Falleció Ignacio Solares
Manuel Ramiro Hernández

Visión Integral

94 opiniones • veces leído

Cómo los grandes hombres de la cultura, su participación fue múltiple y diversa.

Lectura: ( Palabras)

El pasado 24 de agosto falleció en la Ciudad de México Ignacio Solares, un gran personaje de la vida cultural en México desde la segunda mitad del siglo pasado y lo que ha transcurrido de éste el siglo XXI. Nació en Ciudad Juárez Chihuahua y sus estudios iniciales los realizó en la ciudad de Chihuahua, para venir a la Ciudad de México a estudiar la Licenciatura en Letras en la UNAM, institución de la que prácticamente nunca más salió.

Cómo los grandes hombres de la cultura, su participación fue múltiple y diversa. Se inició como periodista de cultura en diversos medios y al cabo de los años adquirió un gran prestigio, dirigió varios de ellos y tuvo secciones propias en muchos otros, al final lo hacía en El Universal. En este aspecto fue colaborador de Octavio Paz y de Carlos Fuentes. En la UNAM fue profesor en la facultad de Ciencias Políticas y Sociales y en la de Filosofía y Letras; ocupó el cargo de director de Teatro y Danza (1994-1997), director de Literatura (1997-2000), coordinador de Difusión Cultural de la UNAM (2000-2004) y, de 2004 a 2017, dirigió la Revista de la Universidad de México. Como profesor fue muy querido y respetado, y como funcionario universitario se distinguió por su capacidad de trabajo, sus acciones innovadoras y motivadoras, con resultados muy destacados, y una conducta siempre sobria y formal. Fue nombrado Doctor Honoris Causa por la Universidad de Chihuahua y la universidad creó un premio de novela histórica con su nombre.

Todas las facetas de Solares son muy destacadas, pero probablemente la más destacada sea la de escritor en la que brilló enormemente, exploró muchos géneros, la novela, el cuento, sus novelas históricas son muy importantes y trascendentes y en el teatro tuvo grandes triunfos con éxitos de público y de crítica. Su obra literaria fue rápidamente reconocida y recibió desde muy temprano muchos premios importantes.

Decía que probablemente la novela histórica y las novelas (alguna de ellas son en realidad ensayos) son los géneros en los que más destacó. Su obra es amplísima y todos sus libros fueron bien aceptados. Yo les voy a comentar unos libros, que no es que sean los mejores, pero sí los que a mí más me han gustado. El jefe máximo (Alfaguara 2011) es una novela sobre Calles, y como dice en la introducción, en la novela histórica cabe (casi) todo, por ello utiliza la ficción volviéndola una novela además de histórica de ficción y de no ficción, ocupa y menciona muchos libros importantes en los que basa el desarrollo de la obra.

Como una escena de ficción la novela empieza donde termina La Sombra del caudillo, pero aquí sí utiliza los nombres exactos del general Serrano y sus amigos y colaboradores. Se lleva a cabo en el Castillo de Chapultepec adonde les llevan a él y al general Obregón a los asesinados, de ahí se desata primero el asesinato de Obregón y luego el ejercicio indómito del poder de Plutarco Elías Calles, que dio pauta al Maximato, en una alucinación del Jefe Máximo; aparece Obregón quien lo acusa de su muerte a través de Gonzalo N. Santos, al que había infiltrado entre los Cristeros, el mismo Santos es el encargado de bloquear, atacar y disminuir a Vasconcelos para que triunfara Ortiz Rubio. Es muy interesante la decisión para nombrar a Cárdenas candidato del PNR a la presidencia, él decantaba por el Dr. Puig Causaranc, pero el fracaso de Ortiz Rubio lo decidió. El final de Calles entre el espiritismo, la culpa y el arrepentimiento son extraordinariamente narradas en la novela.  

En la Noche de Ángeles (Planeta Mexicana 2008) Solares nos relata el final del general Felipe Ángeles, quien durante el levantamiento de Madero estaba en París becado por el gobierno, a su regreso se incorpora plenamente con el presidente Madero, lo hacen director de Colegio Militar y al levantamiento de Zapata en Morelos es enviado a combatirlo, traído a la ciudad ante el levantamiento de Reyes, Díaz y Mondragón y combate contra ellos en la Ciudadela, es apresado con Madero, Pino Suárez y otros en Palacio Nacional y es el único sobreviviente, no se explica fácil porqué; a mí opinión personal, porque Huerta tiene admiración profesional por él.

Es encarcelado un corto tiempo y después mandado al exilio, se va a París y se establece, muy bien, como profesor de la escuela militar y de idiomas, vive bien, pero escucha el canto de las sirenas o la voz de patria y se viene a México, entra por los Estados Unidos y se une la División del Norte, estable una magnífica relación con Villa y se convierte en su estratega militar, ante las derrotas de Villa frente a Obregón y Carranza se exilia en los Estados Unidos, donde nuevamente se coloca bien, pero de manera inexplicable decide regresar a combatir, sin tropas, sin amigos, sin dinero y por supuesto es capturado por los carrancistas y fusilado. Todo esto nos lo narra magistralmente Solares.

Dellirum tremens (Alfaguara 2015) es un ensayo sobre el alcoholismo y sus consecuencias, especialmente en la conciencia y la conducta humanas, que un conjunto de relatos de casos de los que se sirve para abordar este terrible problema, Serafín (Ediciones Era 2015, aunque hay una edición previa más corta en Diana 1985), es un cuento largo o una novela corta, en el que sirviéndose de la tragedia de un adolescente, casi niño, Solares nos habla de las miserias humanas, las económicas, las sociales, las culturales, las sociales; por supuesto con un principio y un final catastróficos. Este fue su penúltimo libro el más reciente Novelista de lo invisible (2023), escrito a cuatro manos con el también escritor, traductor, promotor cultural y divulgador de la ciencia José Gordon. No lo he leído pero lo haré. En una de las muchas notas luctuosas publicadas, se menciona que dejó un libro terminado y que sus hijos lo publicarán.

Una faceta menos conocida de Solares, pero en la que también destacó enormemente fue en la tauromaquia, fue un gran aficionado a los toros. Durante su estancia en la UNAM, rescató y publicó muchas escenas fílmicas del toreo antiguo en México y las publicó a través de la Filmoteca Universitaria; no las veo ahora en YouTube pero en forma de discos compactos estuvieron a la venta en la cadena de librerías universitarias. Era un gran conocedor del encaste San Mateo, fundamento de la ganadería brava en México. Muchas veces lo saludé en la plaza y con todo mundo era amable y cordial. No todo fue bueno, en una crisis de la Plaza, se quedó sin juez de plaza y durante un tiempo ejerció como tal, le fue como en feria, cosa que no es rara, la afición es terrible.

Una pena su fallecimiento, pero debemos aprovechar para leerlo o releerlo y buscar el libro que está próximo a aparecer.

Más columnas del autor:
Todas las columnas Columnas de

Deja un comentario

Lo que opinan nuestros lectores a la fecha