El 22 de junio pasado se presentaron formalmente los resultados de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT), desde hace unos años a la encuesta se le agregó el subtítulo de Continua, dado que se realiza anualmente, la encuesta se empieza a realizar en 1998, inicialmente se realizaba cada seis años, y ya desde hace un tiempo se lleva a cabo más frecuentemente, la encuesta se ha ido constituyendo como un valioso recurso para conocer algunos resultados en Salud, para evaluar algunas estrategias y probablemente para establecer políticas públicas. Desde su inicio el responsable de la realización y difusión de sus resultados ha sido el Instituto Nacional de Salud Pública, quien siempre lo ha hecho de manera cuidadosa, estricta e impecable, con el tiempo se han ido adquiriendo conocimientos y estrategias que hacen aún más valiosos los resultados de la encuesta. La ceremonia de presentación del documento se llevó a cabo en el auditorio del INSP y fue presidida por el Dr. Ruy López Ridaura, dada la importancia del acontecimiento me pareció extraño que no acudieran ni el secretario de salud el Dr. Jorge Alcocer ni el señor subsecretario el Dr. Hugo López Gatell. Viendo la ceremonia nos percatamos del enorme trabajo de un grupo muy profesional. Ya para entonces los resultados estaban publicados en Salud Pública de México y hemos podido revisar algunos de ellos.
Ahora me referiré a dos aspectos el primero al de la vacunación de niños y adolescentes y el segundo el que se refiere a la utilización de los recursos en salud en el primer nivel de atención, en una segunda entrega voy a comentar con ustedes los resultados sobre obesidad, diabetes e hipertensión. Si algo puede criticarse a la encuesta es que no todos los temas son seguidos año con año, seguramente porque aparecen problemas más importantes o algunos otros van disminuyendo su trascendencia en el contexto de la Salud de nuestro país.
Con respecto a la vacunación fue estudiada por un grupo de expertos y sus resultados están vertidos en un escrito (Mongua-Rodríguez N, et al. Cobertura de vacunación en niños, niñas y adolescentes en México. Salud Publica Mex. 2023;65(supl 1):S23-S33 https://doi.org/10.21149/14790). Desde luego la forma de obtener los datos y después su manejo estadístico son impecables. Los resultados nos muestran varias situaciones preocupantes, quizá la más alarmante es que los niños menores de un año tienen un esquema completo de vacunación en el 42% y en los menores de dos años sólo se alcanza un 26.6 % de los niños con esquema completo. Existen algunas diferencias entre zonas geográficas, en la llamada Pacífico Norte, los porcentajes de vacunación son considerablemente mayores, también sucede que algunas vacunas tienen porcentajes mayores que otras, la neumococica y la de rotavirus están en 80% o un poco arriba, sin embargo la de hepatitis B está en 65% y la triple viral (sarampión, rubeola y parotiditis) está en 61.8%, todas lejos de la meta de 95%; en el estudio además de la diferencia geográfica que ya comentábamos, se resalta una diferencia en los resultados según áreas rurales y urbanas, y condiciones económicas. En la presentación de los resultados la Dra. Mongua se refirió a un estudio que mostraba los resultados de anticuerpos para tétanos y que estaban cerca del 80%, supongo que con estos resultados quieren inferir que las demás enfermedades para las que se vacuna junto con el tétanos tendrían resultados parecidos, sin embargo, en el escrito está fase del estudio no está descrita. Nos remontamos a buscar resultados de vacunación en épocas previas, lo hicimos también dentro de la ENSANUT de años previos y nos encontramos dos estudios que aunque fueron publicados en 2006, se hicieron con materiales obtenidos en la encuesta del año 2000; (Ruíz-Gómez J, et al. Encuesta serológica nacional del sarampión en niños: evidencias para su eliminación. Salud Publica Mex 2007;49 supl 3:S370-S376. Y Ruíz-Gómez J. et al Seroprevalencia de anticuerpos contra el poliovirus 1 en niños mexicanos. Salud Publica Mex 2007;49 supl 3:S361-S369). En estos estudios se demuestra una seropositividad para sarampión de 98.3 % para los niños entre uno y tres años de edad y de 99.4% para los que tenían entre 5 y 9 años. Sin diferencias entre las áreas urbana y rural, tampoco en el alfabetismo del familiar responsable, tampoco con la situación económica ni por la pertenencia a seguridad social formal. Para la poliomielitis el trabajo correspondiente menciona que los menores de 10 años existía 99.3% de seropositividad para poliovirus 1, en los niños de 1 a 4 años era de 99.58% y los que tenían entre 5 y 9 años resultó de 99.1%, no encontraron diferencias entre las áreas rural o urbana, el sexo, la pertenencia a la seguridad social, ni al alfabetismo del cuidador principal, tampoco sucedió por las condiciones económicas. En 2012 en la ENASUT se hizo un estudio para los indicadores de bienestar infantil en México y se encontró que uno de los marcadores era la vacunación y que el 90% de los niños de un año y 95% de los de dos años tenían esquemas completos. Desde luego los resultados de los estudios mostrados no son plenamente comparables porque la metodología es diferente. Sin embargo, es considerable que los porcentajes de vacunación para enfermedades prevenibles de la infancia, han disminuido considerablemente, aunque se han incluido en el esquema nacional de vacunación nuevas vacunas como la del rotavirus y otras se administran ahora de manera simultánea en las vacunas pentavalentes y hexavalentes, lo que facilita la cobertura; no se han incluido la vacuna para hepatitis A, ni para varicela, ya en el encuesta del año 2000 se hablaba de la importancia de agregarlas al esquema nacional. Parece ser que de los estudios actuales se desprende que la cartilla nacional de vacunación ha perdido fortaleza y que quizá sea necesario buscar un método más preciso y sencillo que sustituya al impreso actual, por un electrónico, quizá anexo al CURP del niño.
El segundo tema que intentaré abordar en esta ocasión es el del acceso y la utilización de los servicios públicos en la atención primaria. La publicación en la revista de Salud Pública ( Bautista-Arredondo S, et al. Utilización de servicios de salud en México: cascada de atención primaria en 2022. Salud Publica Mex. 2023;65(supl 1):S15-S22. https://doi.org/10.21149/14813) plasma muy objetivamente los resultados, en el se describe como la mitad de la población ante la necesidad de requerir atención médica, no lo hace en el establecimiento público que le corresponde y acude a uno privado a ser atendido, no hay diferencia entre los que tienen seguridad social formal (IMSS, ISSSTE y otros) y los que no la tienen, tampoco existe una diferencia significativa entre el medio rural y el urbano; los que asisten a las instalaciones privadas aducen primero problemas de accesibilidad, lejanía del centro que les corresponde, la necesidad de cita previa o la realización de colas previas a la consulta médica, y otras que se refieren más a calidad del servicio, dicen ser atendidos rápidamente, les gusta como los tratan y los atienden. El caso es que casi la mitad de los pacientes (48.8%) acude a atenderse a servicios privados ante la insatisfacción de los que se le ofrecen en los servicios públicos; entre los servicios privados ocupan los sitios predominantes , los consultorios médicos privados y los consultorios anexos a las farmacias. En el escrito no se hace, pero en la presentación preliminar, la Dra. Colchero hace una crítica severa a los servicios adjuntos a las farmacias. Creo que lo que revela este magnifico estudio es que los enfermos no se encuentran satisfechos con los servicios públicos que se les brindan y por ello buscan otras soluciones, y estas independientemente de la calidad con la que otorguen los servicios, surgen por una necesidad de los pacientes o si lo queremos ver de otra manera surgen porque el mercado lo requiere. Un gran problema, toda vez que las soluciones que se han buscado van encaminadas al segundo y tercer nivel, y no al primero que resulta el fundamental.
Decía yo que en la próxima entrega comentaré lo resaltado en la ENSANUT al respecto de algunos padecimientos crónicos.
Desde ahora hago notar que echo en falta que algunos temas fundamentales no hayan sido estudiados, me refiero a las neoplasias hematológicas infantiles y de la adolescencia (leucemias y linfomas) cáncer de mama, quizá cáncer de próstata y desde luego el infarto del miocardio, causa destacada de muerte y que requiere de un complejo sistema de atención. Quizá en una próxima ENSANUT debiera ser examinada la asistencia a servicios privados de segundo y tercer nivel de atención. Es notable el crecimiento de las instalaciones dedicadas a ello, muchas de ellas dependientes de un solo sistema de atención, todo a pesar que los sistemas de aseguramiento, especialmente los de gastos médicos mayores, no se han incrementado en la misma magnitud y es posible que población sin esta cobertura estén acudiendo a ser atendidos en sistemas privados, ante lo que ellos consideran un déficit del sistema público.
Saludos y gracias Dr Ramiro