Años de vida productivos perdidos
Manuel Ramiro Hernández

Visión Integral

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Queda claro que la pandemia de Covid-19 no sólo no ha terminado, sino que probablemente no está cediendo, y lo que parece estar sucediendo es que ahora los enfermos y los fallecidos son…

Foto: RFI.
Foto: RFI.

Lectura: ( Palabras)

Nos encontramos ante una nueva arremetida de las infecciones por SARS-CoV-2, en México sería la tercera ola, en otros países es la cuarta o quinta. Ha sucedido un incremento notable y sostenido en el número casos, después de que se había presentado una disminución; el incremento ha igualado e incluso ha superado al número de casos que sucedían en enero y febrero, pero no así con la mortalidad que, aunque se ha incrementado, no se acerca a las cifras de principios de año.

Parece ser, sin tener información precisa, que los casos actualmente suceden en gente de mucha menor edad, incluso en gente muy joven, lo mismo ocurre con los fallecimientos. Podrían existir varias explicaciones para este hecho de la mortalidad y morbilidad, aunque me parece que la mayor posibilidad de ser la causa es la vacunación, la población de mayor edad está mayoritariamente vacunada y con esquemas completos; quizá, además, se proteja y se cuide mejor por razones laborales, sociales, culturales y económicas.

Queda claro que la pandemia de Covid-19 no sólo no ha terminado, sino que probablemente no está cediendo, y lo que parece estar sucediendo es que ahora los enfermos y los fallecidos son de menor edad porque no se encuentran totalmente protegidos y se están viendo expuestos de mayor manera porque las medidas restrictivas se han ido abandonado.

Nos encontramos ante un serio conflicto, por un lado, la persistencia de la epidemia, y por el otro, las medidas de confinamiento. Si bien parece ser que dejaron buenos resultados en la contención de la extensión de la enfermedad, acarreó efectos secundarios, algunos muy trascendentes, sociales, culturales, educativas, psicológicos y económicos; aunque todos son importantes, y se tratan de solucionarlos, las consecuencias económicas han sido fundamentales para marcar algunas pautas políticas del manejo de la pandemia en México y todo el mundo.

jóvenes tercera ola covid
Foto: Columna Digital.
contagios covid-19
Foto: Excélsior.

En cuanto a las repercusiones no económicas, éstas han acarreado respuestas diferentes de la sociedad, por ejemplo, en países como Australia o Francia han reclamado de manera violenta las medidas que sus gobiernos han tomado para el control del incremento de casos nuevos, aduciendo falta de libertad, ya que las autoridades han respondido de manera enérgica y estricta las medidas sanitarias; en otros sitios como en España la batalla se establece entre el gobierno (o los gobiernos provinciales y municipales) para mantener a la población parcialmente recluida y protegida.

En el fondo lo que priva en las decisiones es el factor económico, la lucha entre la disminución en los ingresos de la población y las consecuencias en la producción y, por ende, incluso en el Producto Interno Bruto nacional, lo que en nuestro caso ha sido considerable y que será difícil de recuperar.

En México la respuesta gubernamental ha sido curiosa; en esta tercera ola ha sido fundamentalmente tomada con valores económicos; esto queda perfectamente claro en la Ciudad de México, en donde la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, quien a pesar de los incrementos en el número de casos, de los internamientos y de los internamientos en la UCI, y del cambio en la edad de los enfermos y en los fallecidos, lo que ha ocasionado cambios en el semáforo epidemiológico, no ha emitido medidas para restringuir la actividad en la ciudad. Incluso ha hablado de reanudar la educación presencial en diversos niveles.

El gobierno federal comparte esta opinión educativa, pero como lo hizo al inicio de la primera crisis, parece minimizar el problema, aduciendo que ahora se trata de un problema menor. Desde luego, hay funcionarios como el propio presidente y otros como el director de la CFE que no han entendido la trascendencia del problema y la importancia de las medidas preventivas. Ninguno de los dos usan ni han usado cubrebocas, ni en reuniones en el exterior ni en el interior, y el segundo le pidió a un reportero que lo entrevistaba en un espacio cerrado, que se quitara el bozal porque no le entendía, un rasgo de cultura y educación especialmente epidemiológica y social;  desafortunadamente, hace unos días él mismo lo anunció, el diputado González Noroña sufre de Covid-19 y parece que tiene algunas molestias, cuando hasta ahora no perdía ocasión para hablar mal y burlarse de las medidas preventivas. 

tercera ola coronavirus
Foto: 24 horas Quintana Roo.

Desde luego se han realizado esfuerzos notables en la vacunación y esperemos que sea esto lo que nos haga finalmente brincar la amenaza de la Covid-19. Pero mientras estemos ante un momento difícil –si bien tanto los internados como los muertos son en menor número que en crisis anteriores, son ahora mucho más jóvenes–, es cierto que las decisiones deben ser muy difíciles de tomar, pero minimizar el problema seguramente no es la solución y menos hacerlo en aras de la libertad como lo ha hecho nuestro presidente.

Ante los cambios en la edad en la morbilidad y mortalidad, quizá valga la pena hacer algunas consideraciones. Una de ellas es al considerar que siendo más jovenes los enfermos afectados por Covid, seguramente serán, cuando menos la mayoría, trabajadores, algunos inscritos a los sistemas laborales formales y, otros, parte de la economía informal, pero todos tendrán que dejar de trabajar cuando menos entre tres y cuatro semanas. De modo que a los primeros habrá que cubrirles la incapacidad correspondiente y los otros dejarán generar ingresos propios, por lo que en uno y otro caso se generarán consecuencias económicas de las que habra que observar y analizar su magnitud.

alerta tercera ola covid
Foto: Cuartoscuro.

Sin duda todas las muertes son lamentables, independientemente de la edad en que el enfermo fallezca. Sin embargo, desde hace años se utiliza un indicador epidemiológico que toma en cuenta algunos factores económicos y sociales. Ese marcador ha sido llamado años de vida productivos perdidos, tiene sus controversias, pero, desde luego, puede brindar información de las consecuencias que los padecimientos tienen en los aspectos económicos. Las fórmulas para hacerlo son complicadas y creo que en este espacio no cabe para comentarlas, pero sí mencionar que en general toman en cuenta la edad del fallecimiento, lo que al morir se había invertido en el sujeto, y la pérdida en la producción y el consumo que suceden por fallecer. Por tanto, los sujetos que fallecen en la edad media tienen valores más altos que los sujetos de mayor edad que, por cierto, algunos la calculan a los 65 años y otros al cumplir los años que tiene el país en expectativa de vida.

Una vez que se haga este análisis, es posible que la mortalidad que está presentándose en esta tercera ola resulte más costosa que las olas anteriores. El Dr. Víctor Borja, actual responsable médico del INSABI, ha venido estudiando este indicador desde hace años.

Lecturas recomendadas:

Bustamante-Montes L.P., Rascón-Pacheco R.A., Borja-Aburto V.H. The effects of the application of the investment-production-consumption model of the years of productive life host index on the sequence of causes of death in Mexico. 1990. Rev. Saude Pública. 1994; 28(3): 198-203.

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2 respuestas a “Años de vida productivos perdidos”

  1. Excelente lectura Dr Ramiro.
    Es una difícil situación la que se vive, no quisiera estar en los zapatos del que toma la decisión de apostar por disminuir el daño económico al de salud o viceversa. ¿Usted cree que la situación se pudiese haber mitigado de haber hecho un mejor trabajo el año pasado?

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