FAIRYDU$T: La exposición más reciente de Álvaro Aguilar
Antonio M. Prida

De Frente y Derecho

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Esta exposición cuestiona el valor del dinero y de los bienes materiales, así como ayuda a dimensionar el daño perverso que puede causar la especulación.

Lectura: ( Palabras)

El joven pintor mexicano Álvaro Aguilar presenta actualmente una novedosa exposición pictórica híbrida que se puede visitar físicamente este fin de semana, incluyendo hoy viernes, de 12:00 pm a 8:00 pm en la galería temporal (pop up) ubicada en Alejandro Dumas 304, esquina con Homero, en Polanco, Ciudad de México. En su forma digital, la exposición podrá ser visitada hasta finales de mayo de este año en el sitio de KUNSTMATRIX.

La idea de esta exposición deriva de una frase de la película “The Wolf of Wall Street” de Martin Scorsese, en una escena en la que a Leonardo DiCaprio le explican el funcionamiento de la bolsa de valores, en la que precisamente el valor de los valores surge del “polvo de hadas” vertido sobre ellos, creando una fantasía.

El trabajo de Álvaro tiene que ver con la reflexión y el cuestionamiento de las estructuras y jerarquías de valor que se presentan en la vida. Para ello el autor parte de aquellos valores que son fungibles, típicamente las monedas, y aquellos valores no fungibles, típicamente el arte. Es así como quien debe una cantidad de dinero la suele pagar con dinero o con monedas distintas a las que recibió, en cambio, las obras de arte, por su naturaleza de ser cada una de ellas única, no pueden ser intercambiadas unas por otras de manera simple, puesto que en cada caso hay que considerar al autor, la calidad de la obra misma, su antigüedad o novedad, entre muchos otros aspectos.

El detonante de esta exposición fue la tecnología de blockchain que ha dado vida en los últimos años a los llamados NFT’s (Non Fungible Tokens) y las criptomonedas, estas últimas, monedas esencialmente fungibles por medios tecnológicos. Ambos tipos de tokens son nuevos sistemas de valor intangibles que están comenzando a sustituir a los valores tradicionales del oro y otros metales y piedras preciosas. Esta nueva tecnología de blockchain junta información tecnológica en bloques, en forma tal que dicha información resulta inalterable. En el caso de los NFT’s son contratos digitales en códigos de cómputo a los que se les incorporan representaciones gráficas tales como imágenes, videos o GIF’s (animaciones gráficas). Esta nueva tecnología es tan precisa y brinda tal certeza y transparencia, entre otras cosas, respecto de la titularidad de su dueño, que la misma profesión notarial del mundo latino comienza a estar en riesgo.

Por su parte, el valor de las criptomonedas varía radicalmente dependiendo de muchísimos factores, tales como su emisor, habiendo Bitcoin, Ether o Matic, entre muchas otras, el número de unidades existentes o la credibilidad que un público determinado le reconoce. En ese sentido, tanto los NFT’s como las criptomonedas y el mismo arte puede valer en términos económicos, culturales o estimativos, todo o nada. A través de su obra pictórica el autor Álvaro Aguilar lleva al espectador a valorar en última instancia lo más valioso de todo, que no es sino la existencia misma, sin la cual no hay valor alguno que valga nada.

Para lograr expresar todos estos conceptos teóricos, el artista nos muestra sus novedosos cuadros acudiendo desde luego a la pintura y al lenguaje como recurso visual, pasando por la abstracción y el proceso digital, todo dentro del marco del arte conceptual, el cual no puede ser visto a simple vista, puesto que existen en varias obras elementos invisibles que sólo se revelan a través de la luz ultravioleta. Al visitar la exposición, el espectador queda inmerso en el ciclo del autor que hace perder al dinero, representado en papel moneda, todo valor económico, billetes que una vez aplicados al lienzo vuelven a adquirir valor, primero estético y dependiendo de muy diversos factores también económico, nuevos valores que el papel moneda originalmente no tenía; a su vez, la nueva obra de arte creada, al ser vendida, encuentra nuevamente un valor económico, artístico y cultural que engrandece de manera indefinida el proceso de este ciclo infinito.

Para la serie de pinturas titulada “Centenarios”, 2022, por ejemplo, el artista pinta con óleo de forma realista la imagen del anverso y reverso de un centenario de oro, cada una sobre un lienzo en blanco con un formato de 100 x 100cm. Al terminar la pintura, ese mismo día investiga el precio por gramo del oro de 24 quilates, así como el precio del Ether (la criptomoneda en la que cotizan los NFT’s) y ambos precios los plasma, junto con la fecha del día, con tinta visible únicamente con luz ultravioleta. Estas piezas llaman la atención ya que su acercamiento a la especulación se basa en que el precio de cada pintura equivale al peso en oro de un centenario el día que se terminaron, para teorizar sobre qué puede valer más en el futuro: el oro, el ether o el arte. Esta única serie, además, fomenta el trueque (una forma de economía primitiva y casi inexistente hoy en día) al aceptar un centenario como intercambio por cada pintura con su respectivo NFT y certificado digital.

Como ningún valor tiene valía sin la vida misma, la exposición de Álvaro Aguilar culmina con pinturas, collages y fotografías de cuerpos y objetos vivientes que descubren la parte íntima del autor. Es así que los conceptos con los que comienza la exposición, a través de procesos artísticos, concluyen en una fascinante colección de obras de arte que obligan al espectador a jerarquizar los valores que nos presenta la existencia misma, para cuestionar el valor del dinero y de los bienes materiales, así como ayuda a dimensionar el daño perverso que puede causar la especulación, que cuando falla puede poner la vida misma en vilo, la cual es personificada por el autor en múltiples mariposas de colores que estremecen por su belleza, por su fragilidad y, sobre todo, por ser tan efímeras como nuestra propia vida. Al fin y al cabo, somos “polvo de hada”.


Álvaro Aguilar Mercado (Ciudad de México, 1991) vive y trabaja en la CDMX. Su trabajo aborda la reflexión y el cuestionamiento de las estructuras y jerarquías de valor a través de la pintura con un especial interés por el color, la palabra y la abstracción.

Su obra se encuentra en colecciones privadas en Estados Unidos, España, Alemania, Italia y varios estados de la República Mexicana.

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