La información que contiene la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2022 es cuantiosa y la posibilidad de análisis y discusión son enormes. Me voy a referir ahora a la obesidad, la diabetes y la hipertensión arterial, sí alguna crítica puede hacerse a las encuestas nacionales es que no en todas ellas se abordan los problemas de la misma forma, de tal manera que no se puede observar linealmente la evolución de los diferentes aspectos de la salud, sin embargo, siempre nos da un gran retrato de lo que esta sucediendo en un momento.
Desde hace muchos años que la obesidad significa un gran problema de salud, como padecimiento y como factor de riesgo para otros problemas más graves.
En cuanto a obesidad, en un magnífico documento (Campos Nonato I. et al. Prevalencia de obesidad factores de riesgo asociados en adultos mexicanos: resultados de la ENSANUT 2022. Salud Publica Mex 2023;65 (supl I): S238-S247) se informa de los resultados y nos encontramos que, de acuerdo al índice de masa corporal, se demostró sobrepeso en 38.3%, diferentes grados de obesidad en 36.9%; y que los adultos con obesidad tenían una mayor posibilidad de tener diabetes mellitus, hipertensión y dislipidemia; por lo tanto, podemos inferir que de enfermedad cardiovascular –que es lo que ocasiona que el infarto del miocardio y el accidente cerebrovascular– sean una de las causas más importantes de mortalidad en los adultos y aunque no hay estadísticas precisas de morbilidad y estos dos problemas son las causas de secuelas incapacitantes más frecuentes en los adultos. Campos Nonato en su escrito hacen una comparación de la evolución en los adultos del problema entre 2006 y 2022, me permito en la tabla que les adjunto simplificar los resultados, para demostrar que las diferencias entre 2006 y 2022 son muy pocas si acaso que aumento la obesidad en todos sus grados y algo disminuyó el sobrepeso.
La encuesta de 2022 nos demuestra que, si bien el sobrepeso es mayor en los hombres, la obesidad es mayor en las mujeres, que la escolaridad marca una diferencia, no tan importante; que es más frecuente en el medio urbano que en el rural, y que los individuos con ingresos medios tienen una mayor frecuencia; la pertenencia a un sistema de salud no marca una diferencia y existe una paradoja que consiste en que los que no están cubiertos por ninguno de los sistemas tienen una menor frecuencia. Todos estos datos, incluida la evolución durante 15 años nos hace pensar que las diversas políticas de estado, incluidas las de salud, no han tenido impacto.
Desde luego la obesidad es uno de los fenómenos centrales del problema, pero también lo son la hipertensión arterial y la diabetes mellitus.
En cuanto a la hipertensión arterial, los hallazgos están vertidos en el escrito de Campos Nonato I, et al. Prevalencia, tratamiento y control de la hipertensión arterial en adultos mexicanos: resultados de ENSANUT 2022. En donde se hace una discusión muy minuciosa y precisa de los hallazgos, pero que podemos resumir con un magnífico esquema que aparece en el propio artículo y que resume con maestría la situación, de los hipertensos demostrados 65.6% no estaban diagnosticados, de los diagnosticados 17.7% no estaban siendo tratados y de los que recibían tratamiento 67% no estaban en control. Los autores muestran un esquema similar con los datos de ENASUT 2018 y estos no varían mucho frente a la encuesta 2022. La prevalencia en ésta de 2022 fue de 47.8%, el 31.4% no tenía la enfermedad diagnosticada. La posibilidad de hipertensión arterial es mayor en los individuos con sobrepeso y aun mayor en los que tiene obesidad, en este problema sí hay una diferencia según el grado de escolaridad, siendo menor en los que la tienen mayor, esta diferencia está presente también en los porcentajes de control, siendo mayores en los que tienen mayor escolaridad.
Los resultados sobre Diabetes Mellitus están vertidos en el escrito Basto-Abreu A, et al. Prevalencia de prediabetes y diabetes en México: ENSANUT 2022. Salud Publica Mex 2023;65 (supl I): 163-168. Definen prediabetes cuando el individuo tiene una glucosa mayor de 100 mg/dl y menor de 125 o Hemoglobina glucosilada entre 5.7% y 6.5%, el porcentaje de la población estudiada que cayó en esta categoría fue de 22.1% y 12.6% tenían diabetes mellitus que no había sido diagnosticada antes y 5.8% en los que ya se había establecido el diagnóstico, sumando un total de 18.3%, el estudio busca diferencias en variables diversas, sin demostrarse demasiadas. Nos explican porque, a pesar de medir hemoglobina glucosilada, no muestran el porcentaje de pacientes diabéticos controlados. Mucho se puede comentar, pero quizá lo más importante es la necesidad de diagnosticar oportunamente la enfermedad y conseguir que los enfermos sean tratados lo más precozmente posible.
La presencia del síndrome metabólico: obesidad, hipertensión arterial, diabetes mellitus es muy alta, en esta ocasión no se midió dislipidemia, pero seguramente corre a la par de los tres problemas. Se requiere que el sistema de salud mexicano detecte a los pacientes y los trate adecuadamente, se requiere de una política de estado, que incluya las medidas de salud, para enfrentar la obesidad y en el caso de la hipertensión arterial y la diabetes mellitus se requieren medidas que influyan y mejoren la adherencia terapéutica que, si bien es una tarea individual del médico, debe estar respaldada por una política de salud.
El caso es que en 15 años estos problemas no se han modificado y esto, repito, es la causa de que la diabetes sea la causa más frecuente de mortalidad en adultos y que este seguida por infarto del miocardio, ambas iniciadas en el síndrome metabólico.
Un problema con ENSANUT 2022 es tomar como punto de corte para declarar a un sujeto como hipertenso con 130/80 mmHg como los norteamericanos y desde luego la prevalencia subió a más de 45% mientras que se mantiene en 30% con el punto de corte a 140/90 mmHg. Lo anterior da como resultado que más de 40 millones de mexicanos se cataloguen como hipertensos en vez de 26.6 millones con el punto de corte clásico. Si bien se argumenta medidas preventivas para el grupo de 130-139/80-89. La verdad es que no existe un estudio de cohorte contundente al respecto. Las nuevas guías Europeas 2023 continúan con 140/90. De cualquier manera los costos de atención son catastróficos y las estrategias de implementación de nuevas terapias están lejos de ser adecuadas.