Los modelos en la vida
Jutta Battenberg

Espiritualidad Sin Fronteras

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¿Cuáles son los modelos que seguimos? ¿Cuáles son los principios que dominan nuestras prioridades? ¿Qué beneficios nos proporcionan? ¿Qué tan sólidos son?

Imagen: Pinterest.
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Lectura: ( Palabras)

Los seres humanos nacemos como condición de posibilidad. Con todos los elementos que van a configurar nuestra existencia en potencia en espera a ser desarrollados a lo largo de la vida. Nacemos con más facultades de las que llegamos a desarrollar, muchas de ellas las escogemos antes de tener una conciencia madura y por ello sus criterios son infantiles o carecen de una lógica conveniente. Los criterios de elección dependen de cada uno de nosotros. Al principio nos son ocultos, conforme vamos madurando podemos encontrar cuáles son las pautas de selección y, con ello, la oportunidad de sostenerlos si nos llevan por un rumbo aceptable o cambiarlos cuando la vida es contraria a los frutos esperados.

El descubrir un potencial y desarrollarlo depende de oportunidad, objetividad y constancia. La oportunidad opera cuando en el entorno encontramos el ejemplo pertinente que despierta el interés y buscamos copiarlo en versión nuestra. Este primer paso es fácilmente identificable con la moda: alguien pone el ejemplo y algunos lo siguen inmediatamente, otros tardan un poco más y un tercer grupo nunca lo acepta; es decir, se requiere del ejemplo para tomarlo y hacerlo propio.

La objetividad necesita de un adecuado factor de realidad para hacer posible el modelo que se desea duplicar, es decir, se puede desear el ideal, pero siempre tomando en cuenta las características propias, asumiendo las carencias para compensarlas en la medida de lo posible y, cuando esto es inviable, renunciar a ese anhelo si en verdad se encuentra fuera del alcance, sin sensación de fracaso y con la mirada puesta en otra opción.

La constancia para alcanzar una meta, perfeccionar una habilidad, lograr un objetivo. La constancia logra su fuerza de la importancia que toma el propósito que lo posiciona por encima de otras oportunidades y/o sentimientos que la pueden desviar del camino.

alcanzar metas
Imagen: Unycos.

Esta característica de copiar modelos del ambiente opera con criterios de selección sencillos e infantiles en los primeros años de vida, con la madurez, surge la posibilidad de establecer nuevos razonamientos a los modelos que se desean seguir y sobre todo a cuestionar cuáles son los valores y las virtudes que les hacen deseable. Desde luego en la elección interviene fuertemente el entorno que valora aspectos como si fueran de suyo una virtud y no sólo una característica, por ejemplo, la belleza, la juventud, la riqueza son características de este tiempo que tienen un lugar privilegiado en la jerarquización de valores, sin embargo, están muy lejos de poder ser consideradas una virtud.

Lo que atrae de un modelo espiritual es su paz frente a los acontecimientos, su tranquilidad frente a la adversidad, su paciencia frente a la necedad, su creatividad novedosa, su alegría por la vida y su aceptación frente a la muerte propia y ajena.

¿Cuáles son los modelos que seguimos? ¿Cuáles son los principios que dominan nuestras prioridades? ¿Qué beneficios nos proporcionan? ¿Qué tan sólidos son? ¿Qué tanto son capaces de perdurar en el tiempo? ¿Qué tanta dependencia o libertad nos generan? ¿Qué calidad de vida nos dan? Preguntas convenientes para descubrir en qué estamos sosteniendo nuestra propia la existencia.

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