El martes de esta misma semana la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística, la primera asociación científica de América, fundada en 1833, llevó a cabo una sesión de las llamadas “Jornadas Juaristas” con motivo del 150 aniversario del fallecimiento del presidente Benito Juárez. En esta ocasión participó como expositor el prestigiado historiador y literato don Vicente Quirarte, miembro del Colegio Nacional, doctor en literatura por la UNAM y miembro destacado del Instituto de Investigaciones Filológicas, así como de la Junta de Gobierno de la UNAM. La apertura de la sesión estuvo a cargo del presidente de la institución don Hugo Castro y fue conducida por don Oscar González Azuela, presidente de la Academia de Historia.
El expositor recordó que aunque el presidente Juárez nunca visitó la isla de Manhattan, una escultura suya realizada por Moisés Cabrera Orozco y donada en 2004 por el Estado de Oaxaca, ha mantenido su presencia en el Bryant Park, mero enfrente de la Biblioteca Pública de Nueva York. Quirarte recordó que a la redonda del edificio The Cooper Union vivieron varios prominentes republicanos mexicanos que lucharon contra la intervención francesa y que Margarita Maza de Juárez, su yerno Pedro Santacilia y las hijas del presidente Juárez, también vivieron allí entre 1864 y 1867. Recordó que en paralelo se constituyó en Puebla, en 1864, el Club Mexicano de Nueva York, del cual fue presidente, entre otros, el reconocido político, periodista e historiador de la Reforma Francisco Zarco.
En referencia a José Rivera Río, Quirarte dio cuenta que desde aquella época, Manhattan, junto con Londres y París, eran las tres grandes capitales del mundo, esplendores de la civilización, y que aquella había recibido a ilustres proscritos de España, Polonia y desde luego México. En 1864 el Gobierno Republicano quiso proteger a la familia del presidente Juárez para evitar que con un ataque a ella se pudiera entorpecer la resistencia frente a las tropas francesas, la cual se asentó en una casa ubicada en el número 208 de la calle 13 del Este de Nueva York, en la cual se encuentra una placa con la siguiente inscripción:
- “Las fuerzas francesas que invadieron México fueron derrotadas el 5 de mayo de 1862 en la Batalla de Puebla. A pesar de ello, tomaron la capital, y Napoleón III impuso al Archiduque Austriaco Maximiliano de Habsburgo como Emperador de México. Mientras dirigió la Resistencia y logró la victoria que restauró la soberanía nacional en 1867, el presidente Benito Juárez envió a su esposa doña Margarita Maza de Juárez a Nueva York, donde vivió, de 1864 a 1867, en una casa que en esa época estaba ubicada en este sitio”.
Dicha placa fue ofrecida a la comunidad de la Ciudad de Nueva York por el Gobierno de la República Mexicana y el Gobierno del Estado de Oaxaca. Quirarte hizo notar que junto a esta placa se encuentra otra relacionada con la anarquista rusa Emma Goldman, apodada, “la mujer más peligrosa de América”, quien vivió allí mismo antes de haber sido deportada a la URSS en 1919. Dicho lugar era un barrio populoso y cálido con muchos habitantes irlandeses llegados a Nueva York con motivo de la crisis agrícola de su país. Durante la residencia de la familia Juárez en Nueva York se enfermó y murió de pulmonía Pepe, uno de los hijos de don Benito y doña Margarita, acontecimiento que dio motivo a una carta del presidente a Matías Romero refiriéndose al horror que sufría ante la pérdida filial.
El expositor se refirió a diversas cartas que envió Margarita a su esposo en aquella época, entre las cuales destaca una en relación con una nota periodística falsa que aseguraba que había acudido ella a una recepción ofrecida en su honor por el Gobierno de los Estados Unidos luciendo suntuosas joyas, cuando en verdad llevaba unos aretes que le había regalado el presidente. También narró una simpática anécdota en la que un pescador leía en el Herald las noticias de las luchas de México en contra del Imperio, quien al encontrarse con Margarita y su hija mayor Manuela les preguntó si siendo ellas mexicanas habían tenido el honor de conocer a don Benito Juárez, a lo cual ellas asintieron sin explicarle que formaban parte de su familia íntima.
A cuatro calles de su casa, la familia del presidente solía acudir al mencionado edificio The Cooper Union en Astor Place, uno de los primeros edificios con estructura de acero de la ciudad que albergaba una universidad que enseñaba artes liberales a personas de escasos recursos, educación eminentemente laica, compatible con el Instituto de Ciencias y Artes de la hoy Universidad de Oaxaca, de la que el propio Juárez fue rector. Sobre este particular Quirarte se refirió a la conocida carta que envió don Benito a su yerno Santacilia pidiéndole que no pusiera a sus hijos bajo la dirección de los jesuitas y que en cambio los inscribiera en alguna institución donde aprendieran a filosofar y con la razón encontrar la verdad.
Durante la conferencia se hicieron referencias a un acto cívico reportado por el New York Times en julio de 1865, en el que Francisco Zarco leyó un importante discurso ante la comunidad de Nueva York, defendiendo los motivos de la causa republicana. Para concluir Quirarte se refirió a Antonio López de Santa Anna, quien en 1866 también pasó por Nueva York y sínicamente intentó que el Gobierno de Estados Unidos le entregara 50 millones de dólares de un crédito que el Gobierno de Juárez estaba negociando con dicho país, cosa que desde luego nunca ocurrió.
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