Johan Rockström y Will Steffen encabezaron un grupo de 29 científicos de prestigio internacional que elaboraron un estudio sobre los límites naturales del planeta. Sobre una base de evidencia científica se señala que desde la primera revolución industrial, la actividad humana es la principal causa del cambio climático global. Cuando la actividad del ser humano excede ciertos puntos de inflexión (los límites planetarios) se corre el riesgo de que se produzcan ‘alteraciones medioambientales irreversibles y abruptas’. El equipo de Rockström y Steffen identificaron nueve ‘parámetros de soportes vitales del planeta’ que son necesarios para la supervivencia humana. Además, han cuantificado hasta que punto se han sobrepasado estos límites.
Los nueve límites del planeta identificados por el equipo de Rockström y Steffen son los siguientes: 1.) Destrucción de la capa de ozono; 2.) Pérdida de la biodiversidad y extinción de especies; 3.) Contaminación química y emisión de nuevos compuestos; 4.) Cambio climático; 5.) Acidificación de los océanos; 6.) Pérdida del suelo fértil; 7.) Consumo de agua dulce y ciclo hidrológico global; 8.) Vertidos de nitrógeno y fósforo en la biosfera y los océanos; 9.) Concentración atmosférica de aerosoles. Los investigadores señalan que todos estos límites están relacionados entre sí. El traspaso de los mismos es el resultado de los modelos de crecimiento económico que hemos empleado.
Este grupo internacional de científicos, formado en 2009, explicó que estos nueve límites planetarios delimitan el entorno extraordinariamente estable en el que se ha mantenido la Tierra durante 10,000 años, desde los albores de la civilización. En 2015 este grupo concluyó que se habían traspasado ya cuatro de los límites naturales del planeta. Sin embargo, un grupo de 14 científicos publicó recientemente en la revista científica Environmental Science and Technology, el impacto del conjunto de productos químicos sintéticos y otras ‘entidades nuevas’ que ha superado un quinto límite planetario relacionado con la contaminación química incluidos los plásticos. ‘El ritmo al que las sociedades están produciendo y liberando nuevos productos químicos y otras entidades novedosas en el medio ambiente no es consistente con permanecer dentro del espacio operativo seguro para la humanidad’, según asevera Linn Persson del Instituto Ambiental de Estocolmo.

Se estima que hay 350,000 tipos diferentes de productos químicos fabricados en el mercado mundial. Estos incluyen plásticos, pesticidas, productos químicos industriales y en bienes de consumo, antibióticos y otros productos farmacéuticos. Se añade que sus efectos e impacto en el sistema de la Tierra son aún desconocidos. Pero, volúmenes significativos de estas nuevas entidades ingresan al medio ambiente cada año.
La masa total de plásticos en el planeta es más del doble de la masa de todos los mamíferos vivos y el 80%, aproximadamente, de todos los plásticos permanecen en el medio ambiente. Asimismo, se proyecta que la producción de plásticos aumente. Carney Almroth advierte que la producción, el uso y el desperdicio de plástico también afecta otros límites planetarios, lo cual incluye el clima, a través del uso de combustibles fósiles, la tierra y los sistemas de agua dulce a través del uso, la contaminación, los cambios físicos y la propagación de especies invasoras, los genes de resistencia a los antibióticos y los microbios patógenos en los océanos Este grupo de investigadores concluyen que las tendencias actuales de producción y liberación de sustancias químicas ponen en riesgo la salud del sistema terrestre.
La contaminación de los océanos es un problema complejo y global. Pero, los desechos plásticos son el componente más visible de la contaminación de los océanos. Hay una compleja mezcla de metales tóxicos, plásticos, productos químicos fabricados, petróleo, desechos urbanos e industriales, pesticidas, fertilizantes, productos farmacéuticos, escorrentía agrícola y aguas residuales. Más del 80% proviene de fuentes terrestres y llega a los océanos a través de los ríos, la escorrentía, la deposición de la atmósfera, ya que los contaminantes transportados por el aire son arrastrados al océano por la lluvia y la nieve y desde luego el vertido directo.
Más de diez millones de toneladas de plástico llegan a los mares cada año. La mayor parte se descompone en partículas micro plásticas y se acumula en los sedimentos costeros y de aguas profundas. Algunas piezas grandes, flotan en el agua por décadas, El ‘Parche de basura del Océano Pacifico’, es una zona cubierta por desechos marinos y plásticos en el centro del Océano Pacífico Norte. Su superficie se estima entre 710,000 km y 17,000,000 km2, según el criterio que se adopte en relación con la concentración de elementos de plástico que se fija como umbral para su definición y delimitación. Pero, esta isla de basura no es la única. En 2009 se descubrió la mancha de basura del Atlántico Norte y en 2011 se encontró otra isla de basura en el Pacífico Sur.

De acuerdo con la ONU para 2050 habrá más plásticos que peces en los océanos a menos que la gente deje de utilizar artículos de un solo uso elaborados con ese material, como las bolsas y las botellas. Según el PNUMA (Programa de la ONU para el Medio Ambiente) la contaminación plástica esta presente en todas partes, desde las playas de Indonesia hasta el Fondo del Océano en el Polo Norte. Según algunas estimaciones para, mediados de siglo, el 99% de todas las aves marinas habrán ingerido algún tipo de plástico.
Los micro plásticos contienen múltiples sustancias químicas tóxicas que incluyen cancerígenos, neurotoxinas y disruptores endocrinos, sustancias químicas que interfieren con las hormonas y que pueden causar cáncer, defectos de nacimiento y reducción de la fertilidad. Estas partículas se acumulan en pescados y mariscos. El mercurio también esta muy extendido en los océanos y se debe a la quema de carbón en los hogares y en la industria. El mercurio puede acumularse en niveles elevados en peces depredadores como el atún y el pez espada. El pescado contaminado puede ser especialmente peligroso para las mujeres embarazadas. La exposición al mercurio de los bebés en el útero puede dañar los cerebros en desarrollo, reducir el coeficiente intelectual y aumentar los riesgos de autismo.
La contaminación que se genera por los derrames de petróleo, los desechos industriales, la escorrentía agrícola, los pesticidas y las aguas residuales aumenta la frecuencia de la proliferación de algas nocivas, conocidas como mareas rojas, mareas marrones y mareas verdes. Estas floraciones producen toxinas que se acumulan en pescados y mariscos que al ingerirse pueden causar demencia, amnesia, parálisis e incluso una muerte rápida. Los impactos en la salud por la contaminación de los océanos afectan desproporcionadamente a las comunidades costeras y a las poblaciones vulnerables del sur global.
Esta contaminación se puede controlar y prevenir. La prohibición de los plásticos de un solo uso y una mejor clasificación de los desechos pueden coadyuvar a controlar la contaminación en su fuente. Hay ya varias experiencias de éxito en la materia.
Pero, este problema se ubica en el contexto más general de la protección integral de la naturaleza y del medio ambiente. Es necesario revisar nuestros modelos de crecimiento económico para lograr un verdadero desarrollo global sustentable, desvinculando el progreso y el bienestar de la contaminación y la destrucción de la naturaleza. En este, como en otros temas ambientales, es necesario actuar ya.