El pasado mes de abril se difundió que había aparecido un nuevo libro de Mario Vargas Llosa, esta vez sobre la obra de Benito Pérez Galdós se llama La mirada quieta (de Pérez Galdós) (Alfaguara México 2022). Tardó en llegar a México cerca de dos meses, pero finalmente llegó y lo pude leer.
Vargas Llosa es uno de mis autores favoritos, lo descubrí en 1966 al leer la Casa verde, me quedé absolutamente impactado y después he ido leyendo todo lo que iba apareciendo (cuando menos las novelas y los ensayos), por supuesto leí retrospectivamente Los Jefes (1959), Los Cachorros (1967) y La ciudad y los perros (1962, debo comentar que con ésta su primera novela recibió el Premio Biblioteca Breve, es decir, debutó (indudablemente merecidamente) con un gran éxito de crítica y de público, que ha mantenido a lo largo de estos más de 60 años.
Ha recibido muchos premios, probablemente todos los que existen, destacan el Premio Príncipe de Asturias (1986) el Premio Cervantes (1994) y el Premio Nobel (2010). Su obra es muy extensa, además de sus exitosas novelas (19), ha escrito 10 obras de teatro, entre sus libros de ensayo, que son muchos, está: Como pez en el agua (1993) en el que relata y analiza su aventura política como candidato a la presidencia del Perú, tiene muchos estudios literarios, algunos son extraordinarios.
Su interés por la cultura y la lectura ha quedado perfectamente destacado en toda su obra, además de la obra escrita, ha coordinado diversas colecciones literarias, escrito una enorme cantidad de prólogos para obras publicadas en sus colecciones, tiene publicadas además una gran cantidad de libros de otro tipo entrevistas, críticas etc.
Entre los ensayos literarios, en mi opinión, destaca La orgía perpetua: Flaubert y Madame Bovary 1975 (Seix Barral 2ª reimpresión México 1991) en la que destaca y elogia, la escritura de uno de sus autores favoritos, y autor de una de sus obras favoritas. Destaca el impacto emocional que su lectura ha tenido desde su primera lectura a lo largo de los años.
Otra obra muy interesante es Carta de batalla por Tirant lo Blanc, escrito entre 1968 y 1991 publicado Seix Barral en 1991 (Seix Barral 2ª reimpresión México 1992), en el que defiende a la novela de caballería como el sustrato de toda la novela posterior y a Joanot Martorell como el creador de la primera (Tirant lo Blanc), Vargas Llosa desempolvó la obra y consiguió su publicación y difusión, con éxito que continua hasta el momento.
En La tentación de lo imposible (2004) analiza, revisa y comenta la obra de Víctor Hugo, mostrando a Los Miserables como la gran novela romántica de todos los tiempos, destacando que el autor es un gran escritor y político. (La tentación de lo imposible. Víctor Hugo y Los miserables. Alfaguara. México 2004).
En El viaje la ficción: El mundo de Juan Carlos Onetti (2008) nos hace la descripción de otro de sus autores favoritos y como la ficción en su obra, que es muy abundante y destacada, consigue balancear su vida llena de problemas entre los que destaca la depresión. Nos dice Vargas Llosa que la respuesta a la derrota cotidiana es la imaginación, que además es el origen de la literatura al buscar un mundo fantástico. (El viaje a la ficción. El mundo de Juan Carlos Onetti. Alfaguara. México 2009).
En Medio siglo con Borges (2020) reúne una serie de publicaciones efectivamente realizadas a lo largo de muchos años y publicados previamente en diversos medios. Nos muestra su admiración por Borges y nos refiere que desde la primera vez que lo leyó lo capturó y ahora cuando lo relee no solo no lo decepciona si no que sigue aprendiendo de él. (Medio siglo con Borges. Alfaguara. México 2020)
Tiene varias obras más del mismo tipo: La verdad de las mentiras, Ensayos sobre la novela moderna (1990), Cartas a un joven Novelista (1997), La civilización del espectáculo (2012). La primera obra publicada de este tipo es García Márquez Historia de un deicidio (1971), en su primera publicación se tiraron muy pocos ejemplares y no se volvió a publicar, muchas historias surgieron a su alrededor, entre ellas que era la ruptura entre García Márquez y Vargas Llosa. Los ejemplares en las librerías de viejo alcanzaron precios desorbitados, recientemente se publicó y fue de fácil acceso; es un ensayo que no me dijo mayores cosas, quizá porque está escrito cuando la obra de ambos era muy joven.

La justificación de la obra que comentamos (La mirada quieta [de Pérez Galdós]) la establece Vargas Llosa en que durante una plática con Javier Cercas y Antonio Muñoz Molina, Cercas es un escritor muy destacado con muchos premios una obra abundante y muy bien acogida por el público y la crítica. Muñoz Molina es un muy destacado escritor con una larga obra, con muchos premios recibidos entre ellos el Cervantes, Cercas comentó que Pérez Galdós no le gustaba y Muñoz Molina que si lo leía y admiraba, Cercas poco después en su columna semanal en El País, escribió una nota mucho más moderada.
El caso es que Vargas Llosa reflexionó que había leído a Pérez Galdós, que sólo se había acercado a Fortunata y Jacinta en su juventud. Vino la pandemia, la reclusión y decidió leer toda la obra de Pérez Galdós, lo hizo durante 18 meses, en el libro nos comenta 28 de las novelas de don Benito, aunque oficialmente son 32 y aun hay que agregar a Rosalía descubierta en 1979.
Algunos dicen que al dorso de los originales de uno de los Episodios Nacionales, otros que es al dorso de Gloria (Rosalía, edición de Alan Smith. Ediciones Catedra. Madrid 1983) además de los Episodios Nacionales que están formados por 42 obras, el revisó 24 obras de teatro, en total leyó 94 obras, quiere decir que leyó más de una obra a la semana (1.2) es una tarea titánica.
A lo largo de La mirada quieta, Vargas Llosa reconoce muchos de los méritos de Pérez Galdós, como que es el autor español más importante del siglo XIX, que algunas de sus novelas son trascendentes, pero en muchos espacios recibe críticas muy fuertes, como decir que no revisaba sus obras y que lo que necesitaba era publicarlas, que otras de sus novelas son francamente malas (La Fontana de Oro) y otras críticas, lo considera como un autor teatral fracasado.
Muchas de sus obras teatrales son adaptadas de novelas, pienso yo que no tuvo un adaptador diestro, ni un guionista adecuado, ni tampoco directores, ni elencos adecuados.
Unos años después sus obras pasaron a ser grandes creaciones cinematográficas, Buñuel dirigió Nazarín (1950) en una adaptación mexicanizada, con grandes actuaciones de Francisco Rabal, Marga López y Rita Macedo, que fue un gran éxito; aun más exitosa fue Viridiana (1961), también dirigida por Buñuel, basada en la novela Halma y que incluso recibió la Palma de Oro en el Festival de Cannes, con la destacada actuación de Silvia Pinal; y Tristana (1970) con Fernando Rey y Catherine Deneuve, que fue candidata al Oscar.
Varias de sus obras fueron llevadas al cine en México, con éxito, Doña Perfecta (1950), Misericordia (1953), La loca de la casa (1953). En 1979 Radio y Televisión Española montó una serie para televisión de Fortunata y Jacinta, dividida en 10 capítulos y que con la actuación esplendida de Ana Belén como Fortunata, fue un total acierto con éxito de público y crítico; creo que la obra de Pérez Galdós ahí estaba y ahí está para ser llevada al cine, a la televisión y al teatro.
En la Orgía perpetua, Vargas Llosa menciona que hay tres maneras de hacer la crítica de una novela, la primera es individual: es subjetiva y está dada por la impresión que ocasiona en el lector; la segunda es absolutamente objetiva y está formada por el análisis de las fuentes, como se lleva en el tiempo, como se utiliza el lenguaje y como se estructura; y la tercera está dada por el impacto de la obra en el presente y posiblemente en el futuro de la literatura.
Creo que lo que pasó es que Vargas Llosa se dio a la magna tarea de leer todo (o casi todo) lo escrito por Pérez Galdós de una sola tacada, lo que quizá ocasionó que la primera parte de lo mencionado el impacto subjetivo de la mayoría de las obras no sucediera.
No soy quien para comentar o discutir el análisis estructural que hace Vargas Llosa, pero la trascendencia literaria de Pérez Galdós es evidente, se sigue leyendo se hacen ediciones nuevas y escritores tan destacados como Javier Cercas, Antonio Muñoz Molina y Mario Vargas Llosa, se siguen ocupando de él, y ya se cumplieron 100 años de su muerte.