#AquiYAhora
Después de vivir un año 2021, en el que el asunto del COVID-19 fue el tema central y que afectó –como nada y a gran escala– la vida de las personas de todo el planeta, uno se pregunta si la forma de planear, de ver el futuro, de organizarse y de tomar decisiones será igual que antes de que viviéramos la pandemia. Creo que la respuesta es que sí, pero sin olvidarnos que lo único que hoy tenemos es el “aquí y el ahora”. Siempre ha sido así, pero la pandemia nos deja una lección muy clara, nuestra vida puede cambiar de un momento a otro. Nuestra salud, nuestra seguridad, nuestra integridad puede ser vulnerada en un abrir y cerrar de ojos.
En México hemos sido testigos de fenómenos naturales, como terremotos y huracanes que, literal, de un día para el otro nos han cambiado la vida. Hoy vivía en una casa que mañana ya no tengo, hoy tenía un familiar o amigo que mañana ya no está, hoy tenía un brazo que ahora no tengo. Cualquier ejemplo ilustra claramente lo que quiero decir. Estos dos años pasados nos dejaron más claras las lecciones, porque el COVID-19 dejó muchas afectaciones; personales, a todos aquellos que perdieron a seres queridos; económicas, a todos aquellos que perdieron su empleo o negocio; sociales, ya que se vulneró la forma de relacionarnos, de convivir, de estar presentes, con su dosis de ansiedad, incertidumbre y zozobra.
2022 parece que será el año donde la pandemia termine o baje a niveles de poca gravedad. Será un año para ponerse creativo y ver nuevas formas de hacer cosas, un año lleno de retos porque ninguno de los seres humanos que habitamos este planeta en estos momentos, habíamos vivido nada parecido. Recordemos que la última pandemia se había registrado ya hace más de cien años.
Iniciamos con muchos bríos y con buenos ánimos. Estos días pasados hemos recibido buenos deseos y, seguramente, mensajes de aliento muy positivos. Mi consejo es que cada día lo vivamos como el primero del año, llenos de ímpetu, de positivismo, de fe y de acción. Que se termine el día y algo se haya logrado y así iniciar el día siguiente. Uno de mis primeros artículos fue enfocado, precisamente, en el día (http://bit.ly/ElDía). Porque eso es lo único que tenemos cuando amanecemos y Dios ha sido muy sabio en darnos claros ejemplos, como el ciclo solar, para que entendamos que todos los días hay un nuevo despertar, un nuevo sol y nuevas oportunidades. Absorbamos el 2022, un día a la vez, con todo el entusiasmo que conlleva empezar algo, con la novedad y curiosidad de la primera vez. Si todas las mañanas, de forma consciente, agradecemos amanecer y entendemos que Dios nos está dando un regalo nuevecito para aprovecharlo al máximo y que lo que nos da es único e irrepetible, estoy seguro que entonces, ese día, buscaremos retos que sortear con mucho mayor alegría y se nos presentarán oportunidades que podremos ver porque tenemos el entusiasmo de la primera vez.
Si ningún día pasa desapercibido, y todos y cada uno de esos días logramos avanzar en los propósitos que cada uno traiga, construiremos un mejor futuro para nosotros mismos, para nuestras comunidades y para nuestro país.
Me llegó un video de algún amigo que resume en una palabra lo que debe imperar en 2022 y esa palabra es “movimiento”. Me gustó muchísimo y eso debemos tenerlo en cuenta cada día. La vida es verbo; es hacer, es amar, es crear, es construir.
Todos los días tomamos decisiones. Mi deseo para todos ustedes es que todos los días del 2022 tomen decisiones positivas y creativas, que construyan para ustedes y para los demás, y que así les impacte positivamente en su vida. De lo que no nos salvamos los seres humanos, día tras día, es de tomar decisiones. Es una constante que no tiene forma de eludirse (incluso no tomar decisiones, es una decisión). La ventaja es que lo que decidimos depende al 100% de cada uno de nosotros. Tomar buenas decisiones abre oportunidades, descifra los retos y los resuelve y nos dan felicidad, propósito y paz.
Planear a largo plazo sirve, pero no por pensar en el largo plazo se nos olvide planear el día y sacarle todo el jugo que pueda extraerse de él. Al final, es lo único que tenemos, el “aquí y el ahora”.
¡Feliz año 2022 y felices 365 nuevos días!
Genial Pepe Elias! Un abrazo enorme y a aprovechar el día!