Después de varias decisiones imprecisas o equivocadas el presidente de la República y su gabinete de salud y con la muy probable participación del gabinete económico decidieron que el IMSS se hiciera cargo de la atención médica de la población no asegurada. Primero desmantelaron el sistema del Seguro Popular, con el cual se había venido financiando la cobertura de salud para esta población la cual era otorgada de manera descentralizada por las instalaciones que cada estado de la república tenía en su localidad. El Seguro Popular fue dotado con fondos presupuestales, cada vez mayores, lo que permitía ir cubriendo diversas patologías y en diferentes edades, la cobertura se fue ampliando intentando atender a los pacientes con los padecimientos más frecuentes y más costosos, al final se atendían muchos de los problemas de salud.
La atención del tercer nivel se otorgaba en los Institutos Nacionales de Salud y en los Hospitales de Alta Especialidad con que cuentan varios de los estados, en esto estaban incluidos diversos hospitales universitarios como era el caso de Nuevo León y Jalisco. El actual gobierno deshizo el Seguro Popular y creo el INSABI. Para la creación del Instituto de Salud para el Bienestar transcurrió poco más de un año, tiempo durante que las acciones sobre el sistema de salud permanecieron estáticas, una vez que inició a funcionar fue incapaz de crear un nuevo sistema, la atención de los enfermos, al parecer, ocurrió de manera desordenada y sin verdaderos sustentos financieros, de lo que se supo más fue el desabasto con los medicamentos, lo que incluía una muy notable incapacidad para su distribución, quizá lo más grave aconteció cuando intentó adquirir y distribuir los insumos también del IMSS y del ISSSTE, estas instituciones, tenían antes un sistema de adquisiciones y distribución eficiente y al parecer transparente, sin embargo, se consideró que existían malos manejos y corrupción, nunca se levantó una denuncia formal al respecto y por tanto nunca se mostraron responsables.
Durante los primeros años supimos de un desabasto considerable, que los pacientes y sus familias tornaron escandaloso, esto persiste hasta el momento, ahora diversas organizaciones se han quejado del desabasto en medicamentos neurológicos y psiquiátricos, el viernes pasado pasé enfrente del Hospital Fray Bernardino Álvarez y en la fachada colgaba una gran manta que denunciaba el desabasto de medicamentos.
Ante la imposibilidad del INSABI de hacerse cargo del sistema de salud responsable de atender a la población no asalariada y que por tanto no tiene acceso al IMSS tradicional, pensaron que el IMSS Bienestar fuera el organismo responsable, se ha instalando poco a poco en los estados de la república que aceptaron participar, han tenido enormes dificultades, tanto con las instalaciones, los recursos materiales y los recursos humanos, no me queda claro porque no empezaron con los recursos que antes estaban financiados por el Seguro Popular, esto los ha llevado a realizar contrataciones de personal médico extranjero, en un sistema que no queda claro si es regular y legal, toda vez que los que llegan no tienen refrendo de sus estudios y por lo tanto carecen de cédula profesional, así como de la certificación del consejo al que deberían pertenecer.
Ahora anunciaron que traerán otros 800 médicos. Este año el Consejo Mexicano de Medicina Interna, certificó a más de 500 nuevos internistas, me pregunto si ya fueron captados por quienes buscan personal en el IMSS Bienestar, ante el aumento de la matricula seguramente lo mismo ha sucedido con Pediatras, Cirujanos y Gineco obstetras, desde luego habría que considerar donde se ofrecen las plazas y si el salario va a ser equivalente al que los mismos especialistas reciben en el IMSS tradicional.
El colmo fue que hace unos días el director general del IMSS anunció que incorporaría a 600 practicantes de medicina tradicional, haciendo hincapié en los sobadores. Esto sólo evidencia ignorancia y desesperación no sólo de Zoé Valdez sino de todo el gabinete de salud. A mí me parece inexplicable que Jorge Alcocer avale esta posición, aunque ya ha dicho y hecho otras sorpresivas barbaridades, por mencionar solo un par, una de ellas fue avalar que el presidente no usara cubrebocas porque no era fuente de contagio sino de ejemplo, la otra que él no vacunaría a sus nietos para el Covid 19, la de las estampitas no la comento porque da vergüenza ajena.
Alcocer hasta antes de su cargo como Secretario de Salud se distinguía por ser un investigador muy serio y formal, llego a ser premiado muchas veces, no expresaba, profesionalmente, ni por escrito ni verbalmente nada que no tuviera una comprobación absoluta, de su subsecretario sólo tengo sorpresa y desilusión, estoy seguro que no han escuchado a Directora de Prestaciones Médicas del IMSS, una internista muy bien formada, que tiene además sólidos estudios de gestión y administración, en el equipo del director del IMSS está Mauricio Hernández el médico que más ha publicado sobre sistemas de salud, también está Víctor Hugo Borja, que primero fue director de Prestaciones Médicas y ahora está como titular en la Unidad de Investigación, Educación y que seguramente es uno de los grandes expertos en el primer nivel de atención; pero seguramente no consultan y si lo hacen no los escuchan. Pensar que con terapias alternativas se puedan resolver los problemas de salud de una gran población dentro de un sistema sanitario es de ignorantes cuando no de muestra de falta de ética.
El presidente ha prometido un sistema de salud como el que tiene Dinamarca, y ha dicho que lo tendrá en marcha antes de fin de año. Sus asesores debieron haberle hecho notar que esto es absolutamente imposible. Dinamarca es un país de 5.8 millones de habitantes perfectamente comunicado, mientras México tiene 126.7 millones de habitantes con grandes problemas de dispersión de la población y muchas zonas muy incomunicadas, mientras Dinamarca invierte en salud el 9.28 % de su PIB en salud México apenas destina 3.30 de su PIB a sus sistemas de salud.
Alguien debió haberle informado que el sistema danés esta basado en el desarrollo de un muy fortalecido primer nivel de atención, de ahí parten todas las acciones hasta terminar, cuando es necesario, en el segundo o tercer nivel de atención, los esfuerzos de IMSS Bienestar parecen estar destinados al establecimiento de un segundo nivel de atención, del establecimiento de un primer nivel no se ha oído nada.
El señor presidente también ha mencionado como ejemplo al sistema sanitario canadiense, que también está basado en el funcionamiento del primer nivel de atención, Canadá tiene 38.25 millones de habitantes y destina el 8.70 % de su PIB a la salud, aunque es un país con una extensión grande, tiene grandes comunicaciones (aun en invierno) e instalaciones sanitarias bien distribuidas y eficientes. Yo pongo como comparación al sistema español, que en unos cuantos años ha conseguido establecer una seguridad social amplia, de fácil acceso, que además es universal, pero España destina el 8.9 % de su PIB a la Salud y tiene 47.4 millones de habitantes en un territorio mucho menos extenso que el mexicano y que además goza de muy buenas vías de comunicación, el sistema también está fundamentado en el primer nivel de atención y en los médicos de los servicios de urgencias. Estos tres sistemas de salud tuvieron una prueba de fuego durante la pandemia, que pudieron superar y en este momento están empeñados en reforzar su primer nivel de atención ante las reclamaciones de los médicos que lo conforman y la realidad ante la que están expuestos.
El IMSS tradicional y el ISSSTE tienen un primer nivel de atención establecido (uno mejor que el otro) y probablemente sea una de las causas de que sus resultados sean mejores que lo que acontece con la atención que la SS otorga a la población no derechohabiente. El primer nivel de atención en la SS ha recaído, en mucho, en los pasantes del servicio social de la carrera de medicina, lo que en la actualidad es obsoleto y quizá no reglamentario. Esto sucede hace muchos años, lo que no quiere decir que sea adecuado hacerlo en la actualidad.
La razón de mortalidad materna ha sido tomada desde hace tiempo y de manera universal, como un termómetro del funcionamiento de los sistemas de salud. Dinamarca tiene 4 madres muertas por cada 100000 nacidos vivos, Canadá 10 y España 4, cifras que se han mantenido así desde hace muchos años. En México el año pasado fue de 30.5; en 2016 fue de 37.2, en 2017 fue de 32.3, en 2018 30.2, en 2019 31.1, en 2020 49.2, en 2021 53.8 y en 2022 30.5. Lo que nos muestra que se venía obteniendo una disminución en la razón de muerte materna (aunque sin alcanzar las metas establecidas) pero durante este periodo gubernamental esto se ha detenido, puede que tenga que ver la pandemia por Covid 19, pero en todo caso hay años con una mortalidad mayor a la de 2010.
Estamos ante una gran crisis del sistema de salud, que no me parece que pueda ser resuelta durante este gobierno, sus funcionarios no han pensado ni reflexionado al respecto. Ojalá que los que empiecen en septiembre del año próximo sí lo hagan.
Que bueno que ya aceptaron a sobadores y hueseros asi como hierberos
me hubieran ahorrado décadas de estudio y seria una empleado
del IMSS
JAJAJA
excelente resumen del naufragio de la salud gracias a la ignorancia,
la estupidez y la negacion de la realidad sanitaria.
En el área de anestesiología nos enfrentamos con la escasez de medicamentos como ketamina, fentanyl, sufentanil,y efedrina, que son indispensables para una práctica adecuada de nuestra especialidad. Además la desintegración del seguro popular y de medicamentos utilizados en el tratamiento de pacientes oncológicos es criminal.
Buenos días ,excelente artículo, mi opinión es desde el punto de vista de un usuario.
Cambio de proveedores ,los cuales hacen unas descomunales rocas como pastillas difíciles de deglutir, falta de medicamentos además de un pésimos servicio en los segundos niveles cuando asiste con especialistas.
Se nota la falta de empatia al usuario faltandonos el respeto , haciéndonos perder el tiempo y sin resolver nuestros problemas, se nota el querer cubrir un número de horas sin tener responsabilidad hacia el paciente y al instituto.
Nunca como ahora el mal servicio.
Hemos necesitado la clínica del dolor, de salubridad, y encontramos una gran diferencia.
Seguro social…… llevando todos los estudios que ellos ni siquiera mandaron hacer ya en presencia del especialista 5 min no reviso los estudios, solo dio nueva cita.
Zoquipan clínica del dolor. Primera consulta 4 a 5 mas o menos horas entre varios especialistas revisando todos los estudios , mandaron hacer estudios complementarios.
Además de un trato humano.
Una gran desilusión el servicio del Seguro Social. Disculpen mi opinión.