Los servicios médicos dentro de un esquema de seguridad social nacen en México en 1943 con la creación del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS); el que nace, al igual que estaban naciendo esquemas o programas parecidos en otros países, alrededor de los trabajadores formalmente establecidos, costó unos años que fuera aceptado y se estableciera, pero finalmente lo consiguió y para la década de los años 60, los servicios médicos estaban plenamente establecidos en toda la República y los trabajadores y sus familias tenían cubiertas prácticamente todos los padecimientos a los que pudieran estar expuestos.
Desde su fundación se creó un tercer nivel con hospitales muy bien conformados, un segundo con hospitales auxiliares y desde el inicio se intentó un primer nivel de atención que al cabo de los años se ha fortalecido, independientemente que hayan surgido problemas que deben solucionarse. El ISSSTE nace en 1960, aunque en realidad empieza a operar hasta 1963, para atender a los trabajadores del Estado y sus derechohabientes, su establecimiento fue más rápido aunque claramente sucedió de manera centrifuga, nació en la capital y se fue extendiendo a los estados; pero para 1964 tenía ya un gran hospital central, algunos periféricos y un sistema de atención de primer nivel con muchas clínicas estratégicamente distribuidas. El servicio de atención médica a poblaciones especiales, como la de los militares, los marinos, los trabajadores de PEMEX, fueron puntualmente establecidos y funcionan hasta la fecha con dificultades pero con éxito, al igual que el IMSS y el ISSSTE.
El problema o las carencias estuvieron siempre en la atención de la población que no cuenta con un trabajo y un salario estable, unos por no tener trabajo y otros por no formalizar la relación patronal. Siempre se intentó cubrir las necesidades de esa población, la creación de Hospitales Civiles en los estados, generalmente en su capital, y el establecimiento de un muy grande y extendido sistema de Centros de Salud intentaron conseguirlo, creo que siempre de manera incompleta, primero porque la cobertura ante enfermedades no era completa o total, segundo porque aunque las instalaciones estuvieran muy extendidas no alcanzaban a cubrir satisfactoriamente las necesidades, tercero, aun en los sitios en que estaban establecidos frecuentemente no resultaban suficientes. Para organizar, gestionar estos tan complejos recursos y atender las necesidades, siempre enormes, la Secretaria de Salud contaba ( o cuenta) con una Dirección General que se llamaba (o llama) Servicios Coordinados de Salud en los Estados; complicado resultaba dado que las instalaciones y su personal tenían o podían tener una triple dependencias, estatal, municipal y federal.
Desde su establecimiento participaron en la atención del primer nivel, los pasantes en Servicio Social fueron (o son) el personal responsable en muchos de los Centros de Salud, desde la creación del Servicio Social en la carrera de medicina por el Dr. Gustavo Baz, fue concebido para atender este gran vacío. Desafortunadamente la participación de los pasantes de medicina no fue actualizada, no fue modernizada, y se fueron convirtiendo personal de atención (barato e insuficiente) que permitió no crear plazas para médicos que se fueran haciendo responsables de la atención de primer nivel en los Centros de Salud.
Con todo esto en el sexenio del presidente Salinas con el maestro Kumate en la secretaría y después más claramente con el presidente Zedillo y de la Fuente y González Fernández como secretarios se estableció un sistema que se llamó Extensión de Cobertura , que intentaba, eso, ampliar los servicios y su calidad. Se ampliaron los presupuestos y se establecieron mecanismos de coordinación más cercanos que intentaban más eficientes con los gobiernos estatales, para hacer más eficiente el sistema, algunos logros se obtuvieron pero evidentemente insuficientes.
Julio Frenk como secretario de Salud del presidente Fox, estableció un mecanismo novedoso, el Seguro Popular, que no era un sistema o un programa de atención, sino un sistema de financiamiento; que aportaba los recursos para la atención de enfermos con padecimientos específicos, para la atención de los pacientes se utilizaron los recursos humanos y físicos con los que contaba tanto el gobierno federal como los gobiernos estatales, el programa continuó en los gobiernos de los presidentes Calderón y Peña Nieto, a lo largo del tiempo se fueron ampliando los padecimientos y las circunstancias que eran cubiertas por el sistema del Seguro Popular ampliando los presupuestos que lo respaldaban, y se establecieron medios de coordinación que lo fueron haciendo más eficiente.
Al llegar al poder el presidente López Obrador, descalificó absolutamente al Seguro Popular y a los sistemas de salud estatales, aduciendo ineficacia y deshonestidad, especialmente en la compra de medicamentos; a pesar de muchos señalamientos al respecto, nunca se hizo una demanda penal al respecto, mucho menos una sentencia acerca de las deshonestidades señaladas. Además de desmantelar el Seguro Popular se modificó o sustituyó el mecanismo de adquisición de material de curación y medicamentos; además se intentó (se logró en algunos casos) recentralizar los sistemas de salud que habían sido descentralizados, para el buen funcionamiento; todo se hizo a través de un organismo creado especialmente para ello, el INSABI.
Al frente de él se puso a un antropólogo sin experiencia ni en Seguridad Social ni en Sistemas de Atención a la Salud, aunque el director del INSABI estuvo rodeándole gente con conocimientos y experiencia no se consiguió establecer un sistema eficiente de atención, el presupuesto con el que se le dotó fue muy similar al asignado en 2018 al Seguro Popular, después de haber hecho grandes críticas al sistema de adquisición de medicamentos, atribuyéndoles especialmente deshonestidad, se cerraron muchos de los canales establecidos y se buscaron otros, aunque se dijo siempre que los resultados eran buenos y se obtenía un abasto de medicamentos y material de curación adecuados, las quejas fueron y siguen siendo múltiples, incluso en varias ocasiones diversas autoridades incluyendo al presidente de la República, lo reconocieron y prometieron solucionarlo.
El INSABI intentó establecer un sistema de atención en todo el país; incluso inauguró varias instalaciones de primer y segundo nivel, pero al parecer no lo consiguió, no logró un esquema de atención de primer y segundo nivel, por no haber conseguido un adecuado programa de colaboración con los servicios de salud de los estados, unas veces por oposición de los gobiernos estatales y otras por incapacidad para conseguirlo, tanto es así que el titular del poder ejecutivo anunció que a partir de ahora sería IMSS bienestar el encargado de atender a la población no cubierta por algún esquema de seguridad social y que ésta vez se hará paulatinamente y que empezarían por el estado de Nayarit. Ojalá que resulte.
El IMSS Bienestar es un organismo paralelo al IMSS, que proviene de programas del Instituto, para atender a población con marginación extrema y que carecen de empleos contributivos a la seguridad social, aunque existen antecedentes puntuales desde 1954, es en 1979 que nace el programa IMSS Coplamar, que en 1989 cambio de nombre para llamarse IMSS Solidaridad y en 2002 a IMSS Oportunidades y en 2019 se le llamó IMSS Oportunidades, se ha dedicado a atender a la población marginada y muy marginada, danto atención médica de primero y segundo nivel, además que ha apoyado a diversos programas sociales como el de Oportunidades en el sexenio pasado. Los resultados han sido muy exitosos si observamos que el porcentaje de vacunación en la población atendida ha oscilado entre 98 y 100%, que a lo largo de estos años la mortalidad de niños menores de 5 años descendió de 19.5 fallecidos por cada 1000 nacidos vivos en 1990 a 7.5 en 2013 y que la mortalidad materna en su población atendida descendió de 65.9 por cada 100000 nacidos vivos en 2007, a 23 en 2013. Para ello se diseñado diversos programas muy interesantes, con programas muy cercanos en el primer nivel de atención, la atención de partos por parteras calificadas y la participación del servicio social profesional de los especialistas que cursan su especialidades en sedes hospitalarias del IMSS, todo con un presupuesto ajustado que en 2008 fue de 673 millones de pesos y en 2013 de 10188 millones. En 2013 atendió a 11.9 millones de individuos y contaba con 33569 instalaciones de primer nivel de atención y 79 de segundo nivel.
Como podemos observar con los datos anteriores IMSS inicialmente Coplamar y ahora Bienestar ha funcionado muy bien, en acciones específicas y en poblaciones determinadas con un presupuesto ajustado y con el auxilio de algunos recursos del propio IMSS. Si ahora se le va a encargar la atención de toda la población no cubierta con la Seguridad Social, se requerirá dotarlo de los recursos financieros, de personal y de instalaciones físicas adecuadas, sino será nuevamente un fracaso, deberá contar además con una dirección y administración adecuadas para tan enorme responsabilidad, se debe contar con puentes de conciliación que aprovechen las instalaciones físicas y los recursos de personal con que cuentan los estados; hay algunos muy bien dotados como Jalisco, Nuevo León e incluso Oaxaca y otros con carencias o desorganización considerables como Guerrero y Chiapas, habrá que conjuntar todos los esfuerzos y buenas voluntades. Crear un sistema de salud para más de 50 millones de habitantes es una tarea enorme, muy difícil, muy complicada, especialmente si se rechazan los avances y logros que se habían conseguido anteriormente, independientemente que hubiera que hacerles correcciones para incorporarlos a la tarea.
Desde luego deseo todo el éxito para la nueva conformación del sistema de salud.
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