Tomado del curso Tradiciones de Oriente de Jutta Battenberg
Para los taoístas estar vivo era bueno, estar más vivo
era mejor y estar siempre vivo era lo mejor;
de esto se derivaban los cultos
de inmortalidad taoístas.
Las enseñanzas del taoísmo se han desarrollado a través de tres ramas o escuelas: el taoísmo filosófico, los taoísmos revitalizadores y el taoísmo religioso o popular.
El taoísmo filosófico
El taoísmo filosófico ha buscado guiar a sus seguidores en aquello que deben entender, por lo tanto, es reflexivo. Su finalidad ha sido buscar una manera de vivir en la cual se conserve la vitalidad de la vida evitando consumirla de manera inútil y exhaustiva en conflictos y roces. En esta escuela las recomendaciones han girado alrededor del concepto wu wei que se ha traducido usualmente como inactividad; sin embargo, su sentido real ha estado encaminado a reducir la fricción al mínimo para lograr una mayor efectividad en la vida. El taoísmo filosófico trata de conservar su Te (virtud) con una prudencia eficaz.
Los taoísmos revitalizadores
Los taoísmos revitalizadores se han encaminado hacia aquello que los seguidores deben de hacer, por lo tanto, son activos y han promovido programas de adiestramiento para aumentar la energía vital (ch’i), de la cual se ha podido identificar su flujo o su obstrucción al interior de la persona.
Para incrementar el ch’i los taoístas revitalizadores se han valido de tres aspectos: la materia, el movimiento y la mente. Referido a la materia los taoístas se han alimentado de cosas diferentes en busca de esta vitalidad lo cual ha desarrollado una notable farmacopea; se han especializado en ejercicios de respiración para obtener el ch’i de la atmósfera y han realizado experimentos sexuales para absorber el yin de la pareja femenina sin disipar su propia energía yan.
Con relación al movimiento han desarrollado prácticas físicas para desbloquear el flujo del ch’i interno, así como obtenerlo del cosmos, una de las más conocidas en occidente es el t’ai chi chuan.
Relacionado con la mente, al igual que en la India, han desarrollado su propia práctica de meditación con el fin de eliminar las distracciones y vaciar la mente para el ingreso directo del tao al ser. Los practicantes de esta disciplina han considerado la posibilidad de transmitir a la comunidad el ch’i que han acumulado a través de la meditación.
Los meditadores taoístas han requerido de practicar la limpieza perfecta del cuerpo, del pensamiento, además de dominar las emociones perturbadoras para acceder al fondo de su conciencia. Las posiciones usadas para su práctica han sido similares a las hindúes y han requerido igualmente de controlar la respiración para hacerla ligera y suave.
El taoísmo meditativo fue incomprendido por muchos y provocó burlas incluso de grandes maestros como Chuang Tzu y Mencio. Los taoísmos revitalizadores procuran aumentar el Te (virtud) para tener mayor disponibilidad de él.
El taoísmo religioso
El taoísmo religioso se desarrolló como una iglesia de pleno derecho. Su objetivo era controlar tanto las epidemias como las lluvias para invocarlas o rechazarlas de acuerdo a las necesidades del momento, así como lidiar con los fantasmas que merodeaban por allí.
Tres son las divinidades principales con el Tao Te King que en su número 42 afirma: “El Tao engendra el Uno, el Uno engendra el dos, el dos engendra el tres. El tres engendra todos los seres”. En textos posteriores, considerados como revelados aparecen los nombres de la trinidad taoísta: Yuanshi Tianzu (Puro de Jade) “Venerable celeste del comienzo original”, Lingbao Tianzun (Puro Superior) “Venerable celeste del tesoro sublime” y Dao de Tianzun (Gran Puro) “Venerable celeste del Tao y su virtud”.
Si bien el taoísmo religioso puede parecer oscuro u supersticioso, para sus practicantes es una forma de enfrentar la vida y al igual que otras tradiciones está rodeado de rituales que hay que seguir con exactitud para obtener los beneficios deseados.
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