Diferentes formas de entender la ciencia
Manuel Ramiro Hernández

Visión Integral

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Hasta aquí todo parece una pugna entre dos grupos que enfocan la ciencia desde puntos de vista diferentes; uno la aprecia como una actividad humana creativa que…

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En los últimos días la atención pública ha estado centrada en la denuncia que el Conacyt ha establecido contra 31 individuos entre funcionarios, investigadores y administradores del desaparecido Foro Consultivo Científico y Tecnológico (FCCT); denuncia que persigue la Fiscalía General de la República (FGR). Los acusan de peculado, manejo de fondos de procedencia ilícita y asociación delictuosa.

El FCCT se creó en 2002 como un organismo autónomo que sirviera de asesor al Estado mexicano en políticas públicas relacionadas con la ciencia. En aquel entonces se eligió la figura de una Asociación Civil, a la que el gobierno federal dotaría de recursos económicos, los cuales serían (y así ha sido) auditados por el propio fondo, pero también por las instancias correspondientes del Conacyt y de la Secretaria de la Función Pública. En este tiempo, y hasta el inicio del mandato de la actual administración pública federal, había funcionado sin mayores contratiempos, con resultados que han quedado plasmados de diferentes formas. Para cumplir sus cometidos se ha venido reuniendo con diferentes actores en el funcionamiento de la ciencia y por lo tanto de nuevos conocimientos.

El motivo fundamental de la ciencia es la producción de nuevos conocimientos y la difusión de ellos en diferentes estratos de la sociedad a los que les puedan ser útiles. El FCCT se dedicó a acercar a los investigadores con los tomadores de decisiones en las políticas públicas relacionadas con el desarrollo, impulsión y difusión del conocimiento; y lo ha venido haciendo con las tres instancias de gobierno, tanto federales como estatales y con los miembros de sus poderes ejecutivo y legislativo. Entre otros medios, los resultados podemos verlos en algunos libros publicados por el propio FCCT. En uno de ellos, El debate de la ciencia en México. Múltiples visiones un mismo compromiso, participan destacados y prestigiados investigadores como Juan Ramón de la Fuente, quien en su participación en el área de Ciencias biológicas y de la Salud expresa, entre otros de sus valiosos comentarios: “… La primera tiene que ver con algo que me parece fundamental, que ocurre no sólo en materia científica sino en otras actividades y programas de la vida nacional: construir es muy difícil y destruir es muy fácil. …La primera prioridad que deberíamos tener claramente identificada todos –científicos, funcionarios, medios de comunicación– es que hay que preservar lo que tenemos. …No podemos darnos el lujo de permitir que lo que se ha construido a lo largo de varias generaciones, inexplicablemente se deteriore o se diluya… (Las negritas son de la edición original). 

Foro Consultivo Científico y Tecnológico
Foto: Alcanzando el Conocimiento.

Desde el inicio de funciones, la actual administración pública federal expresó su desacuerdo en la existencia de organismos descentralizados que supervisaran o asesoraran a las instancias oficiales. El FCCT forma parte de este tipo de organizaciones. Pronto el Conacyt intentó desmantelarlo y la Suprema Corte de Justicia le autorizó a hacerlo, pero estableció que hasta ese momento su funcionamiento había sido legal. Después apareció esta demanda que fue aceptada por la FGR y se ha buscado que se establezca una orden de aprehensión para los inclupados. No sabemos exactamente de qué se les acusa, ni los propios inculpados han sido informados, pero ha trascendido que los acusan de los delitos que menciono al principio de esta nota; por haber hecho mal uso de los recursos, incluso el señor presidente los ha acusado de utilizarlos en procurarse una vida de lujos y seguramente fatua.

Entre la lista de los 31 acusados, que ha trascendido no oficialmente, destacan o la encabezan Enrique Cabrero Mendoza y Julia Tagüeña, el primero un administrador con maestría en Administración Pública y doctorado en Ciencias de la Gestión, que fue director del Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE), director del Conacyt en la administración pasada, y recientemente fue nombrado miembro de la Junta de Gobierno de la UNAM; con una amplia obra publicada en revistas y libros, una de las más recientes trata sobre los problemas de la sociedad mexicana ante el conocimiento. Julia Tagüeña Parga es una destacada física que trabaja en el centro de Investigación de Energía de la UNAM en Morelos, donde ha tenido una gran labor en la formación de recursos humanos y una producción científica considerable, además ha destacado en el ejercicio de la difusión de la Ciencia, área en la que también ha tenido labor docente.

Enrique Cabrero Mendoza
Enrique Cabrero Mendoza (Foto: Infobae).
Julia Tagüeña
Julia Tagüeña (Foto: Reforma).

La directora actual del Conacyt, María Elena Álvarez-Buylla Roces, es también una destacada investigadora de las áreas de la botánica, la ecología evolutiva y la biología del desarrollo; su producción publicada en destacadas revistas internacionales es notable (curiosamente aparece como Álvarez-Buylla ER). Actualmente trabaja en el Instituto de Ecología y el Centro de Ciencias de la Complejidad, ambos de la UNAM. Se ha distinguido por su activismo y es fundadora de una agrupación llamada Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad. Ha abierto grandes polémicas ante el uso alimentario del maíz transgénico, a lo que ella se opone abiertamente; ante esto un grupo de científicos, entre ellos Bolívar Zapata (premio Príncipe de Asturias 1991), dicen que lo hace sin bases científicas.

Álvarez-Buylla proviene de una destacada familia de intelectuales. Su abuelo paterno, Arturo Álvarez-Buylla Godino, fue uno de los fundadores de la aviación española, el abuelo materno, Wenceslao Roces, fue un destacado jurista, traductor y profesor tanto en España como en México. Su padre, Ramón Álvarez Buylla, fue un médico brillante que se dedicó a la fisiología y produjo grandes aportaciones científicas. Fungió como fundador del departamento de Fisiología del Instituto Nacional de Cardiología y del CINVESTAV, en ambas situaciones colaborando con Arturo Rosenblueth; posteriormente estuvo en el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias y luego se fue a Colima, en cuya universidad tuvo una destacada labor como profesor y es recordado con gran afecto. Su madre, Elena Roces Dorronsoro, fue una investigadora del área biomédica que al final estuvo en la Universidad de Colima. Un hermano de María Elena Álvarez-Buylla, Arturo, es un destacado neurobiólogo que formado en México trabaja en la Universidad de California San Diego y recibió el Premio Príncipe de Asturias en 2011.

Hasta aquí todo parece una pugna entre dos grupos que enfocan la ciencia desde puntos de vista diferentes; uno la aprecia como una actividad humana creativa que surge en libertad y que debe ser supervisada entre pares y, el otro, como una actividad que debe surgir desde una cúpula que marca las reglas y las directrices; desde luego la pugna se ha llevado in extremis, hasta límites que algunos han calificado de no tener cordura. Ha sido un motivo más de diferencias entre la sociedad, los calificativos otorgados a los científicos, especialmente por el señor presidente de la República, no han hecho más que desencadenar discrepancias, que se manifiestan en diferentes foros y medios, y sobre todo en las redes sociales.

María Elena Álvarez-Buylla Roces
María Elena Álvarez-Buylla Roces (Foto: El Universal).

Pero podría haber algo más, la conducta de la FGR ha sido o ha tenido actitudes desbordadas; primero acusa de peculado a individuos que para efecto del hecho no tienen un cargo público, sino que dirigen una Asociación Civil patrocinada por el gobierno federal. Acusan a los implicados de un fraude por el total de los fondos transferidos durante más de 10 años; es muy difícil que la totalidad de los fondos haya sido malversado, imputan los delitos de ejercicio con fondos de procedencia ílicita y delicuencia organizada, las leyes y las normas para este delito fueron creadas para perseguir al crimen organizado, especialmente el narcotráfico; y para colmo, pide que los 31 purguen cárcel preventiva oficiosa en una prisión de alta seguridad, ninguno de los acusados parece tener antecedentes penales, tienen domicilio plenamente determinado y los posibles montos en litigio no lo parecen justificar.

La FGR ha buscado las órdenes de aprehensión en dos ocasiones, la que el juez correspondiente les ha denegado, pero han manifestado que lo harán nuevamente. Un subprocurador, en una entrevista televisiva, hizo una intensa defensa de la acusación y de la necesidad de detener y encarcelar a los implicados. Tan intensa parece que en las redes sociales han distribuido la posibilidad de que esto se deba a una actitud revanchista del fiscal Gertz Manero ante la negativa de los comités del Conacyt (todos de administraciones anteriores) para aceptarlo como Investigador Nacional; distinción que le fue otorgada hace unos días (a traves de un comité formado específicamente para el caso) y con el nivel máximo del Sistema Nacional de Investigadores el III. No puedo aseverar que los 31 imputados sean totalmente inocentes del mal uso de dinero que se les acusa, pero primero que nada hay que mantener la presunción de inocencia, segundo, todos deben ser adecuadamente juzgados y considerarse que el FCCT era auditado periódicamente, sin haberse determinado desviaciones y no se les puede acusar por el total del dinero suministrado, puesto que funcionaron con resultados ostensibles mucho tiempo.  

Tan sólo espero que con estas leyes sobre el manejo de fondos de procedencia ílicita y de delicuencia organizada, no suceda lo que aconteció con las leyes que juzgaban y castigaban la disolución social. Esta ley surge a principios de los 40, en un entorno que parecía hacerla necesaria, la guerra mundial, la participación de México en ella y después la polarización de la política mundial, pero el delito y la ley persistieron y fueron utilizados más para amdrentar a los enemigos políticos que para buscar y juzgar el delito.

Gertz Manero y Conacyt
Gertz Manero (Foto: Contrapeso Ciudadano).

En un escrito reciente Ricardo Raphael desliza la posibilidad de otra razón para esta diferencia tan marcada y que desemboca en una lucha feróz. Como hemos venido diciendo, Julia Tagüeña y María Elena Álvarez-Buylla proceden del exilio español en México, consecuencia de la Guerra Civil Española. Arturo Álvarez Buylla (el abuelo de María Elena), quien ocupaba el cargo de Alto Comisario de la República en Marruecos, fue fusilado en los primeros momentos de guerra; Ramón (el padre), que había perdido el contacto con la familia por los avatares de la contienda, siendo un adolescente fue enviado a Rusia para entrenarse como aviador, pero acabó preparándose como médico y científico, y en 1947 apareció en México, donde se desarrolló brillantemente como lo detallo arriba; varias versiones mencionan que fue a través de gestiones de Dolores Ibarruri, pero en aquella época La Pasionaria no dejaba salir a nadie de su partido ni de su control.

El abuelo materno de María Elena Álvarez-Buylla fue Wenceslao Roces, destcado jurista, político y traductor que durante la guerra fue Subsecretario del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes, fue uno de los encargados de buscar fondos en el extranjero para que la República enfrentara la batalla, y destacado miembro del partido comunista. También fue uno de los encargados de recoger las monedas que formaron el Tesoro del Vita y que luego se perdió en México, seguramente sin ninguna responsabilidad de Roces, pues él no estaba entonces en nuestro país. Se exilió primero en Francia y luego viajó a Sudamérica, pero en 1942 llegó a México y aquí se instaló como un muy destacado profesor y traductor. En 1977, después de la muerte de Franco y con las primeras elecciones, alcanzó a ser Senador por el partido comunista del primer gobierno parlamentario en España, al término volvió a México.

Los padres de Julia Tagüeña tuvieron una historia también conmocionada y diversa, su padre, Manuel, al terminar los estudios en ciencias físico-matemáticas, se enlista en el ejercito repúblicano siendo ya suboficial al inicio de la guerra. Durante ella se destacó y llegó a ser muy importante en la Batalla del Ebro, donde inicia la pérdida total de la República. Asimismo, se destacó como oficial, estando sólo por encima el general Rojo; a la pérdida de la batalla pasa primero a Francia y después por indicaciones del partido comunista se exilia en Rusia, donde continua su adiestramiento militar, aunque pronto se convierte en profesor de la propia academia militar, y al mismo tiempo estudia medicina hasta culminar los estudios. Pronto se desencanta del estalinismo y primero vive en Yugoeslavia como asesor militar de Tito, quien ya había empezado a separarse de Stalin, posteriormente consigue establecerse como profesor en la entonces Checoeslovaquia, en Brno, y finalmente logra trasladarse a México, a donde llega en 1955. Renuncia a su carnet del partido comunista, lo mismo hace su esposa quien era miembro desde 1936.

Tuvo una difícil instalación en nuestro país, se desarrolló como médico y llegó a ser director médico de un laboratorio; durante su estancia en Checoeslovaquia nace Julia Tagüeña. El éxodo de la familia es narrado por Carmen Parga, su esposa, en un libro entrañable: Antes que sea tarde. Manuel Tagüeña escribió unas memorias, Testimonio de dos guerras, que no he logrado leer. Los miembros del exilio en México no conformaban un grupo homogéneo, no lo era ya durante la guerra, y las diferencias entre socialistas, anarquistas, comunistas o simples republicanos, eran considerables.

Antes que sea tarde-libro, Carmen Parga

Pienso, o quiero pensar, que estos dos últimos aspectos, que quizá me he excedido al relatarlos, no tienen trascendencia en los graves problemas que en la actualidad tenemos con la ciencia. Si no es así tendremos que dar la razón a la senadora Lily Téllez, quien recomienda el libro de Mario Puzo, El Padrino, en él que el personaje principal asevera que en esta vida “Todo es personal”.

Veremos en qué termina la disputa. Deseando que sea con los menores daños posibles.


Lecturas recomendadas:

Cabrero Mendoza, Enrique, Víctor G. Carreón Rodríguez, Miguel A. Guajardo Mendoza. México frente a la sociedad del conocimiento. La difícil transición. CIDE. Siglo XXI Editores. México, 2015.

De la Fuente, Juan Ramón. “Ciencias biológicas y de la salud”.  En Juan Pedro Laclette y Patricia Zúñiga-Bello (eds). El debate de la Ciencia en México. Múltiples visiones un mismo compromiso. 2010.

Foro Consultivo.

Méndez Sánchez, Fernando. “Algunas reflexiones históricas sobre el delito de disolución social”. Revista A&H UPAEP. 2010; 13:32-49.

Parga, Carmen. Antes que sea tarde. 4ª ed. Ateneo Español. México, 2018.

Raphael, Ricardo. La ciencia de judializar las pasiones personales. Milenio. 25 de septiembre 2021.

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4 respuestas a “Diferentes formas de entender la ciencia”

  1. Mas allá de las pugnas actuales sobre los 31 científicos imputados por FGR por delitos muy graves, que como Usted bien dice tendrá que dirimirse en el campo judicial, me ha gustado mucho el relato tan amplio que hace de las dos familias de dos de las actoras centrales, Alvarez-Buylla y Tagueña, en esta pugna entre CONACYT y el FCCT, es muy interesante el origen que comparten con familias que lucharon en la guerra civil española en el bando republicano y que padecieron mas o menos las mismas injusticias, que tuvieron que partir al exilio y que sus familias están ligadas a la ciencia, esto es muy interesante y para mi hasta este momento que lo leo en su escrito lo conozco y de como ahora estando también ellas involucradas con la ciencia a muy alto nivel puesto que las dos son reconocidas científicas se encuentran confrontadas en una visión completamente distinta de lo que debe ser la ciencia. A veces se podría pensar que la formación que recibimos de la familia nos va a conducir por los mimos caminos aprendidos, pero la realidad es que no.

  2. Al leer su escrito me gusta la relatoría que hace tan exacta de los hechos y el enfoque que le da al caso sin apasionamientos ni decantándose de un lado u otro del problema, situación que se ha presentado en la mayoría de los periodistas y personas que se han expresado en relación a este caso.

  3. Que interesante análisis de estos dos actores del problema actual de los científicos. Es interesante que estando unidas en un mismo ideal en sus orígenes, se encuentren encontradas por enfocar actualmente de manera distinta la ciencia actual y lo que se espera de ella.

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