El pasado 18 de abril se otorgó la presea Belisario Domínguez a Elena Poniatowska Amor. Esto debió suceder el 7 de octubre pasado, pero el Senado ha sido una vez más informal e impuntual; este retraso está condicionado por las grandes turbulencias que han sucedido en la Cámara de Senadores, han tenido mucho y controvertido trabajo para intentar dar curso a las iniciativas presidenciales y evitar las que proceden de otro sitio. Se adjudica el 7 de octubre, porque es la fecha en que se conmemora la muerte de Belisario Domínguez, asesinado por Victoriano Huerta.
Don Belisario, prestigiado médico y distinguido político, tenía poco tiempo en el escaño, accedió siendo suplente de Leopoldo Gout que falleció. Después de ser presidente municipal de Comitán, decidió no participar en las elecciones para senador siendo suplente de Gout. Durante la decena Trágica y las muertes de Madero y Pino Suárez y el intento de legitimarse de Victoriano Huerta, don Belisario pronuncia dos discursos contundentes en contra del que sería un dictador, por ello es mandado asesinar el 7 de octubre de 1913. El Estado mexicano a través de la Cámara de senadores, en 1954, instituye la Medalla Belisario para premiar a mexicanos que se han distinguido por sus acciones en beneficio de la sociedad y de su país; se ha convertido en la presea más importante con la que se distingue a mexicanos.
Algunos años la asignación ha sido controvertida e incluso ha habido la de algún año que sigue siendo muy criticada. No es el caso de Elena Poniatowska, su premiación fue plenamente aceptada, es una mujer muy querida y muy reconocida por muchos sectores de la sociedad, con todo y que ha tenido algunas participaciones y actuaciones que han resultado polémicas e histriónicas. Ella desciende de una familia europea (ella nació en París) por un lado proveniente de las antiguas monarquías polacas y por el otro de una familia mexicana, exilada en Francia ante el fracaso del Imperio de Maximiliano y Carlota. Llega a México más o menos a los 10 años de edad, huyendo de la guerra europea, aunque su padre queda combatiendo.
A su llegada ingresa a escuelas religiosas y para niñas, después es enviada a los Estados Unidos también a escuelas del mismo tipo, a su regreso empieza a trabajar y pronto inicia su carrera como periodista, es entonces cuando inicia una línea de acción por los derechos humanos, la libertad de prensa y otras filosofías de avanzada (que lo eran aun más en aquellos años), desde el principio tuvo gran éxito, pronto tuvo una columna propia en un periódico de tirada nacional, en el género de las entrevistas hizo algunas memorables. Empezó a escribir varios libros, pero fue La noche de Tlatelolco (1971), la que la catapulta como autora, en el libro resume una serie de entrevistas con víctimas, participantes y testigos del 2 de octubre de 1968, cuando sucedió una catástrofe, además hace un análisis extraordinario de lo acontecido. Como la noche de Tlatelolco es tan conocida, tan controvertida y tan pública, sucedieron algunos fenómenos editoriales curiosos. Luis González de Alba acusó a Elena Poniatowska de haber plagiado parte de su obra Los días y los años, lo que obligó a que su publicara una edición corregida de la Noche de Tlatelolco; Luis Spota poco después publica La plaza (que me parece la mejor novela sobre el 68, aunque se desarrolla un poco después) y entonces Elena Poniatowska, Carlos Monsiváis y otros lo demandan por plagio, que obliga a Spota a publicar una versión corregida. Es aquí en donde se inicia su carrera como militante y combatiente de la izquierda.
Tiene otros libros destacadísimos, Tinisima, una novela en donde rescata a un personaje interesantísimo de la izquierda mexicana de principios del siglo XX (Ediciones Era, 1992) lo hace en una novela magistral, Leonora, es una biografía novelada de Leonora Carrington, con todos los aciertos e imprecisiones que una biografía de un personaje, tan interesante pero tan complicado como el de la pintora (Planeta, 2011); con esta obra gana el premio Biblioteca Breve; en 2001 gana el premio Alfaguara con la novela La piel del cielo (Alfaguara, 2001) en ella hace un esquema biográfico de su marido y su relación con él.
En 2013 se le concede el Premio Cervantes; todo mundo coincidió en lo acertado de la presea, el presentador de la galardonada, destacó sobre todo su obra periodística. Tiene muchos, pero muchos premios literarios. Le han concedido el doctorado Honoris causa varias universidades extranjeras y mexicanas, entre las extranjeras están la Complutense de Madrid y varias universidades americanas, entre las mexicanas hay varias, pero quizá destaca el doctorado entregado por la UNAM.
Desde el año 2000 es una promotora entusiasta del proyecto de Andrés Manuel López Obrador, seguramente en 2006 (cuando no resultó electo) es cuando más se destaca su participación, aunque ha continuado haciéndolo a lo largo de los años, quizá a últimas fechas con menos frecuencia y entusiasmo.
La entrega de la Medalla Belisario Domínguez es de las pocas ocasiones en que se reúnen los tres Poderes de la Unión, sin embargo, el presidente decidió no asistir a la entrega de la presea a Elena Poniatowska, aduciendo el riesgo que tendría para que le faltaran al respeto a la investidura presidencial.
Cuando muchos pensaban que la premiada emitiera un mensaje con tintes políticos, hizo un discurso impecable acerca de su vida y de la literatura. La entrega transcurrió de muy buenas maneras, hasta casi al terminar, cuando la senadora responsable del comité de la medalla, tomó la voz para increpar al Poder Judicial, que unos días antes había emitido un dictamen contrario a los deseos del presidente. Estaba un representante de la Suprema Corte de Justicia (la presidenta tampoco asistió) pero no hizo ningún comentario. Si no hubiera sido por esto y la participación escandalosa de alguna otra senadora, la ceremonia hubiera estado impecable.
Excelente lectura Dr Manuel!!!!