Hace unos días fue publicado el Informe del Desarrollo Humano 2021-22; elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, organismo que elabora anualmente el Índice de Desarrollo Humano, un importante indicador que mide los logros de los países adheridos a la ONU en materia de economía, salud y educación.
Tres décadas de avances en el desarrollo humano fueron detenidas de golpe por la pandemia de COVID-19 (ver t.ly/cp3t). Si bien, con la pandemia se esperaba una reducción a nivel mundial en el bienestar de las personas, en algunos casos, como el de México, la caída fue evidentemente dramática, por decir lo menos.
De acuerdo con los datos, México cayó 12 puestos respecto al último informe, pasando del lugar 74 en 2020, al 86 en 2021. Diez países en América Latina ocupan una mejor posición que México en el IDH. En materia de desarrollo humano, los datos ubican a México por abajo de países como Cuba (lugar 83), Trinidad y Tobago (lugar 57), o las Bahamas (lugar 55).
Para México, éste ha sido el peor lugar obtenido en el IDH desde que comenzó a elaborarse en 1992; y si bien, nos encontramos en una mejor posición que países como Brasil (lugar 87) o Colombia (lugar 88), esta circunstancia es de poco consuelo, considerando que 20 años atrás, México ocupaba el puesto 55; 19 lugares por arriba de Brasil, y 13 por arriba de Colombia.
Uno de los aspectos que más influyeron en el desplome de México en el IDH fue la reducción en la esperanza de vida al nacer, que disminuyó de 75.1 años, al inicio de la pandemia en 2020, a 70.2 años en promedio en 2022. En el caso de países como Argentina, la esperanza de vida al nacer apenas disminuyó, pasando de 75.9 años en 2020, a 75.4 años en 2021. Incluso en Brasil, país criticado por su gestión durante la pandemia, la reducción de la esperanza de vida de 2020 a 2021 fue de 1.2 años, una cifra significativamente menor a la de México (ver t.ly/WtUC).
La tasa de mortalidad en México por coronavirus fue una de las más grandes del mundo, y era de esperar una reducción en la esperanza de vida, pero nunca habríamos imaginado que las políticas sanitarias implementadas por el gobierno mexicano tendrían resultados de tal magnitud.
La pérdida de riqueza de los mexicanos fue otro factor de la fuerte caída de México en el IDH. De acuerdo con las cifras del informe, México pasó de tener un ingreso per cápita de $19, 600 dólares en 2020, a $17, 896 en 2021, una disminución de 6.5% en un año. Sin embargo, hubo países en la región como Argentina y Chile, donde el PIB per cápita no solo no disminuyó, sino que aumentó. En Argentina, según las cifras de la ONU, el PIB per cápita aumentó de $19, 2178 dólares en 2020, a $20, 925 en 2021, y en Chile, el PIB per cápita creció de $22, 286 dólares en 2020, a $24, 563 en 2021 (ver t.ly/4UvF).
Cabe destacar que México fue el país en el mundo que menos recursos destinó como % del PIB para aminorar los efectos económicos de la pandemia, utilizando tan solo el 0.7% del PIB para este fin. Brasil, por ejemplo, destinó el 9.2% del PIB en ayuda económica y estímulos fiscales para la población.
Las políticas educativas tampoco han sido las mejores para acelerar el desarrollo humano en México. El desafortunado cierre de las escuelas de tiempo completo, la desaparición de los fondos extraordinarios para las universidades y el nulo crecimiento del gasto en educación, han limitado el crecimiento de la matrícula en los niveles medio y superior. De 2010 a 2021, el promedio de años de escolaridad de los mexicanos tuvo apenas un incremento de un año, pasando de 8 años en 2010, a 9.1 en 2021. Las políticas educativas en México no han funcionado para alcanzar la cifra de escolaridad promedio que registran otros países de la región como Argentina (11.1), Chile (10.9 años), e incluso el de algunas economías más modestas como Trinidad y Tobago (11.6 años) o Barbados (9.9 años) (ver t.ly/4UvF).
La caída del bienestar en México va más allá de la pandemia. Es un problema de fondo; un problema de políticas públicas con visión a largo plazo. Habría que hacer notar que el informe de la ONU sobre desarrollo humano no toma en cuenta otras problemáticas importantes, como la violencia y la criminalidad, factores que posiblemente habrían agudizado la caída del bienestar de los mexicanos respecto al resto del mundo. Los datos IDH 2021-22 hacen notar que no se han tomado las mejores decisiones. Es impostergable replantear las prioridades.
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