Vida transformada en escritura
Susana Corcuera

De locos y visionarios

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La literatura de ficción abre puertas a mundos alternos en donde el lector habita a través de las palabras. Los cimientos de los de Isabel Allende son sus…

Foto: Filo News.
Foto: Filo News.

Lectura: ( Palabras)

Extracto de Valientes: mujeres que abrieron brecha.

Penguin Random House.

Septiembre, 2021.

Es fácil imaginarse a Isabel Allende de niña. Una pequeña de ojos brillantes, entusiasmada por el mundo recién estrenado. La puedo visualizar escuchando las historias que le contaba su abuelo, la vista fija en su cara para no perderse una palabra. Me la imagino atenta al ruido de la lluvia, a los objetos de su casa, a las voces. Sólo una niña así sería capaz de transmitir de adulta los ambientes tan suyos que atrapan desde las primeras líneas. En cuanto a sus argumentos, los senderos ‒en ocasiones difíciles de transitar, en otras apasionantes‒ de su propia vida bastarían para varios libros. No todo ha sido fácil; el exilio y, más adelante, la muerte de su hija, Paula, muestran su fuerza interior ante cualquier adversidad.  

La literatura de ficción abre puertas a mundos alternos en donde el lector habita a través de las palabras. Los cimientos de los de Isabel Allende son sus vivencias y la imaginación. Como una alquimista, ha transformado las alegrías y el sufrimiento en historias entrañables. La atmósfera, los personajes y la originalidad de las tramas hacen que nos volvamos cómplices, que tomemos partido.

Que detestemos a Esteban Trueba en La casa de los espíritus y amemos a Clara; que nos involucremos en política en De amor y de sombra o nos adentremos en la selva en busca de los Hombres invisibles. Lo que suele confundirse con realismo mágico es la realidad que ella ha sabido observar para luego transmitir. Que sea la escritora latinoamericana más leída no se debe tan sólo a la combinación de experiencias, imaginación e inteligencia. Se debe también a la capacidad de comunicarse con sus lectores.

Cada uno de sus libros es un diálogo con quien la lee, quizás a miles de kilómetros de distancia, en un idioma distinto. Einstein decía que la creatividad es la inteligencia divirtiéndose. La niña que escuchaba, atenta, los relatos de su abuelo, hoy tiene sus propias historias que contar. Y lo disfruta tanto como sus lectores al leerla.

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