Desde hace unos años tanto la OMS como la OPS han estado llamando la atención acerca de los porcentajes de disminución de la población infantil con esquemas de vacunación. La crisis de COVID-19 parece haber venido a gravar esta crisis, debido a varios factores, entre ellos estuvo la necesidad de atender una crisis de salud marcada por la pandemia, la dificultad para hacerse de biológicos necesarios para los niños, dificultades financieras y quizá la necesidad de pasar a un segundo plano la vacunación infantil. Esto ha venido sucediendo aun desde antes de la pandemia por la infección de SARS Cov 2, y se ha visto en países que venían teniendo altos porcentajes de vacunación, lo mismo que los tenían menores.
México no se ha visto ajeno a esta crisis. La aparición de los resultados de ENSANUT 2018 vinieron a incrementar la percepción de disminución en los porcentajes de vacunación de los niños. Sin embargo, esta encuesta contiene datos hasta la segunda parte de 2019 solamente. Nos dimos a la tarea de buscar datos más actualizados, pero no pudimos obtener toda la información que se requiere para mostrar una panorámica de lo sucedido en los últimos años.
Hace unos años en una conferencia en el Colegio Nacional organizada por Guillermo Soberón, invitó entre otras personalidades a Jaime Sepúlveda, que había sido ya Director del Instituto de Salud Pública, Subsecretario de Prevención, ahora tiene una posición académica muy importante en una Universidad de California; ahí expresó un concepto que me parece fundamental, el de la Democracia Inmunológica, haciendo notar que la única forma de enfrentar a todos los niños de una generación a una buena respuesta a enfermedades prevenibles por vacunación, era conseguir porcentajes de inmunización de 95% o mayores. Entonces estaba lejos la 4T, pero era y es un concepto muy moderno muy igualitario, al que no se le pueden poner excusas, desde luego hay que buscar que todos los niños tengan acceso a ser vacunados, lo cual es una responsabilidad del Estado, es claro que cuando esto falla, los hijos de padres que lo pueden hacer buscan la vacunación de manera privada, asumiendo los costos que esto acarrea.
Parece difícil conseguir los datos exactos de porcentajes de niños completamente vacunados. Mauricio Hernández en 2020 se refiere a las coberturas imprecisas y dificultades en el seguimiento de los esquemas de vacunación (Hernández-Ávila M, et al. Vacunación en México; coberturas imprecisas y deficiencia en el seguimiento de los niños que no completan el esquema. Salud Pública de México 2020; 625(2): 215-224).
En las páginas de la Secretaría de Salud, pudimos conseguir los datos niños menores de una año con esquema de vacunación completa de 2010 a 2018, agregamos los de 1995, 1996 y 1997, en la figura 1 observamos como los porcentaje son siempre superiores a 80% y frecuentemente superiores a 90%, en un trabajo de Ignacio Santos podemos observar como los porcentajes de vacunación de 2006 a 2012 son siempre superiores a 90% tanto en niños menores de un año como en los menores de cuatro, no pudimos tener acceso a los datos de 2019 y 2020.
Más o menos recientemente se creo una fundación OMEVAC (Observatorio Mexicano de Vacunación), está dirigida por el Instituto Carlos Slim y puesta al servicio de la Secretaría de Salud, no contiene los datos de todo el país pero si lo hace manera detallada de más del 30% de los estados. En la figura 3 vemos los resultados de los porcentajes de niños con esquema completo en 2021y parte de 2022, como los datos son muy detallados podemos observar como algunas vacunas, como la BCG, alcanzan porcentajes muy altos, pero el caso es que los porcentajes de niños con esquemas completos son muy bajos, y lo graves es que parecería que va disminuyendo.
La explicación para lo sucedido en nuestro país seguramente es multifactorial, en donde la pandemia causo una desviación de atención y de recursos hacía la vacuna para COVID-19, quizá lo sucedido en BIRMEX, que ha dejado de producir inmunológicos, o cuando menos disminuido considerablemente los niveles de producción, probablemente también tenga una participación considerable la reorganización que se intento hacer en el Sistema de Salud y que ahora casi cuatro años después de iniciado el nuevo gobierno, no se ha conseguido, las reducciones presupuestales y los nuevos sistemas de adquisición, que no han sido eficientes, seguramente también intervienen para que al final el sistema de vacunación antes tan exitoso ahora parezca encontrarse en crisis.
Hace ya muchos años que no se presentan en México casos de poliomielitis ni de sarampión, no vemos más tosferina ni difteria y tétanos en niños, los pocos casos de tétanos que se presentan son en adultos que han descuidado su vacunación. Pero con los niveles de vacunación que tenemos actualmente estamos en alto riesgo que estos problemas de salud alejados del panorama reaparezcan y si sucede lo harán con una fuerza que podría ser impredecible.
Es muy preocupante que el esquema de vacunación no se cumpla y que además no se haya hecho un esfuerzo para introducir vacunas eficientes, y no demasiado caras, como es el caso de Hepatitis A y Varicela
Un pendiente más del nuevo sistema de salud, pero que puede acarrear consecuencias graves en el corto plazo.
¡Muy preocupante!