Tolerancia, activo intangible esencial para convivencia pacífica
Manfredo Martínez

Sociedades del Siglo XXI

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No se puede avanzar en sociedad sin una cultura de apertura al consenso, que no es más que un llamado a potenciar el encuentro humano.

Lectura: ( Palabras)

Es interesante ver la disciplina de la comunidad musulmana a escala global a través del ejercicio del Ramadán que se extendió este año del 22 de marzo al 20 de abril como un tiempo de recogimiento, mayor acercamiento a Dios y purificación del alma mediante la autodisciplina y autosacrificio a través de profesar el Islam. Posteriormente al Ramadán –entre el 21 al 23 de este mes– se han reunido en distintas partes del mundo para celebrar las bendiciones de Allah, una especie de paralelismo con la pascua de las otras dos grandes religiones monoteístas, judaísmo y cristianismo.

No cabe duda que la libertad de culto es una de las necesidades que más se debe proteger a lo interno de nuestras sociedades en tanto se tutela el derecho a “creer” en una deidad, que evidentemente es concebida de acuerdo con códigos culturales heredados en primera instancia y aprehendidos en segundo lugar a partir de las posibilidades de diseminación del mensaje que han tenido a lo largo de la historia estas tres confesiones.

Decía hace un poco más de un lustro en un escrito para El País de España el teólogo y columnista Juan José Tamayo que, estas tres religiones podrían ayudar a “cambiar” la realidad “si renuncian a sus fundamentalismos y asumen el pensamiento crítico”, por medio del diálogo intercultural, el encuentro intercivilizatorio y la convivencia pacífica.

Y es esa impostergable necesidad de potenciar una cultura de paz a todos los niveles la que rescata Soliman El Sonity Mohamed, líder musulmán egipcio residente en Honduras hace 28 años, experto en la industria alimentaria veterinaria para quien “el Islam viene de la palabra paz” y se remite por ejemplo a su saludo tradicional Salam alaikum cuyo significado “que la paz sea contigo” busca “contagiar” a “el otro” y cree que el respeto al libre albedrío es una garantía de paz en tanto, “en la vida todos somos hermanos”.  

En ese sentido, pienso que lo realmente importante es construir “sólidos” puentes para el diálogo interreligioso que fomente la idea de marchar hacia un horizonte común, el de una humanidad fraterna que anule todo fanatismo y ello pasa por la instauración de verdaderos liderazgos que inviten a la cimentación de una cultura de vida en donde prime la erradicación el estigma y la discriminación por pertenecer a una u otra denominación religiosa.

En definitiva, no se puede avanzar en sociedad sin una cultura de apertura al consenso, conscientes de la boyante interculturalidad actual que no es más que un llamado a potenciar el encuentro humano –a pesar de las evidentes diferencias socioculturales–, antes que el establecimiento de líneas rojas.   

Posdata: Después del Ramadán, los creyentes en el Islam celebran dos meses más adelante el “Día del Peregrinaje” que recuerda la obediencia de Abraham a Dios cuando fue puesto a prueba al pedirle sacrificar a su hijo Isaac y finalmente Allah le indicó detener ese holocausto y en cambio le proporcionó el cordero para la oblación respectiva. Es de hacer notar que, el Islam fue fundado por Mahoma, nacido en la Meca, Arabia Saudita. Por otra parte, musulmán significa “soy sometido a su voluntad señor” cuya expresión es atribuida a Abraham en el contexto de la escena narrada en relación al indicado sacrificio de Isaac en aquel entonces, y tiene que ver con la obediencia.  

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