En sociedades profundamente desiguales con altos niveles de marginación y discriminación, los derechos sociales buscan generar igualdad de oportunidades para mejorar las condiciones de grupos vulnerables que han sido tradicional y profundamente excluidos por parte del Estado.
El cumplimiento de estos derechos es un reto para cualquier gobierno del mundo, sin embargo, existen algunas rutas que han resultado efectivas en el combate contra la desigualdad, como la focalización de políticas públicas a través de acciones y programas progresivos e incluyentes hacia las comunidades marginadas.
La efectividad de estas acciones está estrechamente ligada con la existencia de mecanismos de identificación que permiten la generación de padrones. Asimismo, es importante resaltar que, bajo este esquema, el ciudadano tiene que ser el eje central de estos derechos, considerando su participación y proactividad en favor del desarrollo comunitario territorial, de su entorno en el que convive y comparte, de la movilidad social, del fomento a la solidaridad, de la cohesión social y la seguridad de él, su familia y su hábitat.
La participación de los grupos vulnerables en el cumplimiento de los derechos sociales también considera el marco del ejercicio cada vez más sostenido en los Derechos Humanos. En donde el ciudadano se vuelve copartícipe de su desarrollo, del valor social proactivo y cultural de su entorno; al generar la capacidad y habilidad para potenciar su capital social desde su condición y autenticidad.
La potenciación de habilidades y capacidades tiene que centrarse en el desarrollo educativo, productivo, cultural, deportivo, recreativo de su habitabilidad y entorno participativo.
En el ámbito presupuestario se debe proyectar la inclusividad con perspectiva y metodología valorativa de Derechos Humanos, con criterios de justiciabilidad para los que han quedado fuera de la línea base del bienestar y requieran atención directa de las autoridades locales, puedan acompañar su desarrollo, reconocimiento e inserción en un eje de mejora y satisfacción de necesidades esenciales como la educación, salud, alimentación y nivel de vida.
Estos son pisos mínimos para los esquemas de cumplimiento de protección social y movilidad que el entorno internacional menciona para hablar de desarrollo y crecimiento de política de desarrollo social. Como el indicador del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), que manifiesta que el Índice de Desarrollo Humano (IDH) se proyecta sustentando en acciones, presupuestos y accesibilidad a: servicios de salud, educación de calidad e ingreso para una vida digna.
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