El servicio social en la carrera de los médicos está en crisis
Manuel Ramiro Hernández

Visión Integral

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La respuesta del Dr. Jorge Alcocer ante las consecuencias de las dos muertes, demuestran su desconocimiento sobre el papel del SS en la educación.

Ilustración: Jovani Pérez
Ilustración: Jovani Pérez

Lectura: ( Palabras)

Tenía casi lista mi colaboración para Voces México, pero los sucesos recientes sobre los asesinatos de dos médicos jóvenes en el ámbito rural. Ya había tocado el tema del Servicio Social (SS) en la carrera de médico cirujano (II-2021), pero los problemas relacionados en lugar de mejorar parecen haberse agravado, cuando menos en el terreno público.

El SS cuando menos en la formación de los médicos cirujanos tiene un origen complejo, más relacionado con la política que con la educación.

En la época revolucionaria y postrevolucionaria se establecieron o fomentaron muchas instituciones que hasta la fecha son fundamentales. En 1929 se estableció la Autonomía Universitaria, después de una lucha de varios años, el presidente Portes Gil fue uno de los que la fomentaron y al final dictó su establecimiento. Fundamentado en ello y algunos resultados en sus egresados, además de una cierta pugna al interior de la UNAM, entre un ala progresista y con ideas probablemente de izquierda y otra católica y posiblemente de derecha, se fue estableciendo en los ambientes políticos y gubernamentales una impresión que situaba a los estudiantes y egresados como elitistas y alejados del pueblo.

El Dr. Fernando Ocaranza había salido de la rectoría en 1935 y había pasado a ser rector Luis Chico Goerne, allegado al presidente Cárdenas, quien había nombrado como Jefe del Departamento de Salubridad General a José Siurob, médico queretano, antiguo revolucionario que fue gobernador de Querétaro, de Guanajuato del territorio de Quintana Roo y también del entonces Distrito Federal; en la dirección de la Facultad de Medicina estaba entonces Gustavo Baz, entre todos se diseño el Servicio Social en la carrera de Médico Cirujano, la tendencia de la Medicina Social se había venido desarrollando en Europa especialmente en Francia, para acercar a los médicos a diferentes esferas sociales y económicas, primero su duración se fijo en seis meses y después se extendió a un año, instituyéndose desde su establecimiento como un requisito para la recepción profesional de los médicos; se inició en el Valle del Mezquital en 1936; y se fue extendiéndose hasta llegar a todos los estados. En 1938 al pasar el Dr. Baz a ocupar la rectoría el SS se fortaleció y se fue extendiendo a otras escuelas y facultades. En las bases educativas se fundamentó, que el pasante después de haber cursado y aprobado cinco años de carrera profesional y haber realizado un año de Internado, estaba listo para iniciar su ejercicio y el SS le permitía encararse con una realidad social y profesional, y enfrentarse a una responsabilidad con lo que se enriquecerían sus capacidades; a la par que atendía grupos de población que no tenían acceso a la atención médica ni a las medidas preventivas que entonces se desarrollaban.

El SS se estableció desde entonces y se aceptó durante muchos años, sin mayores comentarios ni críticas. A partir de 2010 han surgido diversos documentos en que se cuestiona su valor como recurso pedagógico y sobre todo se critica el utilizar a los pasantes de medicina como responsables del primer nivel de atención; el total de centros de atención atendidos por pasantes varía según algunas consideraciones, es del 45% si se toma en cuenta al IMSS, donde el pasante está acompañado de algunos otros profesionales de la salud; pero si excluimos al Seguro Social, las plazas ocupadas por alumnos del SS puede llegar al 85%, donde por cierto se encuentra solo ante la responsabilidad.

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Debo volver a relatar que yo hice mi servicio social en 1969, en una población del estado de Puebla, que por cierto ahora se encuentra en el centro de una área, conocida como el triangulo rojo, en donde reina una violencia en ocasiones extrema, por ser un gran territorio de huachicol ; pero entonces era una pacífica población dedicada al comercio, la agricultura y la explotación de ónix y mármol. Tiene su importancia su historia, inicialmente se llamó Segura de la Frontera, porque ahí hacían relevo los tesoros, provenientes del centro y norte de la Nueva España, antes de ser embarcados desde Veracruz; por ello existe un edificio colonial, bastante abandonado, muy interesante, un convento de san Francisco también del principio del virreinato, y muy cerca, en Tecali, hay un convento muy abandonado, pero probablemente de los primeros construidos fuera de las ciudades; además el reloj de la plaza es el primero instalado como reloj público en las Américas. Era interesante su actividad económica, pero sobre todo lo era el mercado que todos los viernes se instalaba en la plaza central, era, o es, muy importante, se instalaba todos los viernes en la plaza central, parece ser que esto sucede desde la época precolombina, era un verdadero espectáculo, la cantidad de mercancías que eran colocadas y lo variopinto de los clientes y marchantes; parece ser que ahora para hacerlo más funcional construyeron una horrible central de abastos.

Mi experiencia personal y profesional fue extraordinaria, viví muy plácidamente, siendo muy bien recibido por muchos de los habitantes de la población, diría yo que incluso atendido y cuidado. Me enfrente, solo, a situaciones que forjaron mis conductas como médico, entendiendo muchos de los problemas que la marginación y pobreza ocasionan, algunas de esas situaciones fueron incluso extremas, o cuando menos así las califique en ese momento, pero de todas salí airoso. Nunca nadie de la Facultad de Medicina me visitó o se comunicó conmigo, el jefe de la Jurisdicción Sanitaria debía visitarme todos los viernes, pero pronto o me tomo confianza o le dio pereza y primero fue una vez al mes, después cada dos meses y al final nunc, no me pude despedir de él cuando concluyó mi estancia. Hago notar que aunque la beca o salario era bajo, nos alcanzaba bien para vivir, sin pasar penurias ni requerir mayores ayudas de la familia.

Pero hay que insistir que eran otras épocas, primero porque casi todos los que íbamos al SS éramos muy bien recibidos y atendidos, había unas condiciones en las que las condiciones de seguridad no eran cuestionadas. Pero sobre todo las formas de aprender y enseñar la medicina, eran totalmente diferentes; era internacionalmente aceptado que el médico se autoformaba fundamentalmente, incluso la educación de posgrado se llevaba a cabo con poca supervisión. Poco a poco fueron surgiendo nuevas tendencias, unas motivadas por la creciente preocupación de la Seguridad del Paciente y otra por la cada vez más preocupante generación de demandas jurídicas por mala atención, de tal manera que ya desde hace varios años, un paciente tiene que ser atendido por médicos capaces certificados por el Estado y por sus pares, y los alumnos, en todos los niveles deben ser estrechamente supervisados por sus profesores e ir incrementando sus responsabilidades conforme avanzan sus conocimientos y entrenamiento. Por ello parece que el SS no sólo ha perdidos todo su valor educativo, sino que probablemente sea irregular, al darle a pasantes sin titularse responsabilidades que pueden ser llegar a ser importantes y ocasionalmente difíciles.

A todas estas consideraciones hay que agregar que ahora en las poblaciones donde se instala a los alumnos en SS, están inmersas en una violencia inusitada, en las últimas semanas han sido asesinados dos, una anestesista joven que formaba parte de IMSS Solidaridad y que probablemente no estuviera haciendo el SS y otro, que estaba por terminar su año de SS.

La respuesta del Dr. Jorge Alcocer ante las consecuencias de las dos muertes, demuestran su desconocimiento sobre el papel del SS en la educación y probablemente su falta de reflexión sobre el primer nivel de atención, que decíamos esta fundamentalmente cubierto por alumnos en SS, lo que debía procurar es que, a través de las áreas de enseñanza de la secretaría, se planeara donde enviar a los alumnos, en sitios donde fueran adecuadamente supervisados y consiguieran aprender adecuadamente. Por otro lado debe enfrentar la necesidad que el primer nivel de atención cuente con médicos recibidos y de ser posible certificados, desde luego estos van a estar enfrentados a la violencia que, no digamos ser abolida, si no los médicos alejados de ella.

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Una respuesta a “El servicio social en la carrera de los médicos está en crisis”

  1. En verdad que es momento para que las autoridades universitarias, de salud y de gobierno entre otras aborden el tema con verdadero compromiso. Es cierto que el SS permitia a los médicos enfrentar y resolver una realidad sobre las necesidades de atención a la salud de las comunidades que los acogian incluso los protegían. En alguna época en las unidades médicas rurales de IMSS COPLAMAR, las comunidades se compronetian formalmente en el cuidado y protección de los médicos en SS. Esto les proporcionaba ina sensación de seguridad que les ayudaba a desempeñarse adecuadamente y al mismo tiempo ganarse el reconocimiento de las propias comunidades. Hoy, parece que esto es una historia de fantasía. La seguridad del personal de salud es prioritaria y a riesgo de parecer fuera de lugar se convierte hoy en día en ASUNTO DE SEGURIDAD NACIONAL, ya que no hay las condiciones para contratar médicos ya graduados e incluso certificados pafa cubrir las necesidades del primer nivel de atención. Si lo anterior fuera posible y mereciera el esfuerzo del gobierno para aportar los recursos sos necesarios, el asunto de la seguridad sigue siendo prioritario. Urge el diseño de un nuevo modelo de SS que permita continuar con la formación del personal de salud considerando la necesidad de vincularlo estrechamente con el día a día de las comunidades. Dentro de esta discusión habrá que tener sobré la mesa ek hecho de que cada día es mayor la matrícula femenina en las facultades de medicina. Sobre las posturas del “secretario de salud” (con minusculas) no merece más comentarios.

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