¿Libertad o esclavitud? El caso de las redes sociales
Laura Trujillo Liñán

Dilemas, medios y tecnología

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No nos hemos percatado de que las redes sociales han atado una cadena difícil de romper en toda la sociedad, especialmente en los jóvenes, quienes cada vez las usan más y más…

Imagen: El Extremo Sur.
Imagen: El Extremo Sur.

Lectura: ( Palabras)

El surgimiento de Internet ha dado como resultado el surgimiento de diversas plataformas como Facebook, Instagram, Tik Tok, entre otras; a través de ellas las personas pueden manifestar sus experiencias, emociones y sentimientos hacia diferentes aspectos de su vida y la de otros. Esta red universal que llega a todos los rincones del mundo ha abierto posibilidades inimaginables para lograr una comunicación rápida y efectiva. Sin embargo, la misma tecnología que ha abierto estas posibilidades, también puede limitar a las personas en este sentido. Las redes sociales van manipulando a los usuarios a través de la sugerencia de imágenes, videos, productos para comprar, y de esta manera los usuarios piensan que han encontrado los productos que buscaban sin saber que todo se ha preparado y sus datos de búsqueda han sido seguidos a través de algoritmos, provocando a los usuarios atracción hacia ellas; esto, no para buscar el bien común sino para lograr un beneficio económico por parte de las grandes empresas o de las personas que son dueñas de estos emporios.

A lo largo del tiempo, dichas empresas se dieron cuenta del potencial que las redes sociales tenían para poder manipular los comportamientos de las personas, favoreciendo a unos pocos, así que, si bien en un inicio las redes sociales se crearon para compartir experiencias, para tener la posibilidad de comunicarse con conocidos, familiares o amigos que no estaban cerca, ahora, la finalidad tiene que ver con una conformación psicológica de las personas y así de la sociedad. Ataques recientes a la plataforma de Facebook (2017), la culpan de permitir la publicación de noticias falsas y promoverlas en diferentes comunidades. En octubre del 2017, abogados de Facebook, Google y Twitter testificaron en medio de una creciente presión política para investigar a fondo los esfuerzos rusos para influir en la campaña presidencial estadounidense de 2016 y revelar públicamente lo que hicieron.

Trump y redes sociales
Imagen: Télam.

De acuerdo con las investigaciones en torno a este hecho, hasta 126 millones de usuarios de Facebook habrían visto el contenido producido y distribuido por agentes rusos. Twitter dijo que había descubierto que 2,752 cuentas eran controladas por rusos y más de 36,000 bots rusos tuitearon 1.4 millones de veces durante las elecciones. Y Google reveló por primera vez que había encontrado 1,108 videos con 43 horas de contenido relacionado con el esfuerzo ruso en YouTube. También encontró $4,700 en búsquedas y anuncios gráficos rusos (Hamza Shaban, 2019). No es un secreto hoy en día, el apoyo que dio el CEO de Facebook, Mark Zuckerberg, al candidato presidencial para Estados Unidos, Donald Trump. Más allá de brindar al público una imagen más completa de la intromisión electoral, los expertos dijeron que las audiencias simbolizan un reconocimiento más amplio de la importancia que tienen las plataformas tecnológicas masivas en el discurso y la política estadounidenses (Hamza Shaban, 2019).

Hoy en día, la libertad es una de nuestras facultades más importantes, buscamos a toda costa ser libres y que se nos permita pensar, actuar y hablar de acuerdo a nuestras convicciones, no deseamos estar atados por nada y por nadie. Sin embargo, no nos hemos percatado de que las redes sociales han atado una cadena difícil de romper en toda la sociedad, especialmente en los jóvenes, quienes cada vez las usan más y más, y a través de las cuales obtienen ideas, creencias, convicciones que muchas veces son falsas. La pregunta es ¿qué hacer al respecto?, la razón indica alejarnos de ellas; puede ser complejo dejar de estar en contacto con personas que no vemos a menudo, pero el precio de no hacer esto es alto, es ser manipulado por otras personas que nos obligan a comprar, a ver, a consumir lo que no hemos decidido hacer y, sin embargo, de alguna manera lo estamos decidiendo.

La verdad es que el dejar las redes sociales nos permite tener más tiempo para nosotros, para los seres que realmente importan y que se encuentran a nuestro alrededor, no las personas que nunca vemos o que apenas conocemos a través de las redes sociales. Entonces, ¿qué decides?, ¿libertad o esclavitud? La respuesta es sencilla, pero, ¿eres capaz de tomar la decisión y llevarla a cabo?

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