Recordando a Jean-Claude Carrière
Pablo Viñamata

Citas desde Barcelona

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Colaborador en algunas de las mejores películas de la historia, fue un personaje que consiguió triunfar dentro de una profesión muchas veces menospreciada: la de guionista.

Jean-Claude Carrière, actor y guionista francés (Imagen: El País).
Jean-Claude Carrière, actor y guionista francés (Imagen: El País).

Lectura: ( Palabras)

Unos días después de que fallecieran dos grandes actores de Hollywood, Christopher Plummer y Hal Holbrook, nos dejó el guionista francés Jean-Claude Carrière el 8 de febrero; el gran colaborador de directores del país galo como Louis Malle, Jacques Deray, Jean-Luc Godard o Jean-Paul Rappeneau. Su relación laboral más conocida fue con el director aragonés Luis Buñuel, con quien escribió el guion de seis películas; todas las de la etapa francesa del director. Carrière también tuvo brillantes colaboraciones con cineastas de la talla de Milos Forman, Volker Schlöndorff, Andrej Wajda, Fernando Truena o Julian Schnabel.

El autor desarrolló una larga carrera que abarcó más de 50 años y en la que escribió guiones originales o adaptó algunas novelas muy conocidas, como: El Tambor de Hojalata (Die Blechtrommel) del escritor alemán Günter Grass, El general del ejército muerto del albano Ismael Kadare o La Insoportable Levedad del Ser de Milan Kundera; adaptadas al cine años después de su publicación.

Además, el guionista francés también fue autor de un gran número de libros: La controversia de Valladolid (1998), La película que no se ve (1997) y Nadie acabará con los libros (2009), coescrito junto con Umberto Eco. También ayudó a Luis Buñuel con la redacción de sus memorias, Mi último suspiro (1980).

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Luis Buñuel y Carrière (Imagen: Cineverso).

Jean-Claude Carrière nació en septiembre de 1931 en el pequeño pueblo de Colombières-sur-Orb, situado en el sur de Francia. Después de la Segunda Guerra Mundial, su familia y él se trasladaron a Montreuil, un suburbio de París, donde regentaron un pequeño café frecuentado por artistas; entre ellos, el famoso músico de jazz Joseph Reinhardt, hermano del mítico Django, una persona que impresionó al joven Carrière. A principios de la década de 1950, se graduó en Literatura e Historia con el objetivo de dedicarse en la enseñanza de esta última, pero finalmente se movió hacia la escritura, publicando su primera novela en 1957, Lezard, inspirada en el bar propiedad de sus padres.

Poco después de la publicación de su primer libro, conoció al cómico y cineasta Pierre Étaix, que a mediados de la década de 1950 era colaborador del director Jacques Tati. Le encargaron a Carrière adaptar a formato de novela, dos de las películas más famosas del cineasta: Les Vacances de Monsieur Hulot (1953) y Mon Oncle (1958). Al mismo tiempo, inició una colaboración con Étaix, que los llevó a dirigir un cortometraje en 1961: Rupture,  y al año siguiente: Heureux Anniversaire, con el que los dos ganaron un premio Oscar al Mejor Cortometraje en 1963. Ese año, Étaix debutó en la dirección de Le Soupirant con un guion coescrito junto con Jean-Claude Carrière. En el Festival de Cannes de ese año, el guionista conoció al cineasta Luis Buñuel; un director muy reivindicado por la Nouvelle Vague, movimiento que había cambiado enormemente el cine francés.

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Jean-Claude Carrière y Pierre Étaix (Imagen: La Jornada).

El productor Serge Silverman iba a producir la primera película en Francia de Buñuel, Le journal d’une femme de chambre, basada en la novela homónima de Octave Mirbeau y protagonizada por Jeanne Moreau. Buscaba un guionista que pudiera trabajar con el director hispano-mexicano y que le ayudara a convertir en guion todas sus ideas y sueños, imbuidos de surrealismo. Los dos congeniaron a pesar de su diferencia de edad y en los siguientes años trabajaron juntos en más ocasiones.

El guionista de 33 años empezó a trabajar con algunos de los mejores directores del momento. En 1965 escribió el libreto de ¡Viva María! de Louis Malle y dos años después, Le Voleur, dirigida por el mismo director. Durante el rodaje de esta película, Carrière recibió el encargo de adaptar una novela de Joseph Kessell, Belle de Jour, que nadie quería adaptar, ya que la consideraban una obra menor. Cuando el guionista le confesó a Malle que iba a adaptarla, este que había rechazado la dirección se sorprendió mucho. La película ganó el León de Oro en el Festival de Venecia de 1967 y fue un éxito; dos años después volvieron a colaborar, director y guionista en La Voie Lactée (1969). También en esta época, escribió dos guiones para el director español de cine de terror, Jesús Franco.

En 1969 inició su colaboración con Jacques Deray, el director francés especialista en género policiaco y en thrillers con dos grandes éxitos, La Piscine (1969), protagonizada por dos de los intérpretes del momento, Romy Schneider y Alain Delon; y la película de gánsteres de los años 30, Borsalino (1970), también protagonizada por Delon y por Jean-Paul Belmondo. En 1972 tanto Buñuel como Carrière alcanzaron un gran éxito con Le Charme discret de la bourgeoise (1972), ya que el guion ganó un Premio BAFTA, fue nominado al premio Óscar y Luis Buñuel ganó el Oscar a la Mejor Película Extranjera. No fue tarea fácil elaborar ese guion, ya que llegaron a realizar cinco reescrituras durante dos años. Se solían cerrar los dos en monasterios, hoteles o paradores varios días para elaborar los guiones, a veces son éxito, pero otras no conseguían escribir ni una línea, como afirmó Carrière en una entrevista inédita en Letras Libres.[1]

Otra película escrita por Carrière ganó el Oscar a la Mejor Película Extranjera: Die Blechtrommel (1979) de Volker Schlöndorff, basada en la novela homónima de Günter Grass, publicada en 1959.  Carrière se convirtió en un experto en adaptar novelas que parecían imposibles llevarlas a la gran pantalla. De hecho, con Schlöndorf volvió a colaborar en 1984, cuando adaptó a Marcel Proust en Un amour de Swain; basada en una de las partes de la gran novela del escritor francés formada por siete volúmenes: À la recherche du temps perdu (1913-1927). O algo más tarde, en 1988 cuando escribió junto con Phillip Kaufman el guion de The Unbearable Lightness of Being, basada en la novela de Milan Kundera. A los guionistas les criticaron por algunos cambios que realizaron con respeto a la novela, pero el propio escritor checo quedó encantado con la película, quien también creía que era imposible adaptarla a la gran pantalla.

Otros grandes trabajos que realizó en la década de 1980 fue Le Retourn de Martin Guerre, de Daniel Vigne y protagonizada por Gérard Depardieu y Nathalie Baye, por la cual ganó un premio César al Mejor Guion en 1983. O sus dos colaboraciones con el genial director polaco Adrezj Wajda con Danton (1982) y Les Possédés (1988), basada en una novela de título homónimo del escritor ruso Fyodor Dostoyevski. Con la primera, basada en una obra de teatro de Stanislawa Przybyszewska sobre la vida del revolucionario francés George-Jacques Danton, se adaptó haciendo claros paralelismos con la situación que vivía Polonia entonces, en medio de una Ley marcial y con una fuerte represión por parte del régimen del General Jaruzelski.

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“Danton” (1982) | Imagen: filmaffinity.

Carrière fue responsable de adaptar otro de los clásicos de la literatura francesa, la obra de teatro Cyrano de Bergerac (1897) de Edmond Rostand, llevada al cine en 1990 por Jean-Paul Rappeneau y protagonizada por Gérard Depardieu, Anne Brochet y Vincent Pérez. El guionista no dejó de trabajar en los años 90 y en el nuevo siglo, con directores como Wayne Wang, Anna Maria Tatò, Jonatahn Glazer y Fernando Trueba en 2012 con L’artiste et son modèle, 2012. Y trabajó de nuevo con el director checo Milos Forman en 2006, con Goya’s Ghosts.

Jean-Claude Carrière no solamente triunfó en el cine o escribiendo novelas, como las anteriormente mencionadas, sino también como dramaturgo; con obras teatrales como L’Aide-mémoire (1968) y Le Mahabharata (1985) basada en el texto mitológico indio del siglo III a.C. Fue una adaptación de nueve horas que se presentó en el Festival de Avignon de 1985 y que fue dirigida por el director teatral Peter Brooks.

Sin duda es uno de los escritores más importantes de la segunda mitad del siglo XX en Francia. Colaborador en algunas de las mejores películas de la historia, fue un personaje que consiguió  triunfar dentro de una profesión muchas veces  menospreciada: la de guionista. Al destacar en su brillante trayectoria y el gran éxito de los filmes donde trabajó, la Academia de las Letras de Francia, le invitó a formar parte de la institución,  nombramiento que él rechazó.

En las entrevistas que le realizaban, siempre se acordaba de su amistad con Luis Buñuel como algo increíble. En 2013, el escritor publicó una divertida segunda parte en la que habla con Buñuel desde la tumba de éste, que se supone es en el cementerio de Montparnasse; a pesar de que el director de Calanda fue incinerado y sus cenizas están en México. Un claro homenaje surrealista del guionista a su amigo fue su última película en la que colaboraron: Cet obscur objet du désir (1977).


Notas:
[1] Entrevista inédita a Jean-Claude, publicada en la página web el 10 de febrero de 2021.

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