A nuestra entrañable amiga Inés que se nos adelantó al cielo,
una de las mejores personas que Dios puso en nuestro camino.
Cuando algún ser querido se nos va, no hay mejor remedio que refugiarse en las personas valiosas que nos quedan. Y entre ellos hay familiares que la vida nos ha puesto en el camino, así como los amigos que nosotros vamos haciendo a lo largo de la vida. Entre estos hay a quienes frecuentamos y muchos otros de quienes nos alejamos en el espacio y en el tiempo, pero cuya profundidad espiritual permanece intacta. Ello porque como lo dijera el poeta en palabras mucho mejores que las mías, en la amistad, a diferencia del amor, la relación frecuente no es indispensable.
Es por eso por lo que en esta ocasión me quiero referir a mi amiga de toda la vida Martha Gómez España y a sus publicaciones sobre la forma de disfrutar la lectura de los clásicos grecolatinos y la más reciente sobre la literatura medieval, en las que nos brinda los contextos necesarios para reencontrarnos con las voces que a lo largo de los siglos han dado testimonio de la vida y la cultura de su respectiva época.
Martha es de esas entrañables amigas que por circunstancias inexplicables de la vida he dejado de ver durante muchos años, y con ocasión de este nuevo libro cuyo esposo Jesús Briseño puso en mis manos hace unos cuantos días, he recordado nobles sentimientos y valores que por fortuna los grandes literatos de la humanidad han plasmado en sus obras. En estos tiempos aciagos que nos ha tocado vivir conviene releerlos para privilegiar en nuestras vidas aquello de lo más valioso que la vida humana ofrece: el encuentro fraterno con los demás.

Martha Gómez España proviene de una prominente familia de Guadalajara, quien estudió Letras Españolas en la UNAM, y ha dedicado gran parte de su vida a la docencia y a la impartición de talleres de lectura y redacción. En su reciente obra sobre la literatura medieval, publicada por Ediciones de la Noche, nos hace notar que la llamada Edad Media se lleva casi la mitad de los más de veinte siglos de la era Cristiana, y que lejos de la idea que tenemos del oscurantismo que la dejó marcada, se encuentran muchos haces luminosos que muestran el patrimonio cultural y humano que nos legó, tanto en el campo plástico y arquitectónico, como en el de la música y la palabra escrita.
Es así como Martha nos brinda datos suficientes para conocer el contexto de la época que nos ayuda a entender las tramas y los episodios de la poesía tanto lírica como épica de la época, plagada de dragones, duendes, princesas y justas caballerescas, para rescatar valores que han seguido inspirando la cultura de la humanidad hasta nuestros días. Ello porque las situaciones que vivieron nuestros antepasados en aquella época encuentran similitud con las que vivimos hoy día. Aunque sus conocimientos, ideas, formas de concebir la vida y el universo, sus sentimientos y anhelos más profundos vayan cambiando, la esencia del ser humano y su fragilidad esencial frente a la vida es la misma. Ella nos propone que las metáforas de aquella época nos sirvan de inspiración para nuestras vidas que nos permita abrirnos a realidades distintas.
La autora afirma que para sacarle el mayor provecho a la lectura de los autores medievales hay que librar el obstáculo subjetivo de considerar a la Edad Media europea como un tiempo de oscurantismo y de cerrazón mental y moral, así como obstáculos más objetivos como el hecho de que las leyendas que fueron pasando verbalmente por muy diversas fuentes se hayan plasmado de maneras muy distintas en diversos textos, tales como aquellas relacionadas con el Rey Arturo y los Caballeros de la Mesa Redonda, el Santo Grial, Tristán e Isolda o El Cantar del Mío Cid.

El libro es fundamentalmente didáctico y nos lleva de la mano para entender los cuatro grandes géneros que se cultivaron especialmente en aquella época: la lírica, la épica, la novela y el teatro. Pero el libro también es esencialmente práctico pues nos permite conocer las actitudes, preocupaciones, sentimientos, formas de pensar y de vivir de las personas medievales, para fortalecer lo que hay en nosotros de más humano y de más trascendente, que la autora llama “fecundidad interna” y que deriva también de la precursora cultura grecorromana que los medievales fueron capaces de asimilar y de transmitir hasta nuestros días para contribuir a iluminar a la humanidad.
En el recuento de la historia, Gómez España marca un acontecimiento trascendental al final del siglo IV de nuestra era: la separación entre Oriente y Occidente, división que en el año 395 haría Teodosio, dejando a su hijo Honorio como jefe de Occidente y a Arcadio como jefe de Oriente. También marca como otro hito histórico el año 476 en el cual Odoacro, Rey de los Hérulos, se apodera de Roma y destierra a Rómulo Augústulo, su último emperador, así como al relevantísimo hecho de que Constantino otorgó carta de ciudadanía en el Imperio a la religión Cristiana, la cual tuvo que enfrentar durante siglos la expansión del Islam.
A lo largo del libro se pueden descubrir personajes como Carlomagno, Juana de Arco o San Juan de la Cruz (con su frase célebre “buscad leyendo y hallareis meditando…”), episodios cruciales como el surgimiento de muchas de las universidades que hoy subsisten, las Cruzadas y la permanente lucha por la conquista de los Santos Lugares, espacios arquitectónicos como las catedrales góticas, algunas de las cuales hoy también sobreviven y, desde luego, obras literarias como El Libro del Buen Amor de Juan Ruiz, Arcipreste de Hita, la Gesta de Beowulf, El Cantar de Roldán y la Divina Comedia así como novelas como Tristán e Isolda y un par de obras de teatro.
Martha Gómez España concluye su obra aseverando que la Edad Media fue una época de luces y sombras, invitándonos a un diálogo con los escritores de aquella época para que salgan a flote nuestras coincidencias y nuestras diferencias y asegurando que sus ideas pueden iluminar las nuestras para hacernos más humanos.
El contenido presentado en este artículo es responsabilidad exclusiva del autor y no necesariamente representa la opinión del grupo editorial de Voces México.
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MUCHAS GRACIAS. TOÑO. FELICIDADES POR TUS COMENTARIOS INTERESANTES QUE MOTIVAN A BUSCAR LA LECTURA QUE ENSEÑA Y MOTIVA AL RECONOCIMIENTO DE LOS EVENTOS HISTORICOS QUE ILUMUNAN EN ESTOS TIEMPOS OSCUROS..