En un artículo anterior traté la historia del Zócalo de Ciudad de México o Plaza de la Constitución; un lugar que es el centro del poder de México. En el presente, me quiero centrar en una de sus avenidas más importantes y quizá la más emblemática: El Paseo de la Reforma.
Muchas ciudades del mundo, tienen una avenida, calle o arteria emblemática que la hace famosa en el mundo. En París podemos nombrar la avenida de los Champs Elyseés, en Londres: Oxford Street, en Nueva York, la 5th Avenue, en España podemos destacar el Paseo de Gracia de Barcelona y en Madrid el Paseo de la Castellana. Aunque si hemos de buscar las más largas del mundo, para el primer puesto nos hemos de ir a Toronto con Yonge Street de 56 km, a la cual le sigue la Avenida 9 de mayo en Buenos Aires con 35 km, pero esta es la más ancha del mundo. Pero en muchas ciudades, la más larga no tiene por qué ser la más emblemática; en el caso de Ciudad de México, la calle más larga es: Avenida de los Insurgentes con 28,50 kilómetros de longitud aproximadamente, la cual va de norte a sur cruzando toda la capital mexicana.
Pero sin duda, es el Paseo de la Reforma la calle más llamativa de la Ciudad de México. Con sus casi 15 kilómetros de longitud y con orientación este-oeste se cruza con Avenida Insurgentes en la Colonia Juárez. Recorrerla de un lado a otro es ver algunos de los lugares más famosos de la capital y también buena parte de la historia de México, como: El Ángel de la Independencia o la Fuente de la Diana Cazadora, por citar solo algunos; también podemos localizar los edificios más altos de la ciudad y que poseen una arquitectura innovadora; así como diversas ubicaciones de empresas y bancos; además de la Sede del Senado y el impresionante Bosque de Chapultepec.
Para conocer la historia de dicho paseo, hay que empezar en la época del Segundo Imperio Mexicano (1864-1867). Cuando Maximiliano fue nombrado emperador, quiso proyectar unas series de reformas para mejorar la salubridad y las condiciones de vida de la población, el transporte y las comunicaciones. En la capital de su nuevo país, ideó proyectos como los que se estaban realizando en Europa: como los Bulevares ideados por el Barón Haussman en París o la Reistrasse de su ciudad natal: Viena. El nuevo gobernante decidió establecer su residencia oficial en el Castillo de Chapultepec; pero el Palacio Imperial (actual Palacio Nacional) seguía teniendo funciones administrativas y el emperador acudía allí con regularidad. Como el camino era largo y difícil la Emperatriz Carlota le echó en cara su ausencia; por lo que se empezó a proyectar una amplia avenida que conectaran ambos lugares de la ciudad. La idea era una amplia avenida desde el Castillo hasta la Glorieta del Caballito, donde aquel momento estaba la estatua ecuestre de Carlos IV y que se tenía que asemejar a las citadas calles europeas: muchos árboles a ambos lados de la calle, con camellones y decorado con fuentes, esculturas y monumentos. Además de grandes e impresionantes edificaciones.
En su séquito trajo a un gran número de artistas, ingenieros y arquitectos europeos que le ayudaron, pero también buscó a artistas en la Academia de San Carlos; como: Felipe Sojo, Miguel Noreña y Santiago Rebull. El ingeniero austriaco Luis Bolland Kuhmackl fue el encargado de diseñar el trazado y de la ejecución de las obras. Además, también participaron arquitectos como: Carl Gangolg y Ramón Rodríguez Arangoiti.
La nueva avenida recibió el nombre de Paseo de la Emperatriz, pero el proyecto no se acabó de finalizar debido a la caída del gobierno de Maximiliano. Cuando Juárez entró triunfalmente en Ciudad de México, el Paseo fue renombrado con el nombre de Paseo Degollado, en honor al general Santos Degollado y las obras se paralizaron un tiempo. Se reanudaron durante la presidencia de Sebastián Lerdo de Tejada y la avenida fue renombrada con su nombre actual, en honor a las Reformas modernizadoras y laicas de la década de los años 50 y 60 del siglo XIX.
Pero fue durante el largo gobierno de Porfirio Díaz que el paseo empezó a parecerse a su concepción original: se embellecieron las calles, se realizaron las diversas glorietas que podemos ver en la actualidad y se erigieron monumentos a la nación y a los personajes históricos más importantes como el Monumento al Ángel de la Independencia, el Monumento a Cuauhtémoc o la recientemente retirada en honor a Cristóbal Colon. Al mismo tiempo, las colonias más exclusivas de la ciudad se fueron creando a lo largo o cerca del paseo: la Colonia Condesa, la Roma norte, la Colonia Juárez o la Colonia Tabacalera y ya en la década de 1920: La Lomas de Chapultepec. Entrada la década de 1940, se instalaron algunas fuentes; como la de Diana Cazadora o la de Fuente de Petróleos en 1952.
Pero como pasa en muchas ciudades, el urbanismo acelerado también afectó a tan emblemático paseo; sobre todo a partir de la década de 1950; ya que fue prolongado tanto por sus lados poniente y oriente; sin seguir además las características del plan original. Era una época de gran crecimiento demográfico de la capital, que se fue extendiendo a un rápido ritmo. De los 3,5 kilómetros que se habían planeado su longitud inicial a los 15 km actuales. En la actualidad, el paseo va desde el inicio de la Calzada de Guadalupe hasta Santa Fe.
A pesar de todo, el Paseo sigue siendo realmente espectacular, hoy en día se pueden ver un gran número de edificios, como: la Torre Mayor, Torre Reforma o la sede del BBVA, que pasan ampliamente los 200 metros. Se pueden encontrar numerosas embajadas, hoteles y la sede de la Bolsa Mexicana de Valores. Sigue siendo uno de los lugares más importantes de la ciudad y reunión de demostraciones, desfiles y protestas políticas, carreras deportivas, manifestaciones, celebraciones deportivas, etc… De hecho, en 2006 los partidarios de Andrés Manuel López Obrador protestaron por el “fraude” sucedido en las elecciones federales acampando en el Paseo.
Curiosamente en la glorieta del Ángel de la Independencia podemos encontrar tanto personas que celebran su unión nupcial como jóvenes festejando sus quince años de vida mientras les realizan sesiones fotográficas. Es también un centro cultural y de esparcimiento importante, ya que la avenida cruza todo el Bosque de Chapultepec: donde podemos encontrar: el Museo de Antropología, el Museo Tamayo o el Zoo de la ciudad. Además, cerca de la Glorieta del Ahuehuete podemos ver el enorme Cocodrilo de Leonora Carrington. Sin duda no hay calle tan emblemática en México como el Paseo de la Reforma.
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