El lado oscuro de las modas II
Susana Corcuera

De locos y visionarios

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Si queremos trabajar en favor de nuestro planeta, nuestra casa común, creo que debemos empezar por tomar decisiones con conocimiento de causa.

Imagen: Karmina Art.
Imagen: Karmina Art.

Lectura: ( Palabras)

Además de albergar a los famosos orangutanes, la isla de Borneo es hábitat de numerosas especies endémicas. Su biodiversidad es tal que se siguen descubriendo nuevas. Por desgracia, la deforestación va más rápido que los descubrimientos y cada día nos perdemos de alguna maravilla oculta en la naturaleza, desde curas para enfermedades hasta flores o animales de incomparable belleza. La naturaleza me hace pensar en un juego lleno de pistas que nos llevan a entender nuestro lugar en el mundo. En Borneo, como en gran parte de nuestro planeta, el ser humano las está borrando antes de conocerlas.

No tenemos que irnos lejos. México ocupa el quinto sitio en biodiversidad y todos sabemos de la velocidad con la que se pierden bosques, selvas, arrecifes de coral… Recorrer las mismas rutas de nuestro país año con año es estrujante. Cuitzeo, a punto de secarse; los alrededores de Chapala invadidos por el plástico de los invernaderos; selvas bajas arrasadas por cultivos de agave… La deforestación de Borneo está ligada al cultivo de la palma que se utiliza para extraer un aceite con propiedades atractivas –una de ellas, el precio– para empresas de alimentos procesados. Probablemente por la dificultad de hacerlo pasar por un aceite saludable, los mismos consumidores han empezado un boicot en su contra.

En México sucede lo contrario con el aguacate, el agave y las bayas. El aguacate ha adquirido fama de ser milagroso para la salud, al grado que me llevaría tiempo enumerar los beneficios que le atribuyen… y que es posible obtener de una dieta balanceada; el tequila y el mezcal de pronto se han convertido en bebidas de dioses y surgen nuevas marcas como champiñones en el bosque. En cuanto a las bayas, sus propiedades –que, por cierto, al igual que con el aguacate o cualquier producto alimenticio, se pueden adquirir con una dieta variada– las han vuelto indispensables para no pocas familias. Aunado a lo anterior, está la moda de lo natural, lo orgánico y lo ecológico, vaya a usted a saber lo que esto signifique. El problema de esta nueva forma de consumir, que en ocasiones raya en lo fanático, es que se pierden ecosistemas que dan importantes servicios ambientales, como capturar y convertir el dióxido de carbono en oxígeno y recargar los mantos friáticos. El cambio climático nos obliga a estar preparados para adaptarnos a circunstancias impredecibles. Esto implica trabajar juntos para restaurar y mantener en buen estado nuestros ecosistemas. Que todos queramos comer lo mismo, es mala idea.  

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Imagen: Aleksandra Kocher.

¿Y si en lugar de caer en la trampa de la mercadotecnia analizáramos a fondo nuestros hábitos de consumo? Por lo menos desde el punto de vista ambientalista, nos daríamos cuenta de que lo más responsable no es consumir productos orgánicos de otros países sino alimentos variados de productores cercanos a donde vivimos, de temporada. En esta época de bombardeos de información es fácil caer en una cultura de encabezados. Leer a medias, escuchar a medias, pensar a medias. Por lo menos, yo he caído. Me propuse estar alerta cuando vi con mis propios ojos una de las migraciones ocasionadas por desertificación. Hombres, mujeres y niños que han tenido que abandonar sus tierras por falta de agua.

En México, cada vez hay más acuíferos vedados. El agua del subsuelo también se está acabando. Para completar lo desolado del cuadro, el gobierno no parece estar en lo absoluto consciente del futuro que se avecina si no actuamos ya. Inmersos en este panorama, a veces se antoja cruzarse de brazos y esperar la hecatombe con resignación. No puedo hacer nada, mejor trato de pasarla bien.

Afortunadamente existen una cantidad de organizaciones y de gente común y corriente decidida a trabajar por la naturaleza. El ingenio de San Francisco de Ameca, en Jalisco, por ejemplo, utiliza el jugo de la caña para la molienda y la poca agua que necesita se capta en la temporada de lluvias y se almacena. Al terminar la zafra, la enfrían antes de regresarla, libre de contaminantes, al subsuelo o al río. La creación de Juntas Intermunicipales es también un gran logro, ya que gracias a ellas los municipios actúan en conjunto en aras de un fin común: la conservación del medio ambiente. Un empresario comprometido decía: “No podemos cimentar la riqueza de un país en las ruinas de su naturaleza”.

A los productores les corresponde instaurar prácticas agrícolas responsables. A los gobiernos, crear un ordenamiento bien planeado del uso de suelo y hacer que se respete. A los consumidores, informarnos a fondo. Preguntarnos si estamos cayendo en la trampa de las modas. Alexander Pope decía que un poco de conocimiento es una cosa peligrosa. Lo vemos todos los días: verdades a medias, datos sesgados. Si queremos trabajar en favor de nuestro planeta, nuestra casa común, creo que debemos empezar por tomar decisiones con conocimiento de causa.

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