En defensa del INE: El gobierno le tiende una emboscada
Antonio M. Prida

De Frente y Derecho

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No cabe duda de que nuestro modelo democrático es viable y que nos ha brindado una estabilidad política que no podemos arriesgar.

Imagen: Yo Influyo.
Imagen: Yo Influyo.

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Desafortunadamente hemos visto recientemente, cómo el presidente de la República y miembros de su partido MORENA, han tratado de colocar al Instituto Nacional Electoral (INE) y a sus consejeros como actores políticos, despojándolos de su calidad de árbitros dentro del proceso electoral, llegando incluso en algún caso extremo a amenazar públicamente a su Consejero Presidente Lorenzo Córdova Vianello y a su familia. También hemos podido percibir embates en contra de esta importante institución, por parte de la Secretaría de Hacienda, con el propósito de dejarla sin los recursos económicos necesarios para poder llevar a cabo la consulta pública sobre la revocación del mandato solicitada por el presidente para el próximo 1° de agosto, con el claro propósito de obstaculizar su actuación.

Ante esos lamentables acontecimientos, se hace indispensable defender a esta institución y a sus integrantes, los cuales, junto con sus predecesores, han desarrollado una actividad fundamental en la consolidación de nuestra democracia. Debe quedarles claro al presidente, a su gobierno y a su partido, que el INE no les pertenece, sino que nos pertenece a todos los mexicanos. No se les puede olvidar que fue gracias a la creación del entonces Instituto Federal Electoral (IFE), que los ciudadanos le pudimos arrebatar al PRI y a su gobierno el control de las elecciones, que entonces eran una de las menos confiables del mundo.

Esa labor nos llevó muchos años pues implicó acabar con el llamado Colegio Electoral que resolvía los conflictos derivados de las elecciones, mediante la intervención de la mayoría priísta erigida como tal en la Cámara de Diputados, arrebatarle al PRI el control de las autoridades electorales y finalmente expulsar de la Presidencia del Consejo del IFE al Secretario de Gobernación. Fue así que los ciudadanos tomamos la organización del proceso electoral y creamos también el Tribunal Electoral que nos llevó muchos años hacerlo independiente del gobierno y que sus sentencias tuvieran fuerza obligatoria.

ine elecciones 2021
Imagen: El Poder Legislativo.

Lorenzo Córdova Vianello junto con el escritor y periodista Ernesto Núñez Albarrán, acaban de poner en circulación una obra editada por Grijalbo, de más de 600 páginas, intitulado “La Democracia No Se Construyó En Un Día”, en la que se detalla la evolución del complejo andamiaje institucional que hemos construido muchas generaciones de mexicanos y con la cual llegamos este año a la elección más grande y compleja de la historia de México, junto con una robusta legislación electoral apenas actualizada en el 2014. Pese a sus áreas de oportunidad, como ahora eufemísticamente se dice, la actuación del IFE y ahora del INE tiene un balance positivo, pues ha permitido que durante más de dos décadas se hayan realizado ininterrumpidamente todas las elecciones federales y locales, lo que ha hecho posible la alternancia de los principales partidos políticos en el país, de manera pacífica. Nuestro sistema electoral ha permitido que los ciudadanos no sólo ejerzamos el voto para elegir a los candidatos para ocupar cargos públicos, sino para que nos rindan cuentas, pudiéndolos premiar o castigar precisamente a través del voto. No cabe duda de que nuestro modelo democrático es viable y que nos ha brindado la estabilidad política que no podemos arriesgar.

Hábilmente el INE ha evitado su debilitamiento frente a los embates de MORENA, que intentó recientemente reformar la legislación, a efecto de que los Consejos Locales y los Consejos Distritales fueran integrados con miembros nombrados por la mayoría simple de la Cámara de Diputados en control de MORENA; también intentó reducir el plazo del presidente del INE a tres años, en lugar de nueve que fueron establecidos precisamente para trascender los sexenios presidenciales; y también intentó forzar al INE a entregar a la Secretaría de Gobernación los datos biométricos de los ciudadanos, contenidos en el padrón electoral. Asimismo, el INE logró la renovación parcial de cuatro de sus consejeros con criterios técnicos y no políticos, lo cual no es poca cosa.

En la elección de junio podrán participar cerca de 94 millones de votantes, se instalarán más de 162 mil casillas y se requerirá la participación de cerca de un millón y medio de funcionarios electorales, para elegir a casi 20 mil 500 servidores públicos. Este año se enfrentan nuevamente problemas estructurales como son la pobreza creciente, la desigualdad, la corrupción, la impunidad, la inseguridad y la violencia, pero se enfrentan también nuevos problemas derivados de la pandemia, de la desinformación generada por el mal uso de las redes sociales y por una polarización creciente que ha provocado intolerancias que han convertido a los adversarios políticos en verdaderos enemigos a combatir y erradicar, lo cual es altamente peligroso.

INE y AMLO
Imagen: El Universal.

Esta problemática se complica aún más frente a los desafíos sanitarios que presenta el Covid-19 para la movilización ciudadana, frente a la necesidad de mantener el distanciamiento social, para lo cual el INE integró un Consejo con cinco especialistas del más alto nivel en materia de pandemias, lo que le ha permitido crear 20 protocolos sanitarios conteniendo las mejores prácticas internacionales para limitar los riesgos de la pandemia, especialmente durante la jornada electoral, durante la cual la sanitización de las casillas y el uso de tapabocas será obligatorio.

Además del proceso electoral de junio, se avecinan tiempos difíciles, puesto que la Suprema Corte de Justicia deberá resolver sobre la disposición de recursos económicos para que el INE pueda realizar la consulta pública en la que el presidente se ha empeñado. Por su parte, los diputados y senadores de MORENA han realizado amagos de modificar la legislación electoral, los cuales pueden significar una contrarreforma que no debemos permitir. Guste o no, el presidente mismo ha sido conminado por la autoridad electoral a no utilizar sus famosas “mañaneras” como instrumento de proselitismo político en favor de su partido y el INE hará cumplir las reglas pactadas por los partidos políticos desde 1996, para evitar que ningún partido tenga una sobre representación de más del 8% en el Congreso. Para nuestro infortunio, el papel que hace más de dos décadas tuvo el PRI, hoy lo ocupa el presidente y su partido, quienes intentan nuevamente utilizar recursos públicos para llevar a cabo su propaganda política.

Defendamos, pues, el régimen democrático que nos hemos dado los mexicanos, que permita la participación de todos en la toma de decisiones y que garantice nuestros derechos y libertades, conforme a las reglas del juego que los partidos políticos y la sociedad en general han desarrollado durante las últimas décadas. Desde luego en las democracias las mayorías deciden, pero no cualquier cosa ni a cualquier costo. Hay límites, especialmente establecidos en nuestra Constitución. Evitemos la tiranía de las mayorías de las que hablaba Alexis de Tocqueville y forcemos al gobierno a reconocer los derechos de las minorías, entre otros, nuestro derecho a existir y participar, nuestro derecho a ser tomados en cuenta y nuestro derecho a convertirnos nuevamente en mayoría mediante la alternancia política pacífica. En democracia nadie gana todo ni para siempre. No podemos permitir que quienes accedieron al poder por la escalera democrática que construimos, la derrumben con la falsa pretensión de perpetuarse en el poder.

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