Alianzamanía política latinoamericana contra déficits democráticos
Manfredo Martínez

Sociedades del Siglo XXI

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La real democracia en nuestros países no debe ser una permanente y eterna lucha de disenso, sino más bien apostarle al consenso como herramienta privilegiada de la evolución social.

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Con la venia del Partido Revolucionario Institucional (PRI), este 30 de agosto la senadora hidalguense panista Xóchitl Gálvez se convierte en la virtual candidata presidencial de cara a las elecciones sucesorias de julio de 2024 por parte de la coalición opositora Frente Amplio por México, haciéndose “a un lado” la priista Beatriz Paredes debido a que los resultados de las encuestas finales realizadas la sitúan 15 puntos debajo de su colega panista, a falta del cierre oficial este domingo tres de septiembre. 

Y es que la “fiebre” de las alianzas en nuestro subcontinente parece una realidad más que evidente para “remover” a través de la democracia electoral a los gobernantes de turno. Es el caso de países como Honduras en donde-a raíz de la “marginación” a la que se ha visto expuesto por el actual gobierno de Xiomara castro– el actual designado presidencial Salvador Nasralla ha empezado a “movilizarse” para ir constituyendo una alianza opositora que les lleve a la búsqueda de la presidencia hondureña en noviembre de 2025 a través del Bloque de Oposición Ciudadana (BOC).

De acuerdo con un minucioso análisis de este abril por parte de los investigadores Carlos Malamud y Rogelio Nuñez Castellano del español Real Instituto Elcano de Estudios Internacionales y Políticos “el trienio 2022-2024 redibujará el mapa político latinoamericano”, el cual confirmará si existe una “marea rosa”-término político que se ha popularizado este siglo XXI en América Latina y que se entiende como “una vuelta a la izquierda”-, o más bien habrá un voto de castigo a los oficialismos.  

Es evidente entonces que el “hartazgo” sociopolítico es un “mal endémico” al cual se hace necesario prestar especial atención para consolidar nuestras democracias, de lo contrario se corre el riesgo de que la conflictividad social aumente de intensidad, lo cual va en “contravía” contra toda lógica desarrollista.

A mi parecer, una cuestión esencial es buscar ecuaciones que permitan a la clase política de nuestras sociedades latinas gobernar con la mirada puesta en la sociedad como un todo a la que se debe servir como un conjunto global, y neutralizar entonces todas aquellas segmentaciones, motivadas por ideologías políticas que ciertamente no han hecho más que ralentizar los procesos de florecimiento humano. En ese orden de ideas, ya lo advierten estos científicos sociales mencionados anteriormente, en el sentido de que, el fenómeno responde a la frustración de expectativas y a la desafección con unos Estados ineficientes y unas administraciones, sistemas políticos y de partidos “que no canalizan las demandas ciudadanas y provocan malestar social”.

En definitiva, pienso que la real democracia en nuestros países no debe ser una permanente y eterna lucha de disenso, sino más bien apostarle al consenso como herramienta privilegiada de la evolución social que hemos logrado ciertamente con la irrupción de la sociedad global del conocimiento producto del cada vez más sofisticado sistema de ilustración sociopolítica impulsado a grandes rasgos con el apoyo en las más variadas Tecnologías de la Información y Comunicación (Tics).

Y es que, personalmente y a mi humilde parecer, soy un convencido que, el ciudadano en su propia individualidad micro-geográfica no va a gozar de los beneficios democráticos, si los estados-naciones en su macro construcción geográfica no goza de salud en sus diversos ámbitos y dimensiones.       

Posdata: se prevé que para el domingo 2 de junio de 2024 asistan a las urnas al menos 95 millones de mexicanos para elegir al presidente 66 de los Estados Unidos Mexicanos en donde se podría dar un hecho inédito: que dos mujeres, Xóchitl Gálvez vs Claudia Sheinbaum, compitan por la presidencia mexicana, marcando el final del “patriarcado” presidencial por primera vez en la historia democrática moderna del país norteamericano.

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