En los últimos meses hemos padecido las peligrosas agresiones de los ambientalistas en contra de obras de arte. Hemos soportado sus discursos demagógicos que distorsionan la realidad. Crece el rechazo en su contra y también la cantidad de personas con escaso nivel intelectual, que los apoyan. La constante en estos ataques es que, en la mayoría, elijen obras de arte clásico, pinturas, esculturas, consideradas obras maestras, en algunas ocasiones han saboteado obras de teatro y conciertos. Pareciera que estos activistas no saben que existe al arte VIP, Video, Instalación, Performance.
Muchas de las obras VIP están hechas básicamente con petróleo, que según ellos es el gran enemigo del planeta. El perro de Jeff Koons, las obras monstruosas con tema marino de Demian Hirst son de resinas. Ahora, si se trata de impactar podrían entrar a las exposiciones de arte VIP de sus museos, y hacer exactamente lo mismo que hacen con una pintura, pero con las torres de cubetas encimadas, o con los montículos de arena, o el urinario de Duchamp. En los performances tienen un gran campo de acción, porque ahí van a brillar más qué los performanceros, si entran con sus camisetas y gratando sus consignas, incluso es posible que el escaso público crea que es parte de la acción.
Esto no es gratuito porque entre estos ambientalistas violentos y el arte VIP hay muchas coincidencias: reclaman el paternalismo del Estado, lo exigen para su protección porque viven en una eterna minoría de edad. En los sitios de internet de estos dos grupos, Extintion Rebellion y Just Stop Oil sus peticiones centrales son exigencias a todos los gobiernos del mundo. Los activistas no deben hacer nada, los que deben actuar son los gobiernos. Tienen todas las características de las sectas. Las peticiones son desproporcionadas, cesar de inmediato todo uso de petróleo, y que lo hagan los gobiernos.
Como las sectas son monotemáticos, hay un solo culpable: el petróleo y un solo responsable: los gobiernos. Los salvadores son ellos. Con esta simpleza planean su violencia. Tienen videos de cómo resistirse a los arrestos, qué decir al momento de la detención, cómo hacer manifestaciones y acciones, etcétera.
Afirman que deben llamar la atención lo más posible y que por eso atacan obras de arte y museos, lo distribuyen en las redes. Se llamas a sí mismos no violentos, por esto es falso, porque la no violencia deriva en violencia activa, como dar martillazos al cristal de una obra de arte, que es en consecuencia una agresión iconoclasta.
En sus sitios hacen reuniones con ciudadanos y vecinos, los convencen de que literalmente, el mundo se está acabando y que ellos lo van a salvar. No convocan a cambios sobre su conducta individual, como reciclaje, o manejo de la basura, consumo de productos, deforestación, desperdicio del agua, no contaminantes, nada, solo una cosa, acabar con el petróleo. Es el terrorismo políticamente correcto, es la violencia de nuestros tiempos hipócritas y puritanos.
Deja un comentario
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.