El pasado 10 de octubre, el Ilustre y Nacional Colegio de Abogados de México, la institución gremial más antigua del continente americano, encabezado por su presidente el destacado abogado fiscalista Arturo Pueblita, visitó el recinto de San Lázaro para detonar sinergias a efecto de asesorar a la Cámara de Diputados en aspectos especializados del Derecho.  Nuestra anfitriona fue la Secretaria General de la Cámara, Graciela Báez Ricárdez, quien nos ofreció una detallada visita del imponente Palacio Legislativo. 

Quienes asistimos a la reunión, aunque ya habíamos visitado el lugar, quedamos muy impresionados con su majestuosidad que recibe cotidianamente a nuestros legisladores con la frase de José María Morelos consignada en su vestíbulo principal: “…Como la buena ley es superior a todo hombre, las que dicte nuestro Congreso deben ser tales, que obliguen a constancia y patriotismo, moderen la opulencia y la indigencia…”. También impone el mural verde de la fachada de acceso del artista guanajuatense José Chávez Morado, intitulado “El Pluralismo Político”, flanqueado por el tezontle rojo y el mármol blanco, con el Escudo Nacional en su parte central, que incorpora a su alrededor 56 caras que representan las lenguas oficiales de México.

El vestíbulo de la Cámara alberga un espléndido mural de madera de Adolfo Mexiac intitulado “Las Constituciones de México”, el cual tuvo que hacerse dos veces, la primera cuando se inauguró el palacio en 1981 y la segunda después del incendio de 1989. En él llaman la atención la figura de la Virgen de Guadalupe, la de Benito Juárez en mangas de camisa, y la de un conjunto de personas portando tapabocas, como si se tratara de un acto premonitorio. El salón de sesiones en el que de inmediato se reconoce la mano de Pedro Ramírez Vázquez, impresiona por su tamaño, por la calidad de sus pantallas gigantes y por lo pesado de las curules para evitar que puedan ser utilizadas como proyectil.

El patio central se encuentra presidido por una réplica gigante de “El Gran Tintero Plateado”, el símbolo del universo legislativo cuyo original está en el lugar más alto de la mesa que conduce las sesiones y, debido a su alta dignidad, indica el lugar que ha de ocupar el Presidente del cuerpo deliberante. Es el punto de partida, a través del cual toda la producción legislativa cobra vida.  Esta portentosa obra es una pieza que el platero Domitilo Margarito Pérez creó entre 1881 y 1882 a encomienda del entonces presidente General Porfirio Díaz y actualmente se yergue frente al actual Presidente de la Cámara Santiago Creel Miranda en cada una de las sesiones.

Durante la visita también confirmamos la alta calidad del equipo técnico con que cuenta la Cámara de Diputados, su Secretaria General nos describió la integración y funcionamiento del Centro de Estudios de Derecho e Investigaciones Parlamentarias que permite la profesionalización del staff a disposición de los diputados y que incluso ha publicado entre muchas otras obras la intitulada “Cómo ser un asesor legislativo”. También nos describieron las funciones de la Unidad de Capacitación Permanente que organiza cursos y talleres para el insumo legislativo. Como puede percibir el lector la institucionalidad con la que actualmente cuenta la Cámara de Diputados es producto del trabajo y del esfuerzo de muchas generaciones de mexicanos comprometidos con la democracia.

Esta importantísima institución que cuenta con los elementos humanos y materiales necesarios, enfrentará en las próximas semanas uno de los principales y más graves retos de su historia: la defensa del sistema electoral que los mexicanos nos hemos dado y que puede representar el punto de quiebre y el punto de no retorno que destruya nuestra todavía incipiente democracia. En efecto, la Reforma Electoral que ha propuesto el Presidente de la República pone en serio riesgo la posibilidad de que México continúe la práctica de elecciones libres, la posibilidad de que los electores puedan decidir quién accede, quién se queda y quién se va del poder.  Todas las voces que estarán representadas en el Palacio Legislativo de San Lázaro, tendrán la enorme responsabilidad de evitar la captura del Instituto Nacional Electoral por parte del Ejecutivo Federal.

Para ello nuestros diputados tendrán la obligación moral de mantener al INE como titular y responsable del padrón electoral que antes de su fundación la Secretaría de Gobernación manipulaba a su antojo, de mantener el servicio profesional electoral en condiciones de transparencia, de mantener la estructura desconcentrada de sus juntas distritales, de mantener la existencia de los órganos electorales locales como espacios idóneos para la solución de conflictos electorales locales, de mantener un piso mínimo operacional de financiamiento público a los partidos políticos y de mantener un modelo de comunicación política que brinde acceso a los partidos políticos a las fuentes de información tales como la radio y la televisión.

Se trata de la batalla decisiva en contra de la primera reforma electoral propuesta desde el poder en la reciente historia de México, en la que se juega, ni más ni menos, que el futuro de la democracia mexicana.

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