS tiene un tercer nivel de atención extendido ampliamente por todo el país y que es cubierto por médicos que la propia institución va formando, con eficiencia, con dificultades y quizá con deficiencias el sistema funciona; el ISSSTE tiene una situación similar, aunque cuantitativamente menor. El tercer nivel de atención de la población no derechohabiente es de muy alta calidad con los Institutos de Salud y los Hospitales de Alta Especialidad que están centralizados y no tienen mucha interacción con los hospitales del sistema, aun menos con el primer nivel.
Al parecer la estructura, financiera y operativa del IMSS, del ISSSTE, de Sedena, de PEMEX y de Marina, no pasarn a formar parte del nuevo sistema coordinado por el IMSS Bienestar, quien tiene que definir muchas cosas, primero su modelo de atención del primer nivel de atención , es la oportunidad de incorporar al Médico General al sistema, creo que ellos podrían ser un magnífico recurso, con el adecuado entrenamiento y supervisión, de otra manera el tiempo que se requerirá para formar un especialista en el primer nivel va a hacer el sistema inoperante, por otro lado requiere una planeación de la atención ya no por los límites geográficos estatales si no seguramente por zonas. Desde luego estudiar los requerimientos de recursos humanos sin tener definido el modelo es muy difícil y se irán dando soluciones parciales e incompletas.
Una vez establecido el modelo muchas soluciones se irán encontrando, en México hay muchos investigadores y estudiosos en Recursos Humanos para la Salud, uno grup muy importante trabaja en el Instituto Nacional de Salud Pública, pero sin modelo, la planeación sera dificil.
Hola, Dr. Ramiro, siguiendo puntualmente sus columnas que se me hacen tan interesantes. Vivo ahora en Tijuana, trabajo como anestesiólogo en el medio privado, donde la diferencia es muy notable a lo que veía en la CdMx. Las personas que no tienen acceso a la seguridad social en realidad no tienen problema para acceder a la atención médica porque el nivel económico es más alto que el de la CD Mx, dentro de lo que he visto. No es tan caro y es de un nivel aceptable. Otra çosa es el turismo médico pagado en dólares y con mucha demanda. Ya no ejerzo en la práctica anestésica, tengo ahora una clínica de Neuromodulación y de terapia con ketamina para pacientes con depresión y otras alteraciones psiquiátricas. Estoy muy contento y veo buenos resultados en los pacientes, sobre todo en el tratamiento de dolor crónico y depresión refractaria. Le.mando muchos saludos y ya sabe, mi eterno agradecimiento; no estaría para escribir estas líneas.
Los sistemas de salud solo pueden compararse, como todo en la vida, en igualdad de condiciones y circunstancias. Valga recordar el anhelo de que “tendremos un sistema de salud como el de Noruega”. Vaya disparate pues ese país está poblado solo por 15 millones y el nuestro por 135 millones; por lo tanto, no son comparables. Igual pasa con el sistema de salud de Estados Unidos que, seguramente, es eficiente y donde los médicos internistas tienen una participación importante, pero no comparable con nuestra realidad porque somos menos, con bastantes menos recursos y porque el sistema de salud es distinto. Dependiendo del tipo de Seguro que se tenga y de la aportación anual al mismo se tiene acceso a distintos tipos de atención. Si soy diabético y el mejor de los seguros puedo ir directamente con el endocrinólogo especializado en la atención de diabéticos. Si pago el Seguro mínimo tendré, por fuerza, que acudir con el médico general y si éste lo considera pertinente, me enviarán con el internista… cuestión de sistemas, de cantidad y de infraestructura.