La responsabilidad de gobernar
Andrés A. Aguilera Martínez

Razones y Costumbres

94 opiniones • veces leído

Una declaración desafortunada, un anuncio de una acción que ponga en entredicho la seguridad jurídica, el aviso de una renuncia o destitución, o hasta un desplante imprevisto, generan inestabilidad, desconfianza…

Imagen: El País.
Imagen: El País.

Lectura: ( Palabras)

Gobernar es un arte que implica una gran responsabilidad. Cada acción y decisión que se asume y ejecuta por quienes dirigen las instituciones públicas, inminentemente habrá de tener una repercusión en la vida y dinámica de la sociedad a la que sirven. De este modo es como el poder político se materializa y construye los basamentos para que los individuos en sociedad se desarrollen en libertad.

Cierto, la voluntad es la que conduce a los individuos, pero el gobierno y su actuar incide directamente en su entorno. Si el gobierno y los gobernantes actúan conforme a la ley, cumplen con sus funciones y atienden sus obligaciones legales y políticas, el ambiente social será favorable para las personas; si, por el contrario, se distraen en tareas distintas a las encomendadas, abusan del poder conferido y desatienden sus deberes, la situación social carece de orden, le invade el caos, lo que impide lograr sus fines individuales y colectivos.

De este modo es como incide el gobierno en la vida social, además de regularlo, la de salvaguardar el entorno comunitario y cumplir con la ejecución de los mandatos legales y judiciales, también se hace con el actuar de quienes dirigen a las instituciones; quienes con sus declaraciones, mensajes y desempeño públicos envía señales y ejerce su poder e influencia en el comportamiento no sólo de personas y grupos, también en actividades económicas, sociales y hasta culturales.

arte de gobernar
Imagen: El Colombiano.

Si los dirigentes políticos —sobre todo los que encabezan los poderes estatales— envían señales encontradas, confusas, difusas o hasta deliberadamente contradictorias, los poderes fácticos y actividades sociales, políticas y económicas reaccionan en consecuencia y actúan de tal forma que inciden directamente en la vida social, llegando a trastocarla y a imponer obstáculos para que las personas puedan desarrollarse a plenitud.

Ejemplos de ello son muchos. Una declaración desafortunada, un anuncio de una acción que ponga en entredicho la seguridad jurídica, el aviso de una renuncia o destitución, o hasta un desplante imprevisto, generan inestabilidad, desconfianza y propician una serie de eventos encadenados que afectan directamente a los individuos, a sus empleos e ingresos económicos, trabajos y hasta sus vidas y relaciones familiares. Así, una mala declaración produce especulación económica, la moneda nacional se deprecia, las bolsas de valores y sus índices se ven afectados, lo que es el reflejo del cierre de fuentes de empleos y, consecuentemente, las familias pierden sus fuentes de ingresos.

ética en los gobiernos
Imagen: Lobo Suelto.

Gobernar impera responsabilidad y conciencia sobre la trascendencia de la función que se desempeña. Si el poder es ejercido de forma irresponsable, frívola y hasta sectaria, inevitablemente se afecta a las personas que viven en el Estado que se gobierna. Por ello es indispensable que los actores políticos, sobre todo las cabezas de los poderes, además de ejercer su poder con diligencia y en cumplimiento a sus funciones legales, deben ser mesurados en lo que dicen, expresan y difunden, pues su palabra, dichos y afirmaciones reverberan en los factores reales de poder de la nación, lo que implica una repercusión en el entorno social que, de manera ineludible, afectará a las personas.

Si lo que se dice, hace o afirma es debidamente calculado, estas afectaciones y repercusiones tendrán un impacto en las personas. Si es favorable o no, dependerá mucho de la intención, responsabilidad y propósito de quienes ejercen el poder público.

@AndresAguileraM

Más columnas del autor:
Todas las columnas Columnas de

Deja un comentario

Lo que opinan nuestros lectores a la fecha