En los últimos meses se ha puesto en evidencia que la regulación del mundo digital es un ámbito complejo y que requiere una atención prioritaria por parte de todos los agentes, especialmente por las instituciones públicas, siendo que la velocidad que tiene esta transformación está siendo vertiginosa.
En México, al igual que en muchos países de Latinoamérica, parece que el desconocimiento y la falta de interés están haciendo que las instituciones públicas vayan a rebufo de las transformaciones claves para la competitividad regional y, por ende, de las empresas y la sociedad en conjunto.
Esta situación está dando pie a la construcción de marcos de regulación y de interacción favorable a los intereses de agentes externos, lo que pone en riesgo la participación de agentes locales, dejando expuestos y sin respaldo a las empresas y ciudadanos, que resultan ser los más afectados en este tipo de cambios.
Una de las transformaciones que ya se vienen dando a nivel global, es el uso de las criptomonedas o divisas digitales, un aspecto crítico para cualquier agente si tenemos presente que los mercados financieros son parte importante del sistema global, sin entrar en el poder que tienen para influir en otros aspectos.
Tomando en cuenta esto, primero es importante recordar qué es una criptomoneda o divisa digital. Las criptomonedas son un activo financiero digital muy volátil, están basadas en la tecnología de blockchain y buscan asegurar la trazabilidad de toda transacción, justificando gran parte de su valor en la tecnología que le respalda.
El valor del mercado de las criptomonedas o divisas digitales es tan incierto que los indicadores más favorables superan los miles de millones de dólares, situación que se refleja en el entorno alcista de los últimos meses impulsado por una serie de factores, incluido el debut comercial público de Coinbase, que se valoró en más de 100,000 millones de dólares, así como el nombramiento de Gary Gensler, favorable a las criptomonedas, como presidente de la Comisión de Bolsas y Valores (SEC).
Además, el respaldo de celebridades a ciertas criptomonedas también ha ayudado a aumentar el precio de algunas de éstas; Elon Musk, CEO de Tesla, y Guy Fieri, presentador de Food Network TV, situación que sólo contribuye a que la burbuja crezca más rápido, dejando a las instituciones públicas a rebufo de los grandes intereses de empresas multinacionales que no tienen como foco principal el desarrollo económico y social de los entornos en los que participan.
En México ya nos hemos visto recientemente en una situación donde la regulación de los datos biométricos ha puesto en evidencia la falta de conocimiento, previsión e inteligencia en términos de transformaciones digitales, y a pesar de que el tema de las criptomonedas o divisas digitales no es nuevo, estamos a tiempo de regularizar nuestros marcos normativos, asegurar la protección de los usuarios, y en ese sentido actuar en consonancia a las necesidades y estrategias que se tengan definidas.
Finalmente, si queremos mantener un entorno atractivo para el desarrollo de sectores estratégicos y con presencia global, tenemos que atender a la regulación de este tipo de cambios, situación que requiere de la integración de aspectos de inteligencia estratégica, que permitan asegurar el entendimiento del entorno, eliminar la incertidumbre pero, sobre todo, la definición de estrategias que permitan atender desde aspectos macro hasta aspectos micro, teniendo siempre en el centro de atención a la sociedad y los tejidos empresariales.
Levantemos la cabeza y miremos al futuro pensando en todo lo que necesitamos para ser y seguir siendo competitivos.
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