Los aficionados a la fiesta de toros estamos acostumbrados a un lenguaje que se ha usado desde los gacetilleros y cronistas antiguos para narrar o describir los resultados que tiene un torero ante un toro que le tocó lidiar. El resultado era clasificado como pitos, abucheo, silencio (quizá la peor de las respuestas del público), ovación, aplausos, salida al tercio, vuelta al ruedo (que podía ser acompañado con el adjetivo “con fuerza”), oreja, dos orejas, dos orejas y rabo; pero hay una categoría difícil de comprender que es la de división de opiniones, es decir, que una parte del público pita y abuchea, y otra aplaude; creo que algo sucede y que no se ve bien o no se aprecia bien, pero es cierto que de vez en cuando sucede división de opiniones. Es el único espectáculo (para no ser pesado y decir representación artística) en que el éxito o no, se expresa así. Con este mismo título escribí una nota con relación a los asesinatos de Babispe Sonora
Me he preguntado muchas veces por qué a España le han sucedido tantas crisis económicas y sociales a partir de la segunda mitad del siglo XIX, muchas de ellas sumamente trágicas, lo cual le han llevado no sólo a fenómenos tan complejos como la Guerra Civil de 1936, seguida de un largo período de ostracismo durante la dictadura de Franco; también y por esas diferencias se han ocasionado discrepancias y divisiones, incluso violentas, entre familias que además perduran durante muchos años. Leyendo la autobiografía de Fernando Fernán Gómez, ilustre actor y director de teatro y cine, además de escritor distinguido, incluso miembro de la Real Academia Española, en un episodio narra que cuando el triunfo de la segunda República en abril de 1931, media España se lanzó a la calle y fue aplaudida desde los balcones. Pero en marzo de 1939, al triunfo del golpe de Estado encabezado por Franco, se manifestó en las calles la otra media España y también fue aplaudida desde los balcones; la división entre derechas e izquierdas trasciende lo razonable, pero existe desde hace muchos años. Por cierto, quizá el único período de acuerdos fue la “transición”, que fue realizada –o inicialmente realizada– por fuerzas de la extrema derecha provenientes del franquismo y con deseos de cambio (Adolfo Suárez, Torcuato Fernández Miranda), y las de la extrema izquierda (Santiago Carrillo) ahora vuelven a las andadas de su división tradicional.

Creo que en México se está estableciendo una división de opiniones, que puede resultar en males mayores. El señor presidente en su púlpito matutino se dedica a provocarla y fomentarla; su gran popularidad entre una buena parte de los ciudadanos resulta en hacer válidos argumentos, situaciones que muchas veces no resultan veraces, pero que ocasionan grandes diferencias en la sociedad. La semana pasada y con motivo del abasto de medicamentos se creo una gran polémica; hay grandes defensores del sistema, aunque tenga tan malos resultados. Y la verdad es que no existen los medicamentos. Parece ser que, para colmo, el mecanismo que habían encontrado a través de la OMS no funciona, lo que no me extraña porque la organización no tiene entre sus objetivos y motivaciones la compra y distribución de medicamentos, aunque con ello se intente buscar la justicia social.
Hay funcionarios que intentan justificar el desabasto, culpando siempre al pasado, no percatándose que en el presente y quizá en el futuro hay muchos enfermos que necesitan de medicinas y otros recursos terapéuticos para superar la crisis de salud por la que atraviesan. Algún alto funcionario expresó que no existe la crisis y que los padres de niños que demandan recursos para su atención son patrocinados por enemigos que intentan desestabilizar el proyecto de la 4T. Mismo argumento que expresa Díaz-Canel para los recientes acontecimientos en Cuba y que también tienen como origen el desabasto de medicamentos, entre otras causas.

El subsecretario de Salud López-Gatell negó la existencia de desabasto de medicamentos y fue el primero en expresar que los padres que reclaman la terapéutica para sus hijos en realidad son farsantes patrocinados por fuerzas extrañas que desean desestabilizar los proyectos democráticos de la 4T; lo que provocó la respuesta de muchos y diferentes miembros de la sociedad, incluida la prensa y varios grupos sociales y profesionales.
Hace sólo unos días el diputado Fernández Noroña hizo una estruendosa defensa del abasto de medicamentos y de los funcionarios de la Secretaría de Salud, y de otras dependencias; muy a su estilo escandaloso y a veces grosero, afirmó que la falta de medicamentos es falsa y que los padres eran esquiroles pagados por fuerzas de derecha; sin esgrimir ningún fundamento culpó a México Unido Contra la Delincuencia de ser la fuerza patrocinadora de las manifestaciones de los padres, culpó a errores del pasado por las dificultades en el abasto de la Secretaría de Salud y llegó a culpar a los Laboratorios Pisa, ¿el desabasto existe o no existe? Además, durante la comparecencia insultó de manera soez a varios funcionarios de gobiernos anteriores, entre ellos a los expresidentes Fox, Calderón y Peña Nieto; se refirió a ellos con apodos y desacreditaciones que desde luego no comprobó; no me extraña demasiado porque es el estilo del diputado, y, finalmente, aunque es miembro del Poder Legislativo, forma parte del proyecto de AMLO. Varios diputados más de MORENA hicieron una defensa, aunque airada y menos intensa del proyecto sanitario. Hasta aquí todo, y es también natural que miembros del gobierno defiendan su proyecto.

Realmente me sorprendí y avizoré la polarización que existe en nuestra sociedad y que no obedece a motivos analizables o reales, sino que está fundamentada en razones puramente ideológicas. Esto lo comenté en mi nota de hace dos semanas en este mismo periódico, ¿Qué pasa con la salud en México? Recibí comentarios de dos médicos a los que conozco bien, desafortunadamente lo hicieron a mi teléfono privado y no al espacio del propio diario. Uno de ellos jubilado, de conducta hasta ahora intachable desde mi punto de vista, y que, durante un tiempo, al final de su carrera institucional, formó parte del equipo encargado del abasto en su institución durante este tiempo, y cuando ejerció como médico atendiendo pacientes se destacaba por la defensa férrea del abasto. Él mismo me expresó que evidentemente los padres son manifestantes patrocinados por fuerzas de la derecha conservadora y que en todo caso el proyecto de la 4T no es responsable que los pacientes estén enfermos, que sus problemas son de muy mal pronóstico, que muchos mueren a pesar del tratamiento y que los pocos que sobreviven lo hacen en condiciones pobres de calidad de vida. Una actitud en contra de la ética que hasta ahora había desarrollado en su trabajo. La postura del otro médico, aunque similar, es menos clara.

Tenemos nuestra sociedad dividida; una parte que cree totalmente en el proyecto de AMLO, a pesar de que muchas cosas demuestran el fracaso de varios de sus planes y de sus resultados y que algunos como el de la energía, parezca desatinado. Y otra parte que no cree ni apoya el proyecto de la 4T, aun y cuando hubiera algunos resultados satisfactorios. Es por eso que todo se hace sin análisis, sin observaciones, sin investigación ni de los proyectos ni de los resultados.
Creo que estamos cerca del peor escenario, divididos con pocas posibilidades de una conciliación, porque no es sólo pensando como existe la posibilidad de lograrla. No puedo asegurar que sean las motivaciones de los discursos en el púlpito matutino, pero sí son resultado de la manera de conducirlos por el señor presidente. Ojalá que la cordura surja en el camino.
Lectura recomendada:
Fernando Fernán-Gómez. El tiempo Amarillo. Memorias. Debate. Madrid, 1990.
A quien AMLO pretende ayudar, al pueblo cubano directamente o al “gobierno cubano” por que si es esto ultimo la inconformidad del pueblo cubano es un buen pretexto para enviar miles de millones de dólares a los integrantes del “gobierno cubano” como se dice que ya lo ha hecho al ser miembro del Foro de Sao Paulo y matar dos pájaros de un tiro, ayudar a sus amigos y colegas cubanos y decir que ha ayudado a los cubanos humanitariamente y quedar muy bien con sus admiradores mexicanos.
Cierto Sr. No es lo mismo estar en barrera que en el ruedo.
Aplaudir o Abuchear no sirve de nada.
Metase en la arena y luego platica que tan manso es el toro
Dar la cara todos los días… nadie lo .hizo en 7 sexenios vividos
Habrá un camino ideal. Más hoy tenemos este…
Hay que meter el hombro, y sacar la carreta del lodazal.
Una vez limpios, ya veremos que sigue.
Desde mi área de trabajo (trinchera) le saludó.