A pesar de un gran revuelo, las autoridades del CONACYT consiguieron postular y nombrar a un director del CIDE a quien nadie aceptaba, José Antonio Romero Tellaeche, llega a la conducción del CIDE en contra de la opinión de profesores, investigadores, alumnos y trabajadores; así de como de la comunidad intelectual y docente del país, La Dra. González Buylla tuvo que realizar diversas maniobras, que incluyeron cambios en reglamento y estatutos para conseguir el nombramiento del nuevo director. Como escribíamos en una nota anterior el CIDE se crea en los años 70 producto de una idea de una economista destacada formada en México con estudios de posgrado en Escocia, producto del exilio español posterior a la Guerra Civil, a su regreso después de su formación de posgrado intenta sin conseguirlo ingresar a la UNAM, de donde había egresado inicialmente y entonces se hace cargo de la carrera de economía en la Universidad Anahuac.
Se percata que en México no existen muchas posibilidades para los estudiantes que quieren hacer de estudios de posgrado en Economía. Diseña un plan y lo presenta a destacados economistas que trabajaban en el gobierno en turno, les parece adecuado y el presidente Echeverría lo avala dotándolo de permisos, autorizaciones y presupuesto. Así nace el CIDE con una vocación para educación de posgrado y la investigación. Para que un proyecto así tenga éxito se requiere oportunidad para plantearlo, elaborar un plan correctamente y además fortuna, todo eso sucedió. A lo largo de los años el CIDE ha crecido, se ha diversificado, ha incluido profesores e investigadores, desde luego mexicanos pero también provenientes de otros países, muchos de ellos en condición de exiliado, como sucedió con varios chilenos y argentinos, y ha conseguido ser una institución modelo en la educación, tiene varias licenciaturas y muy prestigiados estudios de posgrado en diversas áreas, se ha mantenido con altos estándares de calidad por varias razones, una de ellas es la constante y estricta evaluación de sus profesores e investigadores, que tienen que tener una alta producción de calidad para permanecer en el centro. La otra está constituida por los altos niveles de exigencia con los alumnos de diversos grados, tanto en su selección como en el egreso. Todo sin un crecimiento desmedido de la matrícula, pero si en su producción científica. Se requiere que los investigadores tengan y mantengan una producción científica adecuada cuantitativa y cualitativamente, además de las evaluaciones externa hechas entre otros organismos por el Sistema Nacional de Investigadores (SNI) existen, o existían, comités internos, muy exigentes que evalúan, o evaluaban, a los investigadores.
Por supuesto que en el CIDE convivían diversas conductas ideológicas, que estuvieron siempre sustentadas en argumentos realizados tanto de manera oral como escrita, lo que formaba parte de la producción de los investigadores y por supuesto influía en la formación de los alumnos. En 40 años consiguió niveles de producción educativa, de investigación y un prestigio nacional e internacional muy relevantes.
Pero súbitamente al jefe máximo de la 4T un día se le ocurrió comentar que el CIDE estaba tomado por los neoliberales y conservadores, ya en varias ocasiones lo ha hecho con la UNAM, aunque sin resultados; desafortunadamente en el CIDE si obtuvo respuesta de algunos pocos al interior, pero sobre todo en el CONACYT que es el órgano rector del CIDE, destituyo al director en turno y nombró a Romero Tellaeche, en la primera intención no consiguió que tomara posesión, sin embargo en una serie de reuniones, probablemente irregulares, consiguió modificar Estatutos y Reglamentos que le permitieron hacerlo.
A su llegada Romero Tellaeche, que es un economista bien formado con estudios de posgrado en universidades prestigiadas, desmanteló los comités, los consejos docentes y de investigación o cambió a sus miembros, en búsqueda de un pensamiento o corriente única, y la búsqueda de la satisfacción de sus líderes, aunque sacrificará con esto, pilares fundamentales del CIDE, que tanto había costado construir, la calidad de los alumnos egresados y la producción científica de sus investigadores. Por supuesto ha habido actitudes hostiles y de bloqueo a los miembros del CIDE, independientemente de su prestigio y de su producción, que no están de acuerdo con él y con el grupo que lo ha seguido; siempre hay quien se añada a estos proyectos aunque su calidad y su reputación no sean las mejores.
Hace sólo unos días Ugo Pipitone, un prestigiado economista, nacido en Italia (1946) y graduado en la Universidad de Roma, renunció al CIDE. Ha sido profesor e investigador en diversas universidades y desde hace 35 años formaba parte del CIDE donde alcanzó la distinción de ser nombrado Emérito, pero además el respeto y el cariño de su comunidad y consiguió publicar la mayor parte de sus 22 libros y múltiples ensayos publicados en diversas revistas. Las razones de su retirada del CIDE quedan claramente justificadas en un escrito, Adiós al CIDE, publicado en su plataforma, ugopipitone.com; es un magnifico escrito en el que explica las razones que fundamentalmente consisten en el desmantelamiento de la diversidad y calidad y búsqueda de una corriente única al servicio de un líder; desde luego con argumentos muy sólidos desvirtúa la acusación de neoliberal al CIDE, destacando la diversidad de las publicaciones conseguidas a través de los años. Comenta también que influyó su edad, aunque acepta que ésta fue una razón secundaria. La pérdida del CIDE es considerable, por las aportaciones que seguramente es capaz de realizar, que seguramente hará desde otro sitio, pero sobre todo por la pérdida de un Roll Model esplendido, Si consideramos que el ejemplo (el roll model) es fundamental en la enseñanza y la investigación, podremos entender lo que pierde el CIDE, sus alumnos y sus investigadores, con la salida de Pipitone.
Es increíble que en contra de las razones de intelectuales, profesores, investigadores y alumnos los cambios operados en el CIDE, operados desde el CONACYT, pero gestados aún más arriba, se hayan conseguido, la tenacidad, ¿tozudez?, de sus operadores, envuelta en la bandera de una verdad única e inflexible, es digna de mejores causas.
Cuando un Profesor Emérito se retira de una institución educativa, en general es despedido en una ceremonia, que honra su trayectoria y su presencia en la universidad o escuela que se trate. Aquí solo hubo un mensaje electrónico de Francisco Javier Aparicio Castillo, miembro del nuevo Consejo Consultivo del CIDE, Aparicio es un economista con posgrados, pero que aún no logra ingresar al SNI, y que no sabemos si lo realiza a título personal o del propio CIDE. El mensaje dice: anciano respetable, ardido por perder sus privilegios. Inusitada forma de acompañar la despedida de un EMERITO.
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